DIBUJO Y PERSONALIDAD
Augusto
Vels
Prohibida la reproducción total o parcial, sin la debida autorización legal.
Registro n° Sg/078654-AV.
ÍNDICE GENERAL
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Prólogo |
001-DYP |
A modo de introducción
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002-DYP |
Teoría general sobre la
"proyección" en los dibujos
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003-DYP |
Presentación del
impreso. |
003-DYP |
Actitudes ante la prueba
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004-DYP |
La calidad de los
dibujos |
. 005-DYP |
Resistencia negativa frente a la prueba |
005-DYP |
Los tipos
"sensorial" y "racional" del Dr. Corman |
005-DYP |
Conducta durante la
realización de la prueba |
006-DYP |
Aspectos a tener en cuenta en los DFH |
007-DYP |
Observaciones sobre la interpretación de los
signos |
008-DYP |
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LA PRESIÓN DEL TRAZADO
EN LOS DIBUJOS |
009-DYP |
Líneas recargadas -
trazado grueso y pastoso - trazado grueso y neto - trazado fuerte -
trazado flojo - trazado fuerte y
seguro, sin vacilaciones - trazado de líneas rectas y firmes - trazado de
líneas interrumpidas y vacilantes - trazado fuerte en los contornos y débil o
flojo en el interior, etc. |
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LA DIRECCIÓN DE LOS
TRAZOS |
010-DYP |
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LA FORMA DE LOS TRAZOS |
011-DYP |
Líneas curvas - líneas
onduladas - formas circulares - formas ovoides - formas angulosas - líneas de
puntos - formas en espiral - formas cuadradas - formas rectangulares,
triangulares, trapezoidales |
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LA RAPIDEZ DEL TRAZADO
EN LOS DFH |
012-DYP |
Dibujo acelerado - de
trazado r pido - bloqueo por
retoques o distorsiones - dibujos realizados con lentitud - detención
silenciosa, inactiva, re- flexiva, como no saber que hacer - trazos rápidos y
acerados, trazos en maza, etc. |
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SOMBREADOS, RETOQUES,
BORRONES, TACHADURAS |
013-DYP |
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EL DIBUJO DE LA
CABEZA |
014-DYP |
El dibujo de los
órganos de la cara |
015-DYP |
Los detalles de la
cabeza y cara. El pelo |
016-DYP |
El dibujo de la frente
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017-DYP |
El dibujo de los ojos
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018-DYP |
El dibujo de las cejas |
019-DYP |
El dibujo de las orejas
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020-DYP |
El dibujo de la nariz
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021-DYP |
La boca como expresión
de la "oralidad". |
022-DYP |
El dibujo del
mentón |
023-DYP |
El dibujo del cuello
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024-DYP |
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DIBUJO DEL TRONCO
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025-DYP |
Dibujo de los hombros |
026-DYP |
Dibujo del pecho y los
senos |
027-DYP |
Dibujo de las caderas
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028-DYP |
Transparencia de los
órganos internos |
029-DYP |
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LOS BRAZOS
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030-DYP |
LAS MANOS |
031-DYP |
Los dedos de la mano
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032-DYP |
LAS PIERNAS Y LOS PIES
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033-DYP |
Piernas juntas -
piernas cortadas - asimetría de piernas y pies - faldas y pantalones
transparentes - debilitamiento o corte de líneas en las reas sexuales -
dibujo de los genitales - pies orientados en distinta dirección, etc. |
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PANORÁMICA DE LA FIGURA
COMPLETA. |
034-DYP |
Figuras altas y
erguidas - Figuras sentadas o encogidas - figuras con los miembros en
movimiento- figuras dibujadas con vaguedad de trazos - figuras de alambre o
de palote - etc. |
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EL VESTIDO Y LOS
ORNAMENTOS DE LAS FIGURAS |
035-DYP |
Figuras desnudas -
figuras con vestimenta sobria - figuras con ornamentos en los vestidos -
rayas del pantalón - los botones, los
bolsillos - los sombreros - los bolsos - las corbatas - etc. |
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LA UBICACIÓN DE LOS
DIBUJOS EN LA PAGINA |
036-DYP |
Dibujos situados a la
derecha - en el centro - a la izquierda - desplazados hacia arriba - hacia
abajo de la página, etc. |
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LA PROXIMIDAD O
DISTANCIA ENTRE SI DE LAS FIGURAS |
037-DYP |
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EL TAMAÑO DE LAS
FIGURAS |
038-DYP |
Figuras grandes - figuras
de pequeña dimensión - figuras grandes y vacías - diferencias en el tamaño de
las figuras - etc. |
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DIRECCIÓN HACIA DONDE
MIRAN LAS FIGURAS |
039-DYP |
Figuras mirando hacia
la izquierda - figuras mirando hacia la derecha - figuras de perfil - figuras
mirando de frente - etc. |
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LAS ASIMETRÍAS -
DISTORSIONES - DESPROPORCIONES, ETC |
040-DYP |
Asimetrías o
distorsiones en el área de la cabeza - desproporciones o asimetrías en
brazos y manos - figuras incompletas por no caber en el papel - pies de
frente y figuras de perfil - figuras muy desiguales en sus dos mitades -
figuras muy asimétricas - iguales en sus dos mitades - etc. |
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LA AMBIENTACIÓN O
ENTORNO DE LAS FIGURAS |
041-DYP |
Figuras rodeadas de
escenarios complicados - figuras situadas en tiempos prehistóricos - figuras
entre nieve, lluvia o nubes - suelo recargado de plantas, flores u otros -
poner el sol o la luna en el paisaje -
entorno sombreado - nubes sombreadas - perspectivas retorcidas o confusas -
etc. |
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EL SEXO DE LAS FIGURAS
Y SUS DIFERENCIAS |
042-DYP |
Dibujar primero la
figura del sexo opuesto – hacer más grande la Fig. Femenina - más grande y
con más detalles la Fig. del propio sexo - diferencia entre la actitud
biológica del hombre y de la mujer - etc. |
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EL
MOVIMIENTO EN LAS FIGURAS |
043-DYP |
Figuras
sentadas e inmóviles - figuras luchando o jugando - elementos del dibujo que
expresan dinamismo - elementos en las figuras que expresan una actitud
estática - otras posturas o actitudes en las figuras - figuras que se dan la
espalda - figuras dibujadas de espaldas al espectador – una figura de
espaldas y otra de perfil invertido figuras distanciada una de otra - figuras
muy próximas la una a la otra - figuras unidas por las manos - figura
femenina colgada del brazo mujer - un dibujo dinámico y el otro estático -
figuras que se besan - figuras que se abrazan - figuras representando escenas
de amor - figuras inclinadas - inclusión de una tercera figura en primero o
segundo plano - etc. |
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INDICADORES GRÁFICOS
PASIVOS Y DE MOVIMIENTO |
044-DYP |
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POSTURAS Y ACTITUDES DE
LAS FIGURAS |
045-DYP |
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ANOMALÍAS Y
PECULIARIDADES EN EL DIBUJO DE LAS FIGS.
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046-DYP |
En una figura se dibuja
solo el rostro y en la otra todo el cuerpo - unas reas de las figuras
dibujadas con esmero y otras se dejan sin terminar - figuras interrumpidas
por no caber en la página - figuras sin pies o cortadas por los pies -
figuras rotas en la unión del cuello con el tronco -etc. |
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LAS OMISIONES
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047-DYP |
Omisión de partes de la
cabeza (ojos, nariz, boca, etc.) - omisión del cuello - omisión de los
brazos, de las piernas, de los pies, etc. |
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DIBUJO DE MONSTRUOS O
FIGURAS GROTESCAS |
048-DYP |
Dibujo de payasos -
dibujo de monstruos o esperpentos - dibujo de brujas - de figuras ridículas,
etc. |
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LOS SÍNDROMES
PATOLÓGICOS EN EL DIBUJO DE LAS FIGURAS
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049_DYP |
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SIGNOS INDICADORES DE
PERTURBACIONES EMOCIONALES |
050-DYP |
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SIGNOS DE INHIBICIÓN EN
LOS DFH |
051-DYP |
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LAS TENDENCIAS
DELICTIVAS EN LOS DFH |
052-DYP |
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SIMBOLISMO DEL LADO
DERECHO E IZQUIERDO EN LOS DFH |
053-DYP |
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ALGUNOS DATOS
ESTADÍSTICOS DE LOS ASPECTOS DE LOS DFH
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054-DYP |
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LA INTERPRETACIÓN DE
LAS HISTORIAS SOBRE LAS FIGURAS
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055-DYP |
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LAS "PALABRAS
REFLEJAS" EN EL TEXTO DE LAS HISTORIAS
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056-DYP |
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Amigos y colegas, colegas
y amigos:
"Dibujo
y Personalidad" es una obra que comprende varios tests proyectivos
gráficos. El primero de ellos se refiere al "Test de la pareja
humana" de Karen Machover, que ya está completo.
Seguirán,
el "Test del árbol y la casa", el "Test del horizonte del
mar", el "Test de los garabatos o dibujos, sin intención
previa", es decir, esos dibujos que se realizan mientras se escucha una
conferencia, una llamada telefónica o se está en una clase, en una reunión de
trabajo, etc., el "Test elija su árbol", y quizás algún otro.
Un
amigo de Paris, parece que ha logrado que su editor se interese por la
reedición de "L'Ecriture reflet de la Personnalité". Si se publica
esta obra de nuevo, creo que favorecerá el prestigio de la A.G.C. en Europa.
Serán ya dos obras, el "Dictionaire" y "E. y P.", que nos
representarán con más fuerza que antes. Y quizás, después de estas obras sigan
otras, vuestras o mías.
A. V.
D I B U J O Y P
E R S O N A L I D A D
(Los tests proyectivos gráficos)
Por AUGUSTO VELS
DEDICATORIA:
A mi nieto Augusto, mi primer nieto, y en justicia, a mis otros nietos:
Alejandro, Marta e Ignacio. Una esperanza, un futuro...
OBSERVACIÓN : No
consideramos prudente, ni aconsejable, cifrar las interpretaciones en detalles
aislados, sin tener en cuenta el conjunto de cada prueba, ni tampoco dar
fiabilidad a los datos psicológicos de un test, sin haber hecho las
correspondientes comprobaciones, mediante la exploración con otras pruebas
complementarias o paralelas, o mediante la técnica de la entrevista.
001-DYP
P R O L O G O
"Dibujo y Personalidad" (Tests
proyectivos gráficos) es una obra que recoge más de 40 años aplicando las
pruebas llamadas de "lápiz y papel" en mis tareas de selección y
promoción de personal. Esta obra complementa, en cierto modo, mis otras obras
ya publicadas: "Escritura y Personalidad","La Selección de
personal y el problema humano en las empresas", "Diccionario de
Grafología y de términos psicológicos y afines", "Manual de
Grafoanálisis" y "Grafología estructural y dinámica", etc..
Si bien, en un principio, me serví únicamente de la
poca literatura que había sobre los tests proyectivos gráficos, al ir con los
años incrementando mi experiencia con la batería de tests empleada en los
exámenes de selección y promoción de personal, y en las entrevistas, llegué a
reunir muchas notas y observaciones, parte de las cuales desaparecieron en un
accidente de automóvil que sufrimos mi esposa y yo hace unos años.
Nuestro punto de partida fue‚ una pequeña estadística
sobre 300 sujetos realizada en 1974. La estadística y los comentarios sobre
esta prueba, quedaron en mi automóvil y desaparecieron con el accidente.
Posteriormente, inicié, otra estadística mucho más completa en datos y número
de sujetos examinados, pero no se llegó a realizar a causa de tener que
utilizar al personal colaborador en otras actividades más primordiales.
Los que hemos trabajado muchos años en la aplicación
de estas pruebas proyectivas, sabemos su importante valor psicológico, pero
también conocemos el riesgo que este medio de expresión ofrece a causa de los
errores de interpretación en que se puede incurrir cuando no se cotejan los
resultados con la entrevista o con otros medios de psicodiagnóstico.
Por
otro lado, los autores que se han ocupado de la aplicación de estas pruebas
proyectivas, generalmente han operado, en su mayoría, sobre enfermos psíquicos,
delincuentes, oligofrénicos, etc. y las interpretaciones de los signos gráficos
correspondientes a los dibujos, han sido vistas, en su mayoría desde el ángulo
de la Psiquiatría, o de la Psicología Clínica, es decir, buscando,
principalmente, el lado enfermo o deficitario de los sujetos testados, con
fines terapéuticos. Por esta razón, aconsejamos al alumno o al lector, no
especializado, que se abstenga de etiquetar en evitación de graves errores.
Por
mi parte, aunque he trabajado con sujetos normales, al menos con una normalidad
relativa (2), he incluido también algunas interpretaciones que hacen referencia
a casos patológicos al objeto que esta obra sea también útil a los psiquiatras
y psicólogos clínicos.
En
algunos casos aislados, al haberse aplicado la prueba a grupos variables entre
6, 12 y 30 sujetos a la vez, según los puestos de trabajo, nos hemos encontrado
con individuos que, al no poder controlar adecuadamente su emotividad o sus
complejos internos pasaban, durante el examen, de una conducta normalmente
adaptada a una conducta inadaptada o de fracaso. De todos modos, creo que esta
obra puede ser útil a una gran mayoría de personas interesadas en el estudio de
la psicología humana.
Quiero aprovechar este prólogo para rendir homenaje de gratitud y admiración a la Dra. Karen Machover, creadora del "Test de la pareja humana", cuya agudeza psicológica está hoy mundialmente reconocida, así como a muchos otros investigadores que han continuado su obra y la han enriquecido con nuevas aportaciones. A la mayor parte de ellos los hemos consultado y los vamos a mencionar por orden alfabético: Dra. Ada Abraham, Anderson & Anderson, John E. Bell, Biedma y D'Alfonso, Dr. L. Caligor, Dr. Louis Corman, Dr. F. Chamorro Dr. Juan Mª. Escribano, J.H.Di Leo, Dra. Rocio Fernández, Florence Goodenough, Dra. E. Grassano, E. Hammer, Dra. Elizabeth M. Koppitz, Dra. M.E. Romano, Dr.Thomas Mendaza, Prof. M. Xandró y algunos otros que, en este momento no recuerdo.
En
el aspecto de ayuda y consejo, ocupa un primer lugar mi amigo Don Fortunato
Frías que me confió, durante muchos años, con plena autonomía, la labor de
Relaciones Humanas y Selección de Personal de nuestra entidad bancaria y
empresas filiales, así como otras ayudas, no menos importantes, de mis
compañeros Salvador Alemany, José Vila, Alfredo Morón, etc. y la de mis
colaboradores más directos: Pilar Gómez, Ana Espeja y otros colaboradores que,
en periodos aislados, trabajaron en mi Departamento de Selección. A todos
ellos, mi agradecimiento más profundo.
Tampoco puedo olvidar a ese contingente
de personas, más de 16.000 jóvenes examinados hasta 1982, (fecha de mi
jubilación), que aspirando a un puesto de trabajo en nuestra entidad, no fue
posible, por diversas razones, entre ellas la falta de preparación adecuada,
que llegaran a disfrutar del empleo solicitado. A todos ellos mi deseo que
estén disfrutando hoy del puesto de trabajo que todo joven necesita y merece.
Como toda obra humana, estoy seguro que
la presente tiene muchas imperfecciones y quizás también muchos errores, pero
no persigo otra finalidad que aportar mi granito de arena al amplio campo del
conocimiento psicológico y de la ayuda moral a toda persona que la necesite.
Quedamos siempre abiertos a cualquier
comentario critico, a cualquier aportación o sugerencia que pueda mejorar la
obra en beneficio de todos aquellos cuya delicada labor es la de comprender y
ayudar a los demás, sea cual fuere su rol profesional: psicólogo, médico,
pedagogo o educador, sin olvidar a los que tienen la misión de "juzgar
personas" tras su mesa de jueces o magistrados.-
El autor.-
0002-DYP
A M O D
O D E
I N T R O D U C C I O N
La mano, expresa en
sus movimientos, la realidad
de lo que pensamos y
sentimos en un lenguaje no verbal.
Ch.
Wolff
Si pedimos a varios individuos que nos
describan un paisaje imaginado e incluso el paisaje que tengan ante los ojos,
veremos que es difícil que coincidan en el modo de hacerlo y en el sentido y
enfoque de su descripción.
Estas diferencias de unos individuos a
otros en el modo de ver un mismo objeto o una serie de ellos, dependen de las
vivencias y motivaciones, del archivo de experiencias, de la cultura e
imaginación, de la vocación y del gusto ético y estético de cada uno.
Cada persona proyecta, en su propio
pensamiento sobre los hechos y las cosas, y en lo que dice y hace, los
recuerdos y experiencias vividas, sus
deseos, sus temores, sus sentimientos de agrado o desagrado, su estado de
animo alegre, o deprimido, la confianza que le ofrece su propio cuerpo y
su autoimagen, es decir, la imagen que tiene de si mismo.
Si pedimos a una persona adulta que
dibuje "una pareja humana", sin darse cuenta conscientemente, es
probable que, al hacerlo, deje la huella de muchos de sus problemas profundos,
de sus vivencias afectivas relacionadas con sus contactos familiares y sociales
y con la imagen de su propio cuerpo.
La ventaja de los tests proyectivos
gráficos y muy especialmente del "Test de la pareja humana", de Karen
Machover, reside en el hecho de revelar con más prontitud que en otras pruebas,
el Rorschach, por ejemplo, el tipo de adaptación o el control adaptativo de
cada sujeto examinado.
Entre los tests proyectivos más utilizados
en la selección y promoción de personal para las empresas (Rorschach, T.A.T,
Szondi, Test de las relaciones objetales, Wartegg, H.T.P., etc.), el test de
Machover o "Test de la pareja humana", ofrece alto interés, no ya por
su facilidad de aplicación y por su economía de tiempo en la interpretación,
sino por la rapidez que pueden captarse, cuando los hay, los deterioros de la
personalidad. Por ejemplo, todo psicólogo sabe que, en la medida que en un
sujeto es forzada o rígida una actitud, sea en los dibujos, sea oponiéndose a
la prueba, su comportamiento es neurótico y su adaptación también. Por tanto,
un sujeto de este tipo tenderá a fracasar al menor conflicto con la realidad.
En los dibujos de las figuras, los
fracasos de adaptación, se ofrecen a primera vista al psicólogo experimentado,
bien sea a través de la ubicación de los dibujos, en su mala localización, en
las desproporciones, en las distorsiones, en las lateralizaciones, en las
asimetrías, en la falta de cohesión (roturas), en la posición inclinada o de
caída de las figuras, en las estructuras
empobrecidas o rígidas, en los sombreados o rayados, en los contornos
excesivamente repasados o sucios, en detalles aberrantes, etc.
Cuando el sujeto muestra una adaptación
natural y espontánea, "un buen ajuste a la realidad", los dibujos lo
traducen y la actitud ante la prueba también. Los sujetos con buena adaptación
aceptan la prueba de buen grado y se dedican a la tarea del dibujo como inspirados
por la idea de hacer algo original. Las figuras guardan buena proporción entre
sí y no se observan discordancias importantes de tamaño o de proporción entre
las partes y el todo de las figuras. El trazado es limpio y, aunque haya algún
retoque, el conjunto de las figuras da la impresión de equilibrio, cohesión y
unidad.
En algunos casos, el aspecto agresivo,
distante o poco afectivo de algunos dibujos, se intenta camuflar en la historia
sobre la pareja con relatos en los que se magnifica a las figuras dibujadas,
dándoles un sentido psicológico distinto al expresado gráficamente. Por
ejemplo, destacando en la historia sobre el personaje dibujado, la cualidad de
un carácter afable, amoroso o empático,
mientras que en el dibujo aparece una expresión fuertemente agresiva. Los
mecanismos de ocultación que operan en estos casos, intentan corregir, tapar o
disimular el efecto gráfico del dibujo. Con este modo de proceder, el sujeto
intenta evitar que se rompan o deterioren las relaciones que desea tener con su
entorno.
En el caso de los exámenes de aptitudes
para ocupar puestos de trabajo, el candidato que obra de esta manera, intenta
ocultar a los ojos del examinador -esto es muy humano- las cualidades de
carácter que él mismo reconoce como "no adecuadas" para el puesto que
solicita.
Otras veces, la cuestión puede ser más
grave, si lo que el sujeto intenta ocultar, o teme que se descubra, es la
ineptitud para el puesto de trabajo o las "tendencias insanas" de su
personalidad. Este es el caso de una candidata al puesto de azafata y
vendedora, que en el Test de la pareja humana, dibuja la figura femenina con
ropas muy "cerradas" y la casa y el árbol, en otro test, con una
cerca, además de otros signos que descubrí en el grafismo, como la onda gráfica
muy regresiva y angulosa, sobrealzada, apretada y vertical, con amplio
espaciamiento entre palabras, con la firma desplazada a la izquierda y abajo,
la rúbrica envolvente y con ángulos agudos a la izquierda, en fin un conjunto
de signos negativos en donde esta candidata demostraba su falta de sociabilidad
y empatía.
El modo como cada sujeto toma posición
en el papel (el papel es, simbólicamente, como el marco ambiental donde se
mueve el sujeto), nos ofrece una visión reducida, un "microfilm" del
modo como se mueve en su ambiente. La forma como actúa con el lápiz, la pluma o
el bolígrafo, es una representación viva de las reacciones del sujeto frente a
situaciones nuevas e inesperadas.
Puede avanzar sobre el papel, dibujando
las figuras, de manera resuelta y confiada, seguro y con aplomo, recurriendo a
sus imágenes internas, reproduciendo en forma convencional o
"formalista", lo que está memorizando, tal como se lo han transmitido
sus sentidos, es decir, sin crear nada nuevo. En este caso, el sujeto demuestra
su buena memoria perceptiva, se siente "conservador", adicto a las
normas, a las costumbres y principios establecidos. Es un rutinario con buena
memoria visual.
En otros casos, el sujeto intenta
ocupar el máximo espacio de papel, pero avanzando a trompicones, inseguro en el
terreno en que se mueve. Quiere hacer algo grande y notorio pero le faltan
recursos para dar a las figuras la grandiosidad o magnificencia y el aire que
desea y a los contornos las formas correctas. Es el caso de los sujetos muy
ambiciosos, cuyas aspiraciones
están
en desproporción con las propias posibilidades.
A menudo, nos encontramos con sujetos
que intentan caricaturizar humorísticamente sus problemas, dándoles una visión
esquemática, inacabada, ridícula y desviada de sí mismos. Estos sujetos, suelen
evadirse de la responsabilidad de hacer algo serio y meritorio.
Otros sujetos, toman la posición de un
retraimiento defensivo, replegándose hacia el lado izquierdo del papel y
minimizando las figuras dimensionalmente. El dibujo se proyecta en esta zona
pasiva tímidamente, como si el sujeto encontrara bloqueado el camino de la
expansión y avanzara con miedo y dificultad en un terreno donde a un lado está
la irritabilidad y al otro la angustia.
Su avance entre la inquietud y la fatiga, entre la impulsividad y el vértigo,
es la causa de su ambivalencia, nacida de alguna frustración importante que le
pone en retirada.
En cambio, otros sujetos, sienten la
necesidad de expresar su narcisismo corporal exhibicionista y su agresividad en
una actitud avasalladora frente al ambiente. Hacen la figura masculina grande y
en posición de ataque. Disminuyen o dan menos volumen a la figura femenina
mostrándonos los detalles libidinosos y ostentatorios del cuerpo. Se expresa de
esta manera
la
satisfacción por el propio cuerpo.
La expresividad simbólica de los
dibujos en el "Test de la pareja humana" ella da también el siguiente
caso, entre muchos otros que podría citar:
“Haciendo un examen a un
alto empleado, este dibujo las figuras correspondientes a la pareja con líneas
claras y bien perfiladas. En cambio, aparecía en un segundo plano, una figura
de niña con los trazos muy esfumados, como vistos a través de una nube.
Extrañado por este contraste, pregunta, al examinado lo que representaba para
aquella niña. Emocionado el candidato a directivo, me contestó lo siguiente:
"Hace tres meses, en un adelantamiento peligroso en carretera, tuve un
grave accidente en el que murió mi única hija de once años. Desde entonces, no
me la puedo sacar de la cabeza, porque tengo la impresión de haberla yo mismo
asesinado".
En el dibujo de la pareja humana, en el
test de Machover, siempre hay algo expresivo. Es un test que descubre una gran
cantidad de problemas profundos de la personalidad, desde la normalidad de un
buen ajuste o del sujeto que se integra sin problemas a la realidad, hasta los
más extremos límites de las psicosis o de la "pérdida de sentido de la
vida psíquica".
El "Test de la pareja
humana", capta con relativa facilidad, la gran cantidad de ansiosos,
angustiados o neuróticos que tienen problemas de adaptación, problemas de
fracaso con la realidad o que defienden su elevada pero frágil dignidad a base
de evasión, negatividad, justificaciones anodinas, o intentos fallidos.
Para aplicar el "Test de Machover
o de la pareja humana", se pide a la persona (o personas) que se va a
examinar que dibuje (o dibujen) una pareja humana, sin dar ningún dato de sexo,
edad, estado, etc.
El "Test de Machover", goza
actualmente de abundante literatura en inglés, francés, alemán y español. Pero
así como yo he trabajado este y otros tests, mayormente con sujetos normales,
la mayor parte de autores y obras existentes en el mercado, son el producto de
aplicaciones a sujetos más o menos desadaptados, delincuentes, neuróticos y
psicóticos. Este test, como el Rorschach, el Szondi, el T.A.T., el
Desiderativo. el Test del árbol, etc. se inspira en las teorías psicoanalíticas
modernas.
Dentro del amplio campo de los tests
proyectivos gráficos, donde el Grafoanálisis es el rey, el "Test de la
pareja humana" puede considerarse como uno de los más útiles, a condición,
claro está, que la formación del psicólogo que aplique esta prueba tenga la
adecuada experiencia y dominio de la misma.
Como en todos mis trabajos y
publicaciones anteriores, me limito a exponer mis observaciones, sin intentar
ninguna justificación filosófica o teórica a priori. En algunos casos he
procedido a la inversa, después de comprobar los signos y sus posibles
significados, he intentado buscar la explicación para dar una base teórica a
los mismos.
Sin embargo, aunque para los teóricos
de la teoría el conocimiento de algo empieza cuando se puede explicar mediante
especulaciones filosóficas, o con apoyo de leyes o de estadísticas, para mí,
como hombre práctico, lo que siempre me interesa son los hechos, las
observaciones y cotejos, tengan o no un aval teórico o una ley en que apoyarse.
Acostumbrado, por el Grafoanálisis, a
ver al ser humano "en movimiento", me resulta difícil, a veces,
localizarlo a través de leyes, clasificaciones, estadísticas y teorías, como si
se tratara de estudiar a un "fósil".
Para estudiar a cualquier sujeto, parto
de la idea que el hombre y la mujer están en constante cambio y los intento ver
a través de su incesante movimiento, cuando andan, hablan, gesticulan, escriben
o hacen algo con las manos. El dibujo y la escritura tienen la ventaja de
ofrecernos los aspectos más vivos y dinámicos de cada personalidad, registrados
por el propio sujeto. Esta es una
ventaja que ya han sabido apreciar gran número de psicólogos.
Vilassar de Mar, Enero de 1994
PRIMERA PARTE
003-DYP
1.
T E O R I A G E N E R A L
La tendencia a dibujar personas es una
de las manifestaciones gráficas que observamos en el niño cuando le entregamos
una hoja de papel y un lápiz. La mayor parte de las veces, antes de dibujar
alguna otra cosa, dibujan monigotes. En este hecho se inspiró Florence
Goudenoug para realizar su test de inteligencia infantil mediante el dibujo de
la figura humana, realizado por los niños.
Basándose en el grado de perfección, en
el equilibrio general y en la riqueza de detalles, el test de Florence
Goudenoug determina el grado de inteligencia infantil.
"Lo que cada cual dibuja -dice
Portuondo- está íntimamente relacionado con sus impulsos, ansiedades,
conflictos internos y compensaciones características de su personalidad. La
figura dibujada es, en cierto modo, una representación o proyección de la
propia personalidad y del papel que desempeñe el sujeto en su propio
ambiente".
Los dibujos de figuras humanas (DFH)
ponen, de alguna manera en evidencia, las preocupaciones, las preferencias, las
necesidades o deseos reprimidos, las frustraciones, el equilibrio o
desequilibrio interior y la manera de conducirse o de elaborar el comportamiento
de cara a su ambiente. Nos indica también cual es la situación afectiva del
momento, en relación con el otro sexo, con su esfera profesional o con el
entorno social y cuales son las razones inconscientes que determinan sus
reacciones, sus actitudes, sus posturas, etc., cuando el sujeto se enfrenta
consigo mismo o con sus problemas vitales.
La experiencia psicoanalítica nos
demuestra que la forma de realizar un DFH, corresponde también al propio
esquema corporal, es decir, a la imagen que tiene el sujeto de su propio
cuerpo.
El test de Karen Machover del dibujo de
la figura humana (DFH), tiene la ventaja de ofrecer economía de tiempo en su
aplicación y fiabilidad en los resultados, al ser el propio sujeto quien nos
ofrece, gráficamente, una proyección directa de sí mismo y de sus posibles
complejos psicológicos. Por esta razón es una de las pruebas más utilizadas.
004-DYP
1.2 - ACTITUD ANTE LA PRUEBA
Los individuos sin problemas de
adaptación y con una autoimagen positiva, es decir, con plena confianza en si
mismos, responden normalmente ante la prueba y comienzan la tarea de los DFH
sin ningún tipo de bloqueo, lo que quiere decir que la prueba no roza
cuestiones que se puedan referir a complejos con gran carga afectiva.
Se observa, en general, que las mujeres
aceptan de mejor grado que los hombres el desafío que se les hace para que
demuestren su capacidad creadora dibujando la pareja humana. La mayor parte de
las féminas hacen lo posible por demostrar su buena disposición y habilidad,
tanto en los dibujos de la pareja como en el relato o historia sobre los DFH.
En cambio, algunos individuos varones,
se muestran indecisos, torpes o temerosos en salir del apuro, como si el hecho
de realizar esta tarea fuese una prueba de su valía personal. Cuando se observa
esta actitud, conviene recalcar que no se va a juzgar la valía del dibujo, sino
la imaginación creadora, la originalidad como cada cual resuelve el tema.
Cuando, a pesar de la aclaración, el
sujeto sigue en estado de indecisión pasiva, sin tomar ninguna iniciativa, es
de sospechar que la conducta de tal sujeto es aparentemente adaptada y sufre de
una autoimagen negativa o de fracaso. En algún caso, el sujeto trata de eludir
la prueba alegando fatiga, encontrarse mal, o no saber dibujar, siendo inútil
toda explicación reto o estimulo para que realice la prueba. La negación
rotunda a realizar los DFH, o el intento de justificarse con cualquier excusa
absurda, puede interpretarse como un mecanismo de defensa frente a la
desadaptación o frente a complejos de menor valía que privan al sujeto de la
sensación intima de capacidad para resolver problemas indispensables para su
evolución.
Por tanto, evadir la realización del
DFH o del Test de la pareja humana, es un síntoma de angustia ante la prueba de
sí mismo, ante la inminencia de la revelación, no deseada, de rasgos de
personalidad que el sujeto no quiere que se descubran. Puede ser también que el
sujeto se defienda o tema un fracaso que no sabría aceptar.
Cuando el sujeto dibuja monigotes o
figuras en forma de alambre (recurso de evasión del problema), si se le insiste
en que debe hacer el dibujo completo, muchas veces se logran realizaciones más
o menos buenas o logradas.
Según la Dra. Romano, la resistencia
muda, no confesada, a la prueba, puede estar indicada cuando el sujeto dibuja
las figuras de espaldas (expresión de huida ante una tarea que no se quiere
realizar, o ante un posible castigo o recriminación de personas que representan
"autoridad") Si una de las figuras del DFH está de espaldas y la otra
de cara puede indicar una situación conflictiva en la pareja.
005-DYP
1.3
- LA CALIDAD DE LOS DIBUJOS
Y EL NIVEL DE MADUREZ PSICOLÓGICA
La calidad (belleza, armonía, equilibrio,
soltura y originalidad de los DFH), es decir, la habilidad para representar
sobre el papel las figuras tal como son mentalmente concebidas, parece estar
más relacionada con la escala o nivel de maduración psicológica, que con su
capacidad artística o de ejecución. Lo contrario, se da por supuesto.
Cuando el nivel de calidad del dibujo
es bajo y el nivel del C.I. (cociente de inteligencia) está por encima de la
media estadística, algunos autores sospechan la posibilidad de perturbaciones
en la adaptación del sujeto a su medio ambiente, pero según nuestra propia
experiencia con esta prueba, no siempre es así.
Tal como sugiere Enri Wallon, debemos
considerar, con respecto a la facultad de la expresión gráfica, tres niveles en
la etapa de evolución:
a)
El nivel
"motor" que corresponde a
sujetos que reaccionan a partir de excitaciones o simples descargas motoras,
produciendo garabatos o figuras deformadas o sin cohesión. Este nivel
corresponde a una primera etapa infantil.
b)
El nivel
"perceptivo" en que el
sujeto es capaz de trasladar al papel aquellos objetos que tiene delante de los
ojos y que está percibiendo en determinado momento y
c)
El nivel
"representativo", que ya
es mucho más evolucionado y permite al sujeto reproducir objetos anteriormente
percibidos y crear nuevos objetos tomando como base otros objetos conocidos y
memorizados.
Por tanto, si tenemos en cuenta estos
niveles defendidos por Wallon, ser necesario considerar en cada sujeto,
no sólo su memoria visual, sino también el aprendizaje recibido (estudios
cursados y profesión ejercida)
Cuando el nivel de calidad de los DFH
es superior al C.I., es posible que el sujeto se haya desarrollado en medios
artísticos o que busque una compensación a sus minusvalías desarrollando sus
cualidades como dibujante o artista. Karen Machover observó excelentes dibujos
en sujetos con facultades auditivas defectuosas.
La forma como cada sujeto ejecuta los
DFH, no depende sólo, como hemos visto, del grado de inteligencia. Influyen
también los factores afectivos y el equilibrio de la personalidad total. En
algunos casos, observaremos que algunos DFH aparecen muy inferiores en calidad
de lo que los sujetos valen en realidad. Esto se puede deber a que, en el
momento de la prueba, han intervenido factores afectivos de inhibición. Por
eso, es conveniente pedir a los examinandos que dibujen cada personaje lo mejor
que puedan. En determinados casos, no es aconsejable juzgar la inteligencia a través
de los DFH.
Los DFH inarmónicos o estructuralmente
pobres, suelen darse en los siguientes casos:
a)
el de los
sujetos que, por estar muy inhibidos, reducen su dibujo a un monigote, a un
pulido esquema sin intensidad de vida, o a una figura de alambre.
b)
el de los
sujetos disléxicos o con fuerte carga depresiva que producen dibujos mal
lateralizados, por ejemplo, con predominio del lado derecho y torpeza en el
modo de resolver el lado izquierdo, o viceversa, o dibujando figuras
incompletas. Este caso puede darse también en ciertos "zurdos
contrariados" o en sujetos con algún padecimiento corporal, que muchas
veces se niegan a hacer la prueba, sea por una actitud de defensa inconsciente
o para no proyectar las propias minusvalías.
Mediante la observación de los DFH se
pueden captar infinidad de problemas relacionados con el propio cuerpo.
Minkowska y Corman, basándose la primera en los tipos "anal" y
"oral" de Freud y Corman en sus tipos "dilatado" y "retraído",
separan ambas tendencias de acuerdo con el aspecto estructural y la actitud de
las figuras en los DFH.
El Dr. Corman, siguiendo a Franciska
Minkowsca, en su obra "El dibujo de la familia", (página 36),
describe estos tipos de la manera siguiente:
a) El tipo "sensorial"
("oral"-"dilatado"), se nota en la presencia en el dibujo
de las líneas curvas, en la ampulosidad de las figuras y en su tendencia al
movimiento.
b) El tipo "racional"
("anal"- "retraído") se caracteriza por la estereotipia,
por la casi rigidez de las actitudes, por el aislamiento de un personaje del
otro, por el cuidado extremo en el dibujo y por el predominio de las líneas
rectas y de los ángulos sobre las curvas.
"Cuando se observan estos dos
tipos de dibujos --dice Corman--se tiene la impresión que han sido realizados
por personas diametralmente opuestas de carácter".
006-DYP
1.4 - CONDUCTA DURANTE LA REALIZACIÓN DE LA PRUEBA
Al pedirle al sujeto la realización de
una tarea imprevista y algo inestructurada, es interesante observar su reacción
frente al nuevo trabajo a realizar. La conducta durante la prueba es
equivalente al tipo de reacción del sujeto ante situaciones vitales parecidas,
es decir, determina la manera como cada sujeto se ajusta a su medio ambiente, a
las personas y objetos externos, a nuevos problemas y situaciones.
Por ejemplo:
a)
¿Inicia la tarea
rápidamente, sin dudas o vacilaciones, confiando en su capacidad para resolver
situaciones nuevas?.
b)
¿Expresa sus
dudas o indecisión, directa o indirectamente, a través de movimientos gestuales
o preguntas sobre la tarea a realizar?.
c)
¿Se muestra
seguro o inseguro, ansioso o confiado, suspicaz o tranquilo, arrogante o
lánguido, hostil o conformado, tenso o relajado, divertido y consciente del trabajo
a realizar, o cauteloso, impulsivo o reflexivo?.
Conviene anotar estas observaciones que
serán muy útiles a la hora de interpretar el test. Todo gesto, toda mirada,
todo silencio, toda decisión o reflexión cautelosa, se integra en una semiótica
general. ([1])
Para algunos individuos, agobiados por
su autoimagen negativa, por su complejo de inseguridad o miedo al fracaso, la
prueba puede tener un sentido contrariante, amenazante, opresivo o angustiante.
En algunos casos puede, incluso ejercer efectos castrantes y despertar los
complejos nucleares de determinados sujetos.
La prueba, no despierta complejos
psicológicos en los individuos sanos y optimistas, en aquellos que se adaptan
bien a situaciones nuevas, en aquellos cuya autoimagen es positiva y tienen
confianza en su capacidad para resolver nuevas situaciones o nuevos problemas y
no temen medirse y superar dificultades, vencer los obstáculos y salir airosos
de situaciones inesperadas.
Por tanto, la reacción ante la prueba,
equivale de alguna manera, a la actitud que toma el sujeto ante toda dificultad
u obstáculo que se interfiere en el camino de la realización de sí mismo o de
los objetivos o metas que el individuo anhela o se propone. La reacción ante la
prueba mide, pues, el nivel de la capacidad de recursos creativos y la fuerza
de voluntad y de imaginación que tiene cada sujeto para realizar un
comportamiento adecuado a nuevas situaciones.
Batirse en retirada, es aceptar una
derrota del Yo, es confesar, indirectamente, un sentimiento de impotencia y de
inseguridad, un temor profundo al fracaso. Cuando el sujeto intenta evadirse
con justificaciones más o menos absurdas o actitudes inadecuadas, antes de
aceptar el reto que puede llevarle a una derrota o fracaso vergonzoso, aunque
finalmente acceda a realizar la prueba, nos muestra un Yo inseguro afectado por
complejos psicológicos.
007-DYP
1.5
- LOS ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN LOS DFH.
Partiendo del postulado de Karen
Machover y de otros autores, cada sujeto que realiza un DFH, nos da una
representación de sí mismo en cada dibujo. Por esta razón, conviene tener en
cuenta determinados aspectos del dibujo de los DFH. Por ejemplo:
a)
el lugar que
ocupa la ubicación de cada una de las figuras en la página (en el centro, en la
parte superior, en la parte izquierda, en la derecha, en la parte inferior, las
figuras juntas o separadas, etc.)
b)
el tamaño de las
figuras (grande, mediano, reducido, una figura más grande que otra, etc.)
c)
la rapidez de
los movimientos (rápidos, pausados, lentos, etc.)
d)
la presión de
los trazos que conforman la estructura de los DFH.
e)
la solidez y
estructura del trazado.
f)
la espontaneidad
y plasticidad de las figuras o la rigidez.
g)
las proporciones
de las partes del cuerpo.
h)
la tendencia a
omitir detalles en los DFH, por ejemplo, los ojos sin pupilas, la falta de
dedos en las manos, o dejar débiles unas zonas y otras reforzadas, etc.
i)
la concentración
de la atención del sujeto en la estructuración de una parte de las figuras,
quedando poco detalladas otras áreas de los DFH.
j)
la actitud y
posición de las figuras (en movimiento, en estado pasivo o inmóviles,
inclinadas, verticales, en posición invertida, pisando sobre una base sólida o
en posición flotante, etc.)
k)
las
distorsiones, las roturas o desconexión de unas partes de otras en los DFH, los
sombreados, la dificultad para dibujar ciertas áreas de las figuras, etc.
l)
la comparación
de una figura y otra en los DFH. Por ejemplo, más grande y detallada la figura del propio sexo
o viceversa. ¿Cuál de las figuras se realiza primero, la del propio sexo o la
del sexo opuesto?. Lo normal es que se dibuje primero la figura del propio
sexo. Si se hace al revés, puede haber cierta inconformidad con el propio sexo.
Las figuras pueden estar aproximadas, distanciadas, una de frente y la otra de
lado o de espaldas, etc.
m)
Otros detalles que se irán viendo a lo largo del
texto.
Como en otras pruebas proyectivas (Test
del árbol, Test del árbol y la casa, Test de Rorschach, Grafología, etc.), cada
zona de las figuras dibujadas, se corresponde con un determinado aspecto
psicológico de la personalidad. Las principales zonas son las siguientes:
a) Zona de la cabeza, zona de la
cara y rasgos faciales, que corresponden, simbólicamente, al modo como el
sujeto realiza sus contactos sociales. La cabeza simboliza al Yo consciente y
controlado. El modo como el sujeto trata el dibujo de la cabeza nos informa
sobre sus relaciones sociales y sobre el control de sí mismo.
b) Zona de los brazos, de las
piernas y de los pies, que representan los órganos de movimiento, de acción
y de contacto. A través del modo como el sujeto dibuja estas partes del cuerpo
en ambas figuras, podremos deducir el modo como el sujeto se enfrenta con su
entorno y la organización emotiva de su comportamiento.
c) El tronco, los hombros, el pecho
y las caderas, que se identifican como el "almacén de los
instintos". Los dibujos de esta zona nos informan sobre los conflictos
afectivo-instintivos a través de los accidentes o anomalías que presentan los
DFH en esta zona.
d) La forma de tratar o dibujar los
detalles correspondientes al vestido, traduce la importancia que el sujeto
concede a su rol exterior y la forma como cuida las apariencias.
e) Finalmente, los aspectos
estructurales, el tamaño, la ubicación, la posición, la simetría, las
proporciones, la sucesión de las líneas y la actitud de las figuras, en su
conjunto, nos facilitan indicios sobre el equilibrio general de la personalidad
y sobre la modalidad de la conducta.
Son importantes indicios de
inadaptación, de falta de cohesión en las ideas, en los propósitos o en los
actos, por conflictos interiores, los sombreados, las borraduras o tachaduras,
los debilitamientos, la exagerada insistencia de los retoques en ciertas zonas
del rostro, las anomalías en ciertas áreas y entre otros más signos, las
acusadas diferencias entre el DFH del hombre y el de la mujer en el dibujo de
la pareja. La reunión de varios de estos signos en la misma prueba es siempre
sintomático.
Los DFH, al ser una imagen natural
proyectada, una "proyección del propio cuerpo", nos ofrece una vía
fácil para que en los dibujos de las figuras humanas, queden plasmadas nuestras
tendencias inconscientes, nuestras necesidades físicas más desarrolladas y
nuestros conflictos. Los DFH reflejan los estados físicos, psíquicos y mentales
con la misma intimidad que lo pueden hacer la escritura, los gestos o cualquier
movimiento expresivo del cuerpo.
Karen Machover tomó de la Grafología
importantes orientaciones, entre ellas la de afirmar que todo DFH es una
proyección del propio sujeto y el
espacio que circundaba a los DFH es el medio ambiente. El Test de la
pareja humana debe mucho a la Grafología, pero también es cierto que K.
Machover se dio cuenta pronto que no en todos los casos se podían aplicar las
mismas interpretaciones, pues, no es lo mismo la representación mental de un
"grafema" que la representación del propio cuerpo. Ambas cosas difieren
en su origen y tienen distintas formas de organizarse en la mente imaginativa
para convertirse en ejecución gráfica.
Como puede verse en esta obra, el test
de Machover lo hemos experimentado junto con otros, entre los que cabe
mencionar: el "Test de los colores" de Lüscher, el "Test del
árbol" de Koch, el "Test del árbol y la casa", el test
"Mis manos", el "Test desiderativo", el test
"Palográfico", el "Test psicodiagnóstico de Rorschach y otros
tests proyectivos. Por supuesto, he empleado siempre varios tests psicotécnicos
adecuados a cada puesto de trabajo y en todos los casos el Grafoanálisis. Por
esta razón, puedo afirmar que los resultados del test de Machover o "Test
de la pareja humana", han sido
siempre muy satisfactorios y orientativos, aunque no al cien por cien de los
casos, por lo que es recomendable utilizar otras pruebas proyectivas para
cotejar los resultados.
008-DYP
1.6
- LA INTERPRETACIÓN DE LOS SIGNOS
EN
EL "TEST DE MACHOVER"
Es frecuente incurrir en el error de
interpretar los signos aisladamente sin tener en cuenta el conjunto, como si la
personalidad de cada sujeto fuese una especie de "puzzle" que se
pudiera unir por piezas. La interpretación de un dibujo analizando los signos
uno a uno como si se tratara de un recetario de cocina, es un procedimiento
absurdo que puede conducir a graves errores.
"Hay --dice Koppitz-- quien
consulta el significado de cada signo y sale con un diagnóstico listo para
llevar, sin considerar la figura total, sin tomar en cuenta el sexo, la edad,
el estado civil, el nivel de inteligencia, el "status" económico y
social, las circunstancias que rodean la vida del sujeto en el momento de la
prueba e ignorando, además, las circunstancias en las que realizó el DFH".
En nuestros protocolos, dentro de lo
que la necesaria discreción permite, en la selección y promoción de personal,
registramos en cada caso, en el expediente de examen, datos tan importantes
como el C.I. (cociente de inteligencia) que nos da el sujeto, edad, estado,
estudios realizados, profesión, tiempo de permanencia en cada empresa,
aficiones al margen de la profesión, etc. Esto nos permite tener una
información más o menos amplia sobre las circunstancias que rodean la vida del
sujeto que, generalmente, se amplía con la técnica de la entrevista.
El grafoanálisis se aplica, en todos
los casos, como complemento a la batería de tests psicotécnicos y proyectivos,
sobre todo en la selección o en la promoción de candidatos a puestos muy
cualificados.
Personalmente doy más importancia al
Grafoanálisis, a la Grafología, que a las demás pruebas proyectivas de lápiz y
papel. La razón es la siguiente: Aparte de mi experiencia de más de medio siglo
empleando la Grafología, está el hecho que la escritura se inicia con un
aprendizaje en el que las letras parten de un modelo y se dan ya elaboradas,
socializadas en sus aspectos básicos (forma, espacio y movimiento) que, con el
tiempo, cada escritor va acomodando las formas, el espacio y el movimiento
gráfico, a su peculiar gusto y manera de ser, evidenciando, más claramente que
otras pruebas proyectivas, los aspectos caracterológicos normales.
En cambio, en el "Test de la
pareja humana" y en el resto de tests proyectivos gráficos, no se parte de
ningún modelo escolar, sino de las vivencias libres e internas del sujeto, sin
que medie ningún tipo de aprendizaje que lleve a plasmar, de manera automática
o semiautomática, la representación mental que el sujeto tiene del objeto a
dibujar. Es más fácil determinar, por la escritura, el carácter, nivel de
madurez de la inteligencia y la facultad de poder expresarse a través de los
grafemas, que juzgar la madurez de carácter y el nivel de inteligencia y
habilidad de expresión, a través de los DFH o de cualquier otra prueba de lápiz
y papel.
Sin embargo, salvo en el caso de
dibujantes, pintores, escultores, etc.,
que pueden partir de algún modelo estructural previo, más o menos socializado o
convencional, en la mayor parte de casos, cada DFH es una proyección de
nuestros contenidos inconscientes en donde liberamos, sin darnos cuenta, la
expansión de nuestras tendencias más primitivas, los conflictos internos y
muchas de nuestras pulsiones inconscientes, más o menos dormidas, reprimidas o
bloqueadas.
Resumiendo: La Grafología descubre con
mayor facilidad los aspectos caracterológicos, siempre importantes en la
selección y promoción de personal. Los tests proyectivos gráficos, muy
especialmente el "Test de Machover" o "Test de la pareja
humana", descubren, con relativa mayor facilidad, los conflictos internos
de la personalidad profunda, útiles en la labor de selección y promoción de
personal, pero mayormente importantes en psicología clínica, en psiquiatría y
en criminología.
Conviene, a la hora de interpretar los
DFH, tener en cuenta lo que puede haber en cada dibujo achacable a un
aprendizaje previo, a un dominio artístico de la tarea y separarlo de lo que
sea exclusivamente expresivo de la personalidad del individuo testado.
Normalmente, la mayoría de autores que
han tratado el tema de los DFH, empiezan su estudio haciendo referencia a los
aspectos puramente simbólicos de los dibujos, tales como: la ubicación de las
figuras, el tamaño, el sexo, las proporciones de una y otra figura, los
vestidos, las posturas, las omisiones, los sombreados, las distorsiones o
deterioros, las lateralizaciones, etc.
Personalmente, quizás por mi
deformación de psicólogo de la escritura, y por haber aplicado los tests sobre
personas normales, empiezo el estudio por el aspecto dinámico del trazado,
examinando primeramente la energía de los trazos, la dirección del trazado, la
forma, la rapidez y continuidad. Siguiendo a continuación, lo que podríamos
llamar "accidentes del dinamismo gráfico”: los sombreados, los retoques,
las tachaduras, las roturas o soluciones de continuidad, las borraduras, las
transparencias, etc.
El resto de la obra, estudia lo que
podríamos definir como la parte más simbólica y proyectiva de los DFH. Dado que
el terreno del simbolismo es extremadamente complejo, he recogido, en muchos
casos, la versión de varios autores de gran solvencia para dar interpretación a
lo que por no estar por mí suficientemente cotejado, he preferido que lleve el
aval de autores con larga experiencia y autoridad en la materia.
009-DYP
2 - LA PRESIÓN DEL TRAZADO
La presión del trazado en el dibujo, es
para mi uno de los aspectos más importantes. La presión que el sujeto ejerce
sobre las líneas de los DFH, refleja el nivel de energía psíquica y nerviosa
fundamental, señala la potencia de los impulsos realizadores, el grado
tensional de la voluntad en el mantenimiento de las actitudes y de los
objetivos a lograr y la firmeza y resistencia frente a todo obstáculo, presión o
dificultad.
Un dibujo basado en trazos fuertes,
profundos y en relieve, expresa las facultades creadoras y de acción, la
vitalidad y energía de una persona que afronta con éxito los problemas vitales
y marcha con confianza en sí mismo hacia los objetivos que se propone. Si el
conjunto de las figuras dibujadas no ofrece desproporciones, lateralizaciones u
otros signos de desadaptación, el sujeto vencer normalmente toda
circunstancia adversa, oposición obstáculo o dificultad para llegar a sus metas.
Si el dibujo presenta desproporciones chocantes u otras anomalías que reflejen
desadaptación e impulsividad, el sujeto tiende a destruir, arrasar o atacar con
más o menos violencia las situaciones contrariantes, las presiones u
oposiciones, es decir, los obstáculos que le impiden realizar sus deseos.
De manera general, el grosor y la
profundidad de los trazos está en relación con la fuerza vital del sujeto: esta
fuerza o vigor personal, puede estar controlada, si las figuras son armónicas,
bien organizadas y sin distorsiones. La fuerza vital puede ser impulsiva,
destructiva y violenta, si los DFH presentan anomalías, desproporciones,
desorden o discordancias.
La presión de los trazos, fuerte,
normal o débil, aparte de reflejarnos el nivel de energía psíquica y nerviosa,
puede darnos también información sobre el retraimiento y la conflictividad
(consigo mismo o con el entorno), así como preciosa información sobre el estado
de la sensibilidad nerviosa y psíquica del sujeto que realiza los DFH. Veamos
el capitulo de la presión en sus detalles:
2.1 - Trazos
gruesos y pastosos en los dibujos
Buena memoria y retentiva visual por
la prolongación de las impresiones físicas. Puede faltar la capacidad para
vivir y comprender temas abstractos y espirituales. Sensualidad, pesadez,
abandono a los placeres del cuerpo. Materialismo. Decadencia moral o
espiritual, con signos negativos.
2.2 - Dibujos a
base de trazos fuertes, netos y bien delimitados
Carácter enérgico, voluntarioso, activo
y decidido. Buena salud mental y física. Capacidad de resistencia a las
influencias externas. Buena afirmación de sí mismo y de las actitudes tomadas.
Libido fuerte y en progresión. Capacidad de rendimiento en el trabajo.
Perseveración en los objetivos a lograr, estabilidad, madurez y seguridad en sí
mismo. En sentido negativo[2]:
descarga o liberación violenta de las pulsiones, audacia, brusquedad, falta de
consideración y de miramientos en las relaciones del Yo con el Tú.
2.3 - DFH con
trazos flojos
Nivel de vitalidad por debajo de la
media. La energía nerviosa y psíquica es más o menos débil. El sujeto es más
receptivo que activo. Escasa resistencia en la afirmación del Yo frente a los
demás. Se deja influenciar por las opiniones, por las presiones y
circunstancias externas, por los obstáculos, las dificultades, por las
imposiciones u oposiciones de los demás.
Esta debilitación del Yo o falta de
resistencia a las personas o acontecimientos externos, condiciona la sumisión y
dependencia, la timidez, la imprecisión, las vacilaciones, las dudas, la fácil
fatigabilidad y los complejos de impotencia, claudicación y minusvalía.
Es frecuente en los DFH con trazos
débiles, que el sujeto intente retocar algún desliz en la configuración del
dibujo, lo que se traduce en una corrección insistente de la anomalía
(repetición de trazos en una pequeña zona o área de los DFH)En estos casos, se
debe sospechar una dificultad, minusvalía o problema, físico o psíquico, en la
parte retocada de la figura. Estos retoques insistentes, suelen presentarse en
la cara, los brazos, las manos, los hombros, la zona de los órganos sexuales,
en el aparato locomotor (piernas y pies), etc.
Según la zona donde se localicen los
recargos de trazos o retoques, pueden deberse, como algunos autores indican, a
la inhabilidad gráfica, pero en muchos casos, estos fallos, tienen un
transfondo psicológico, es decir, o bien encierran sentimientos de
culpabilidad, desadaptación, o miedo a ser infravalorizado, o pueden deberse a
verdaderos problemas en la sociabilidad
del
sujeto (retoques en la cara), a conflictos o problemas sexuales ( retoques en
el área de los órganos sexuales), a complejos de masturbación, o miedo al
castigo por algo hecho con las manos, si los retoques, cortes o roturas
aparecen en las manos, etc.
En general, pueden ser tan negativos
los DFH realizados con trazos tenues, leves, inseguros y llenos de retoques,
como otros que hubiesen sido hechos con trazos muy fuertes, bruscos, brutales y
desproporcionados. En el primer caso, la delicadeza puede ir mezclada con una
timidez, inseguridad e influenciabilidad morbosa que determinaría la
incapacidad para afirmarse y la "neurosis de fracaso".
En el caso de un exceso de vigor, brutalidad
y desproporción en los trazos, podemos
sospechar una falta de madurez y de equilibrio en las reacciones, propio a
veces, de sujetos epileptoides, fácilmente irritables, explosivos y violentos.
Pero también puede tratarse de una reacción compensadora ante un temor de
impotencia. Algunos autores hablan de posibles traumatismos cerebrales,
tumores, encefalitis, etc. pudiendo darse este síndrome en algunos diabéticos
mal controlados.
2-4 - DFH con
trazos fuertes, seguros y bien centrados
Como he dicho anteriormente, el nivel
de presión de los trazos corresponde al grado de energía vital, a la potencia
de la libido, a la fuerza de las tendencias, deseos y necesidades, al vigor de
la voluntad para enfrentarse a los problemas vitales y superar obstáculos y
dificultades en los objetivos que se quieren alcanzar.
Por tanto, una fuerte presión en el
trazado, seguida de un buen control y organización de la tarea a realizar, en
este caso los DFH, es la expresión de un carácter enérgico, voluntarioso y
decidido apoyado por una buena vitalidad. El sujeto resiste eficazmente todo
acontecimiento, situación, obstáculo u oposición, toda presión externa,
contraria a sus principios, a sus necesidades y conocimientos o a los objetivos
que se haya trazado. Esta interpretación es tanto más justa, cuanto más neto,
limpio y profundo es el trazado y cuanto más organizadas y equilibradas sean
las partes y el conjunto de las figuras dibujadas, lo que se traducir
también en una buena profundidad de pensamiento y autenticidad en los valores
personales.
Si la robustez del trazado obedece
solamente al empleo de un rotulador o de un instrumento de punta gruesa, en
cuyo caso los trazos, vistos con la lupa, no presentan más que grosor sin
profundidad, hay que desconfiar de la autenticidad de los valores del sujeto,
especialmente si los bordes de los trazos no son netos, sino llenos de
babosidades, (trazado pastoso y sucio), en cuyo caso el sujeto intenta hacer
alarde de valores inauténticos, exhibe su personalidad ante los demás
ostentando cualidades y méritos que no puede justificar o apoyar en la
realidad.
2.5 - DFH con
líneas seguidas, decididas y sin interrupción
El sujeto pasa del pensamiento a la
acción sin vacilaciones, se siente seguro de sí mismo y de lo que hace. Una vez
toma posición y decide una acción obra con rapidez y de acuerdo con su
determinación. Si el dibujo es rápido, bien proporcionado en su conjunto, y la
presión de los trazos es firme, el sujeto aborda los problemas y realiza sus
intercambios con los demás con plena iniciativa, confianza y resolución, sin
crear conflictos a los demás, ni tenerlos consigo mismo.
Si las partes y el conjunto de las
figuras aparecen desproporcionados, discordantes, mal organizados o con anomalías,
la interpretación debe hacerse en sentido negativo. Se tratar entonces de
un sujeto impulsivo, apasionado, individualista y mal integrado social y
profesionalmente.
2.6 - DFH con
líneas flojas, vacilantes y frecuentemente rotas
Es propio de sujetos asténicos, débiles
de espíritu y de carácter, con frecuentes titubeos y vacilaciones que inhiben
la acción y la decisión.
Las líneas débiles, con poca presión y
vacilantes, hacen al sujeto permeable, vulnerable a los acontecimientos e
indefenso frente a las situaciones adversas o que requieren lucha. El único
recurso de estos sujetos, para mantenerse a flote en la vida, es la
dependencia-sumisión. Los bloqueos psíquicos a causa de la timidez, la
inseguridad y la falta de energía, crea en ellos la fuerte propensión a la
angustia y a la ansiedad.
Si la vaguedad del trazado (flojedad o
blandura) es importante, puede dar lugar a pérdidas de atención, a olvidos,
perturbaciones emocionales y coartatividad inoperantes, principalmente si el
sujeto se siente observado por un superior, de donde la deficiencia para
ciertas tareas, a causa de la frecuente pérdida de autodominio emocional. El
sólo hecho de pensar que puede "no quedar a la altura que desea" (la
timidez genera orgullo interno), le inhibe anormalmente ante los demás. Su
renuncia a participar en reuniones, en seminarios de formación que requieren
examen, o en cualquier acto público, no es más que un mecanismo de defensa
frente a la propia inseguridad.
Los trazos débiles, vagos, tenues o
restringidos son la expresión de la
falta de vigor en las funciones vitales. Sea por la misma debilidad o por
represiones y frustraciones repetidas, el sujeto que realiza con trazos
delgados o tenues los DFH, se encuentra con falta de tono muscular y nervioso,
es decir, con falta de fuerza y de vigor en la voluntad para hacer frente a las
peripecias de la vida. Su sensibilidad y receptividad se acentúan y son
pasivas. Por tanto, su visión de los acontecimientos es bastante dramática,
limitada y subjetiva. No soporta, sin resentirse, cualquier reproche aparente,
cualquier contrariedad u oposición sin sentirse dañado. Su fragilidad, sus
disgustos, su impotencia frente a lo adverso, sus lamentaciones, se ponen
fácilmente de manifiesto, así como su pusilanimidad, su evasión ante los
conflictos y su sentimiento de inseguridad y de impotencia.
2.7 - DFH con trazos bruscos,
violentos, desproporcionados.
Como ya queda indicado anteriormente,
cuando los DFH son dibujados con trazos bruscos, violentos y desproporcionados,
las cargas instintivas o emocionales logran romper el autocontrol, sea por
falta de madurez en el sujeto, sea por traumatismos cerebrales, por tendencias
epileptoides congénitas, o por cualquier otra causa que ha deteriorado la
regulación de las reacciones (drogas, alcohol, etc.), el sujeto es
excesivamente irritable, no soporta bien las contrariedades, tiende a las
reacciones impulsivas, explosivas y violentas y muestran poca habilidad, poco
ingenio, poca paciencia, para adaptar su comportamiento de un modo comprensivo
a las normales incidencias, esperas, obstáculos y dificultades de la vida.
En muchos casos, sobre todo en los
epileptoides, si bien las reacciones son primarias e impulsivas, en la acción
suelen ser lentos y en las relaciones con los demás, en la vida social, es
notoria la inhibición, la retención pegajosa, la crispación repentina del
humor, las reacciones explosivas y las perseveraciones en la actitud tomada.
2.8 - DFH con trazos dentados o en
dientes de sierra
Se trata de trazos que, en sus bordes
externos o internos, presentan irregularidades en forma de dientes de sierra
En general, parecen traducir tensión en
la comunicación, por mantener el sujeto opiniones o criterios contrarios o en
oposición a los demás. Es señal de mala adaptación, de irritabilidad, de
crispación, de reacciones bruscas, propio de una emotividad mal controlada
(Grado V de la escala de Pophal)
Según M.T. Prenat, los dientes de
sierra a la izquierda de los trazos, expresan el "predominio de las
percepciones internas (cenestesia) y de las resonancias intimas", es
decir, la prolongación del efecto de las impresiones recibidas. La voluntad
predomina sobre el sentimiento y produce el tipo pobremente integrado de
Jaensch.
Los trazos con dientes de sierra a la
derecha, según esta misma autora, reflejan el predominio de las percepciones
externas y determinan la impresionabilidad producida por los estímulos
recibidos del ambiente exterior. Se trataría, en este caso, de un tipo
integrado o sociable, pero con un espíritu critico acentuado.
Por tanto, según deducimos de las
observaciones de M.T. Prenat, los sujetos con dientes de sierra en el borde
izquierdo de los trazos, dirigen la agresividad de sus reacciones,
principalmente hacia sí mismos (masoquismo) Y los sujetos cuyos DFH presentan
melladuras o dientes de sierra a la derecha, dirigen la agresividad hacia el
exterior (sadismo)
2.9 - DFH con
trazos torcidos o en doble inflexión
La torsión o doble inflexión es un
trazo que describe dos direcciones opuestas. Puede ser el efecto de una
dolencia física o de los trastornos propios de la edad critica (pubertad), edad
en la que son frecuentes los estados de ambivalencia (existencia simultanea y
con la misma fuerza, en la conciencia de dos afectos opuestos: amor-odio,
atracción-repulsión, obediencia- rebelión, etc.)
Por tanto, la torsión o doble
inflexión, es un signo de conflicto interno, un signo de inseguridad e indeterminación,
un signo de vacilación entre el deseo y el temor que conduce a una pobreza de
medios para enfrentarse con el entorno y sus problemas. Este conflicto interno
se produce cuando, ante un problema, deseo o estimulo, el sujeto oscila entre
dos o más respuestas contradictorias y con la misma fuerza y no sabe a que,
atenerse. Esta lucha interna consume energía, sin hallar una fácil solución. En
este estado, el sujeto está raro de carácter y lleno de contradicciones,
disminuye su capacidad de atención, pierde efectividad en sus estudios o en el
trabajo y sufre interiormente.
Tomemos un ejemplo: el muchacho que
está pasando de niño a adulto. Por un lado, tiene aun sin liquidar el complejo
de Edipo (amor y fidelidad a la madre) Por otro, quiere ser adulto,
desprenderse de la tutela de la madre, divorciarse de ella e independizarse. Ha
centrado su amor en una muchacha que le gusta, pero no tiene valor, ni
suficientes recursos para desprenderse de la tutela de la madre e
independizarse. En esta situación, el muchacho se ve obligado a soportar el
dominio de la madre, a la cual ama y odia a la vez a causa de sus exigencias.
En resumen: la torsión es un gesto de
sufrimiento físico o moral. Es frecuente en sujetos afectados por perturbaciones
del aparato respiratorio, por ejemplo, en los asmáticos. Asociada a las roturas
o soluciones de continuidad de los trazos, puede señalar afecciones cardiacas.
2.10 - Dibujos
con líneas fuertes, rectas e inflexibles
Cuanto más profundo y recio es el
trazo, tanto más se acentúa la rigidez, la tensión, la inflexibilidad del
carácter.
La rigidez e inflexibilidad es una
fijación a ideas, posiciones o actitudes en sujetos que tienden,
inconscientemente, a regresar a una etapa o fase de desarrollo, a una
motivación o necesidad profunda, que quedó pendiente de satisfacción. Por
tanto, la inflexibilidad, la incapacidad, a veces, de ceder incluso a las
evidencias demostradas, tiene su origen en frustraciones afectivas dolorosas
sufridas durante la infancia. Es un trauma de una privación que puede estar
relacionado con el complejo de Edipo o de Electra, o con tendencias
homosexuales reprimidas.
Los DFH realizados con líneas rectas,
tienden a dar a las figuras formas cuadradas o rectangulares, lo que supone,
salvo en raros casos, una adaptación pobre en la convivencia y en el
enfrentamiento con las peripecias de la vida. (Ver mas adelante, en el capitulo
dedicado a la FORMA el articulo "Los dibujos a base de cuadrados o
rectángulos".
Si las líneas rectas de los DFH son
delgadas, tenues o con poca presión, reflejo de una vitalidad o libido débil,
el sujeto se defiende, con su postura rígida, contra su vulnerabilidad interna.
A veces, ciertas líneas, muy fuertes y
alargadas, denuncian trastornos de tipo neurótico o tendencias paranoides. La
pesadez, grosor y apoyo excesivo de los trazos, señal de excesiva fuerza
motora, puede corresponder a sujetos maniacos o esquizofrénicos, pero para
llegar a conclusiones de este tipo, es necesario contar con un informe médico.
Cuando en los DFH los contornos
externos están marcados con líneas fuertes y los detalles internos con trazos
débiles, cabe sospechar que el sujeto pone un muro entre él y su entorno. O
bien defiende su Yo de una vulnerabilidad o permeabilidad excesiva (exceso de
sensibilidad) tomando precauciones defensivas contra los choques dolorosos o
posible hostilidad, real o imaginada de su entorno; o bien posee un alto
concepto de sí mismo (orgullo), que le impide comunicarse abiertamente con
"los cernícalos que le rodean" pues así considera a sus semejantes.
2. 11 - DFH con
líneas inseguras al trazar el contorno
Al trazar el contorno, el sujeto emplea
pequeñas líneas que dejan el dibujo inseguro y vacilante en su estructura.
Estos fallos en el intento de dar configuración a los DFH, repasando a veces de
manera repetitiva los mismos trazos, refleja la angustia del sujeto que, en
circunstancias anormales o inesperadas,
le falta confianza en sí mismo para salir airoso de las situaciones.
Intentando vencer su estado interno de
vacilación, de inquietud y de inseguridad, el sujeto se balancea sobre varias
ideas de corrección. Queriendo perfeccionar lo que cree defectuoso, deja la
huella de su deseo de perfección, pero no la eficacia de su acción. Se trata de
sujetos que, frente a situaciones nuevas o desacostumbradas, quedan indecisos o
como obnubilados, sin saber que solución pueden dar a los problemas. Dudando
sobre lo que deben hacer, pierden frecuentemente la ocasión de actuar en los
momentos favorables, tomando a veces, decisiones erróneas o a destiempo.
Como ya queda dicho en otro lugar, es
importante observar la zona o área donde se producen estos fallos, anomalías o
retoques, ya que representan, inconscientemente, el área donde el sujeto se
siente más débil, impotente o minusválido, es decir, la parte orgánica o
psíquica de su personalidad que mayores complejos de inferioridad genera, dando
origen a sus conflictos.
2.12 - DFH con líneas
de presión, forma, dimensión y dirección descontroladas
Dificultad para reprimir los impulsos.
Agitación. Incapacidad para planificar las tareas. Impulsividad. El sujeto pasa
de la excitación que le produce cada estimulo interno o externo a la reacción
inmediata, sin que medie la reflexión. En todo caso, la reflexión puede venir a
posteriori de los hechos consumados. Este exceso de primariedad puede ser
patológico. (Ver más atrás el articulo: "DFH realizado a base de trazos
bruscos, violentos, desproporcionados)
2.13
- DFH con presión floja o vacilante y frecuentes ángulos en el dibujo
de los contornos
He observado estos signos en personas
sumamente impresionables y poco integradas en la convivencia social y
profesional. Se trata, generalmente, de sujetos muy susceptibles, puntillosos y
egocéntricos, siempre con un sentimiento inseguro del propio valer. Suelen
interpretar de modo torcido o peyorativo cualquier observación critica que se
les hace, cualquier broma o comentario que alguien pueda hacer sin propósito de
ofender o de atacar.
Cuando las figuras dibujadas son, en
proporción, más altas que anchas, (figuras alargadas), el prurito de la propia
dignidad, el orgullo, tiene algo de enfermizo a causa de la facilidad con que
entran en el resentimiento, en los celos y el rencor.
En determinados casos, he observado
este signo como un efecto del exceso de mimo y prolongación del amamantamiento
en la infancia, seguido de la frustración por la llegada de un nuevo hermanito
que le ha postergado o marginado en las atenciones de la madre. Esta
frustración infantil ha condicionado un "carácter anal", desconfiado,
egoísta y egocéntrico. El sujeto no intenta integrarse y adaptarse al mundo,
quiere que sea el mundo quien se adapte a él e intuya todas sus necesidades y
deseos y los satisfaga.
En resumen: la presión o vigor de los
trazos, debe relacionarse con el nivel de energía psíquica y nerviosa, con la
capacidad de afirmación, de voluntad realizadora y con la capacidad de
resistencia orgánica y psíquica que posee cada individuo.
El individuo que está dotado de mucho
impulso, de mucha fuerza realizadora, de iniciativa, de confianza en sí mismo y
fuerte ambición, lo expresar, en los DFH, o en su grafismo, a través de la
presión en el trazado.
Por el contrario, los sujetos con bajo
nivel de energía (libido débil), sea por causas de tipo físico o psíquico, lo
expresarán en sus DFH de líneas delgadas, tenues o débiles y más o menos
indecisas o vacilantes. Los ciclotímicos, los inestables y los impulsivos
muestran un trazado fluctuante en la presión.
010-DYP
LA DIRECCIÓN DE LOS TRAZOS EN LOS DFH
La dirección predominante de los
trazos. en los DFH, puede ser vertical, de arriba a abajo o de abajo a arriba;
horizontal, de izquierda a derecha o de derecha a izquierda; seguida o
interrumpida; decidida o vacilante; etc.
La marcada tendencia a utilizar
movimientos verticales dirigidos de arriba a abajo en los DFH, suele asociarse
con la afirmación de sí mismo, con la postura viril de resistencia y de
"aguante" a las presiones externas. Si el trazado es rápido y con
buena presión señala la ambición y la capacidad realizadora. El dibujo puede
recordar, por la rigidez, el
verticalismo de los soldados en los desfiles, la adaptación convencional a las
disciplinas o a un orden sistematizado y la capacidad que tiene el sujeto para
concentrar su energía y ponerla al servicio de un fin o de un objetivo
determinado. En cierto modo, es también un signo de ambición, de contacto
directo con la realidad, es un intento de imponer las propias ideas, la propia
autoridad o el deseo de regir y dirigir, sin oposición, la voluntad de otros y
los destinos ajenos[3].
Cuando los movimientos verticales se dirigen de abajo
a arriba, el sujeto intenta sublimizar o supercompensar, mediante la actividad
mental o espiritual, aquellas necesidades, tendencias o pulsiones que, por
rechazo de la "censura", no puede expansionar o satisfacer de un modo
directo.
El predominio de movimientos
horizontales, decididos y con buena
presión, indican una expansión libre y sin bloqueos afectivos, de las
pulsiones, deseos y tendencias personales (libido en progresión o "libido
objetal")
La presencia marcada de los movimientos
horizontales, de derecha a izquierda, suele estar asociada con el principio
pasivo y femenino, con el narcisismo (dirección de la libido hacia el Yo), con
la dirección inconsciente hacia la posición embrionaria (deseo inconsciente de
volver al claustro materno) o con la posición acostada o de sueño (tendencia a
la pasividad, a la contemplación pasiva, a soñar con los ojos abiertos) Los
movimientos regresivos, de derecha a izquierda, señalan un retorno hacia atrás.
Normalmente, pasamos de la percepción de un estimulo a la motilidad, es decir,
a la acción. La regresión es un camino seguido a la inversa, el sujeto deja la
acción y retorna a la percepción de los estímulos.
Esta explicación última nos permite
comprender el significado psicológico de los movimientos sinistrógiros o
regresivos, que suelen corresponder a un mecanismo de defensa frente a la
frustración o fracaso. Por tanto, los movimientos regresivos, no sólo expresan
una evasiva y un escondimiento frente a las responsabilidades (egoísmo pasivo),
sino que la evasión ante las dificultades o situaciones que no se podrían
dominar, incitan a escoger la posición más fácil y cómoda: la huida hacia atrás
o la dependencia-sumisión de otros que puedan ofrecer protección. En este último
caso, el sujeto vive como en una especie de simbiosis con la persona o entidad
protectora.
La protección buscada por el sujeto, no
impedir que pueda aprovecharse, egoístamente, de cualquier ventaja u
oportunidad que le sea favorable dentro de su rol de "protegido", lo
que debe comprobarse buscando el nivel de los signos de egoísmo en la escritura
(escritura regresiva, apretada, condensada y con óvalos en doble anillo)
La libido en regresión o "libido
del Yo" (autoconservación narcisista), cuando se acentúa, se presenta
generalmente en los individuos psicóticos, en los hipocondríacos y en los
paranoides con ideas de grandeza.
Esta interpretación también es válida
cuando en los DFH predomina en volumen y en detalles trabajados el lado
izquierdo de las figuras.
Resumen sobre la dirección de los trazos
que configuran los DFH:
Los
trazos realizados desde arriba hacia abajo, mediante la flexión de la mano y
del antebrazo, reflejan el nivel de centralización inconsciente de las
necesidades y tendencias en el Yo. Todo movimiento en flexión, de arriba a
abajo, sigue la dirección "de fuera hacia el propio cuerpo".
Por tanto, no resulta extraño que los
movimientos verticales, rectos y con buena presión, reflejen la actitud de
firmeza, resistencia y vigor en las
posiciones tomadas. Del mismo modo que reflejan suavidad, buena adaptación o
flexibilidad y comprensión de carácter, cuando los movimientos de flexión se
curvan en los DFH armónicos y bien organizados.
Los movimientos de abajo a arriba, que
exigen la extensión de los músculos de la mano y del antebrazo, siguen la
dirección del Yo hacia afuera y a lo alto. Si son curvos, flexibles, o no
violentos, el sujeto muestra en ellos su nivel de idealización, su capacidad
para sublimizar sus pensamientos y actitudes y su desarrollo o necesidad de
desarrollo espiritual. Ahora bien, cuando los movimientos de extensión son
rectos, rígidos, acerados y en diagonal, en relación con la página, el sujeto
muestra su agresividad, su oposición, su rebeldía, su inconformismo.
La dirección regresiva, el comienzo de
los dibujos realizando primero la figura de la derecha y con trazos levógiros,
con la posición de la mano en aducción, refleja los mecanismos defensivos de la
personalidad, la actitud de avanzar para luego retroceder o dar la vuelta a
atrás. El disimulo, la actitud de ocultación, la búsqueda de la imago
"protectora" de la madre, la centralización de la libido en el Yo, el
narcisismo, el egoísmo, el egocentrismo, etc., son cualidades de carácter que
tienen esta dirección.
La dirección progresiva, el comienzo de
los DFH, primero la figura de la izquierda y luego la de la derecha y el empleo
de trazos dextrógiros (mano en abducción) señala la necesidad de comunicación,
la marcha hacia delante, la capacidad para luchar y enfrentarse sin temor a las
peripecias y dificultades que ofrece el entorno. La vida es problemática y
exige lucha, exige unas veces adaptarse y otras adaptar la realidad a nuestras
necesidades. La persona sana y normal camina hacia delante sin retroceder ante
la adversidad, aunque esto supone un nivel mínimo de energía para sostener la
acción y no decaer.
011-DYP
El ASPECTO "FORMA" EN LOS DFH
La forma, tal como indico en mi obra
"Grafología dinámica y estructural", es lo más consciente e
intencional de los DFH. La forma es la expresión del propio estilo y señala las
características de cada personalidad: la selectividad y gusto estético, la
cultura, la capacidad creativa y el grado de retentiva visual y de
convencionalismo que tiene el sujeto.
En otro orden de cosas, a través de la
forma o estructura de los DFH, podemos conocer los intereses y preocupaciones
más sobresalientes, el simbolismo de ciertos estados anímicos y las
deformaciones, los complejos o conflictos que preocupan al sujeto en relación
con su propio cuerpo, o en relación con su pareja o con el otro sexo.
La forma de las figuras refleja también
la aptitud patoplástica, es decir, la tendencia inconsciente de cada individuo
a representar en los DFH su "imagen guía", lo que querría ser, o la
forma como le gustaría ser visto. Las
formas en los DFH, pueden descubrir si el sujeto se presenta a los demás tal
cual es, o emplea cualquier "disfraz" para aparentar el ideal de lo
que quiere ser, o para defenderse o supercompensar sus complejos de
inferioridad.
Por tanto, la forma en los DFH, ofrece
una flora abundante de significados y de tendencias simbólicas inconscientes.
Los psicólogos argentinos Carlos J.
Biedma y Pedro G. D'Alfonso, en su obra "El lenguaje del dibujo"
(Editorial Kapelusz, 1960) describen algunos arquetipos relacionados con el
aspecto de la forma. Me he inspirado en estos autores para interpretar algunos
elementos gráficos generalmente utilizados en la estructuración de los DFH.
a) EL PUNTO, generalmente utilizado para
señalar los ojos, las narices, los botones del vestido, etc.. Para Biedma y
D'Alfonso el punto puede ser un "signo de perplejidad, de duda, de
inseguridad o de confusión, a causa de su imprecisión". Nosotros lo
interpretamos también como una imperfección o incompletud que denota la falta
de preparación del sujeto para enfrentarse con los problemas que le plantea la
vida.
b) LA LÍNEA RECTA, que se suele utilizar para enmarcar la cara, el
tronco o las extremidades. Nosotros, las líneas rectas, en los DFH, las
interpretamos como signo de un carácter escueto, firme, decidido, acostumbrado
a abordar los problemas de manera simplificada, atendiendo el conjunto
esquemático y la síntesis de las cuestiones. Lo que se traduciría también en
una buena capacidad mental, desprovista de influencias sentimentales. En
sentido negativo podría interpretarse como falta de habilidad, como rigidez de
carácter y falta de consideración en la forma de tratar las cuestiones o
asuntos de los demás, es decir, como falta de tacto en las relaciones humanas
(Ver más atrás "LA DIRECCIÓN DE LOS TRAZOS EN LAS DFH")
c) LA LÍNEA
CURVA. El predominio, más o menos constante, del empleo de las líneas
curvas en el trazado de los DFH, suele expresar una expansión adaptativa, un
comportamiento suave y empático en el que la palabra, el gesto y la acción,
tienen un aire conciliador, es decir, el sujeto tiene una comprensión
tolerante, una actitud benévola y un ánimo optimista y sociable.
En sentido negativo, los DFH trazados
con líneas curvas flojas, mal coordinadas y con distorsiones y desproporciones
en el aspecto de las figuras, no sólo nos reflejar una carencia de tono
muscular y nervioso que llevar al sujeto a indolencia, a la ausencia de
deseo o interés por cualquier esfuerzo activo, a la dificultad para tomar
iniciativas en la solución de los problemas
vitales,
sino que puede traducir también la claudicación fácil a la presión de otros y a
dejarse influenciar negativamente.
Cuantos más signos de distorsión,
desproporción y falta de equilibrio se observe en los DFH, tanto mayor
ser n los desórdenes mentales y las cualidades neuróticas o psicóticas del
sujeto.
d) CUADRADOS O RECTÁNGULOS. Los DFH a partir de
cuadrados o rectángulos para estructurar la cabeza, el tronco o las partes
movibles del cuerpo, signo ya estudiado
más atrás refleja, para Biedma y D'Alfonso, "una disposición regular,
equilibrada y bien delimitada, la capacidad de método, de organización y
síntesis", es decir, la planificación de la actividad, la prudencia, la
seriedad, el autodominio (control de nervios y emociones) y la constancia
en
los objetivos y en las posiciones tomadas.
En sentido negativo, los cuadrados o
rectángulos en la estructuración de las figuras, podríamos asimilarlo con el
concepto popular de "cabeza cuadrada", es decir, expresa la
limitación del sujeto que no puede ir más allá de las rutinas adquiridas,
de sus hábitos profesionales, de su sistema de vida. En el modo de pensar del
sujeto, la perseveración en sus costumbres, en sus hábitos de vida, determina
ciertos rasgos de carácter, como la tozudez, la testarudez, la pertinacia, la
intransigencia y la terquedad. Y es que, el sujeto, sólo se siente seguro
dentro de su esquema de vida y costumbres.
e) LÍNEAS CON CONCAVIDAD HACIA LA DERECHA. Los
DFH donde los contornos están dibujados con líneas cuya concavidad se dirige
hacia la derecha y en el lado derecho de las figuras, parece corresponder a
tendencias, impulsos y necesidades que se orientan hacia un contacto abierto y
comunicativo con los demás (buena sociabilidad y empatia)
f) LÍNEAS CON CONCAVIDAD
HACIA LA IZQUIERDA. Los DFH donde el
lado izquierdo de las figuras está
realizado con trazos cóncavos, mirando a la izquierda expresan la tendencia a recordar escenas o
vivencias del pasado relacionadas con la madre o con etapas de la vida
infantil. Otra interpretación es la tendencia a "retener" a inhibir o
reprimir, impulsos primarios, deseos, tendencias o necesidades que podrían
plantear al sujeto algún complejo de culpabilidad o conflicto con el entorno.
Como compensación a estos rechazos o represiones, el sujeto evoca solamente
experiencias, recuerdos, o escenas agradables. Entre otras interpretaciones
halladas en algunos casos, está la regresión, la tendencia inconsciente a
volver al claustro materno, al vientre de la madre.
g) LÍNEAS ONDULADAS. El empleo de líneas
onduladas, de líneas serpentinas poco afirmadas, es decir, blandas, inseguras y
evasivas, corresponde, en sentido positivo, a una actitud alegre y no
comprometida, a un suave balanceo que escapa a toda actitud firme y concreta.
El sujeto evita toda actitud seria y solemne, toda tiesura y
"formalidad", escapa a las situaciones comprometidas utilizando
bromas, chirigotas o salidas de escurridizo humor, cambia fácilmente
de
rumbo, sin dejar atrás ningún conflicto, roce o clara posición. Su carácter no
es nunca igual, pero deja una impresión agradable allí por donde pasa.
En sentido negativo, las líneas
onduladas recuerdan a la serpiente astuta y sigilosa, escurridiza, ambigua, que
se evade con suma facilidad. Cuanto más débil e imprecisa es la estructura de
los dibujos (déficit de energía psíquica y nerviosa) la sensibilidad del sujeto
es tanto más vulnerable, tanto más impresionable y vacilante. La actitud de
evasiva, es en este caso, un mecanismo de defensa frente a la angustia, la ansiedad,
los complejos de culpabilidad y la propensión al sobresalto, al desequilibrio
emocional.
No es raro, pues, la actitud flotante,
la inestabilidad de ánimo, de humor y de voluntad, la falta de seguridad en sí
mismo y el miedo neurótico de estos sujetos a las situaciones inesperadas, a
las contingencias de fracaso, o a las situaciones reales o imaginadas de
culpabilidad.
h) LÍNEAS EN
GUIRNALDA. La tendencia acusada a definir los contornos, o el interior de
los DFH, con líneas en forma de guirnalda, refleja, en general, una disposición
abierta a las impresiones más variadas, ya sea a los sentimientos y opiniones
de los demás o a los acontecimientos externos.
Cuando el trazado es débil (delgadez,
poca presión en los trazos) el sujeto es influenciable e indeciso,
excesivamente dúctil e incapaz de mantener su propia individualidad e
independencia.
i) LÍNEAS EN
ARCO. La notable existencia de arcos en los contornos o en el interior de
los DFH, en las partes de las figuras donde no es preciso, señala, en general, los gestos defensivos de
desconfianza y de salvaguarda del Yo. Los arcos, en zonas donde no son
necesarios, pueden reflejarnos la tendencia a la actitud encubierta, la
elaboración de una conducta en la que el sujeto oculta sus lados débiles y
quiere presentarse en el exterior ostentando un prestigio, unos m‚ritos y
cualidades insuficientemente respaldados por la realidad.
j) ÓVALOS O CIRCUNFERENCIAS. Los óvalos y
circunferencias referidas a los contornos (cara, tronco, brazos, piernas,
etc.), es decir, allí donde estas formas no son correctas, reflejan que el
sujeto no se arriesga, resuelve los problemas, los retos y las situaciones del
modo más limitativo y fácil, recurriendo a formas inmaduras, infantiles y poco
comprometedoras. En cierto modo, es una actitud evasiva o una incapacidad para
resolver cualquier escollo o dificultad enfrentándose de modo decidido y
valiente con un problema o tarea.
En general, rehuir a dar la forma
adecuada a los DFH, es indicador de falta de confianza en sí mismo para
resolver problemas nuevos e inesperados. Ciertos individuos tratan los dibujos
con una prudencia sospechosa, disfrazada a menudo con notas gráficas de humor.
k) ÁNGULOS O TRIÁNGULOS
en los DFH. En el enmarcado de las figuras, la
existencia de ángulos, sobre todo cuando son agudos, y los DFH presenta
distorsiones, sombreados, desproporciones u otras anomalías, son señal de
incapacidad de adaptación, de crispación nerviosa y de cambios bruscos en el
comportamiento, propio de personalidades esquizoides. Estos sujetos pretenden que el entorno se
adapte a sus necesidades y deseos. Esta actitud anómala, conduce a un constante
combate o litigio del individuo con los demás e incluso consigo mismo y a un
estado de insatisfacción y de frustración casi permanente.
En sentido positivo, los ángulos y
triángulos en las figuras, señalan un control critico de la fantasía y de la
imaginación, la resistencia a dejarse influir y una defensividad argumental
aguda e incisiva con la que el sujeto mantiene su derecho a la independencia y
a la individualidad.
Los triángulos dando forma, en los DFH,
a la cabeza, el tronco, los brazos y las piernas, etc., reflejan un carácter
duro, agresivo, oposicionista, tirante e incómodo. El sujeto inhibe toda
manifestación espontánea de "acercamiento, convivencia y simpatía"
hacia los demás, actúa como si pusiera el codo para ir apartando agresivamente
a los otros. Quiere regir y dirigir a su entorno imponiendo sus ideas, sus deseos
y objetivos sin consideración. Su antagonismo, oposición y falta de
objetividad, sus fallos de comprensión, su ausencia de paciencia y de
sociabilidad, hacen su carácter difícil de soportar. Es un
"aguafiestas" que destruye con sus criticas, cualquier ilusión noble,
cualquier reunión amistosa o familiar o cualquier idea altruista y generosa nacida en otro.
l) LAS CUADRICULAS (conjunto de líneas entrecruzadas formando cuadros),
frecuentemente empleadas en los vestidos. Según Biedma y D'Alfonso, indican
"una predisposición a la tensión y a la concentración. El exceso de
análisis dificulta la claridad, reduce al mínimo la capacidad de síntesis. El
sujeto no enlaza y construye sus ideas para dar una buena imagen del conjunto,
carece de visión panorámica" y esta minusvalía de la inteligencia, se
traduce también en falta de iniciativa, de decisión y de confianza en sí mismo.
o) LA ESPIRAL, gesto equivalente a dar
vueltas en torno a un punto (simbólicamente, en torno al propio Yo), sea para captar
(espiral concéntrica), sea para expulsar (espiral excéntrica o centrifuga), es
un gesto que corresponde a sujetos egocéntricos, narcisistas y egoístas,
siempre inclinados a referirlo todo a sí mismo. Se trata de individuos,
incapaces de situarse en el lugar de otros, incapaces de reparar en los
problemas de los demás.
El egocéntrico, cree que el mundo las
personas y las cosas no pueden ser de otra que como él las piensa, las siente y
las ve.
En la espiral concéntrica el sujeto
actúa como un "caníbal psíquico" e introyecta en su Yo la mayor parte
posible del mundo y de las personas y las transforma en fantasías
inconscientes. De esta forma, el sujeto atenúa sus afectos libremente flotantes
(frustraciones, angustias, ansiedades, etc.), llegando así a un ensanchamiento
del Yo y del circulo de sus intereses.
En las espirales excéntricas o
centrifugas, el sujeto expulsa de su Yo y de su interés los afectos y
tendencias desagradables o penosas.
Las personalidades
"distímicas", ansiosas, depresivas, obsesivas o fóbicas, son
propensas a dibujar espirales concéntricas. Los histéricos, maniacos y
psicópatas, tienden a dibujar espirales excéntricas o centrifugas.
012-DYP
LA RAPIDEZ DEL DIBUJO EN LOS DFH
Generalmente, la rapidez con que el
sujeto realiza sus dibujos, está en correlación con la madurez psicológica, con
la confianza que tiene el sujeto en sí mismo, con su memoria perceptiva y su
habilidad de dibujante.
El sujeto que emprende rápidamente y
sin vacilaciones, la tarea de dibujar la pareja humana que se le pide,
realizando la prueba con prontitud y sin paradas muy reflexivas o de duda,
muestra su capacidad de adaptación a situaciones nuevas y prontitud de
pensamiento y acción cuando tiene ante sí un problema nuevo, una dificultad o
una incógnita.
El nivel de presión de los trazos, la
seguridad del trazado y las buenas o malas proporciones de las figuras, nos
informarán sobre la calidad de sus respuestas ante circunstancias de parecida
imprevisión.
El tamaño de las figuras, nos
indicar si el sujeto influye sobre su entorno o se deja influir por su
medio ambiente. La seguridad en sí mismo y su buen contacto social, lo
descubriremos en la forma de resolver la cara y sus órganos más importantes
(Ver el dibujo de la cabeza)
Un dibujo rápido, bien realizado, bien ubicado en el
espacio gráfico, sin distorsiones ni anomalitas, será siempre reflejo de
espontaneidad, eficacia y feliz solución de los problemas, además de una buena
adaptación.
1. Los DFH realizado con rapidez,
con trazos armónicos y buena configuración, reflejan que el sujeto ha
realizado una buena evolución, deja a un lado los detalles o nimiedades, no se
deja influir por ningún complejo y se dedica a sus tareas cotidianas o profesionales,
evitando las perdidas de tiempo en consideraciones inútiles. Sabe lo que quiere
y a dónde va, y trata de resolver con eficacia los problemas, obstáculos o
dificultades que le impedirían llegar pronto y bien a alcanzar sus objetivos.
2. Los DFH realizados
con lentitud. Si los dibujos de las figuras están bien detallados,
organizados y equilibrados, refleja una actividad mental tranquila, reflexiva y
prudente. Buena memoria perceptiva que concibe los hechos y las cosas tal como
los percibe de la realidad. Sus juicios serán una copia fiel de lo que viven
sus sentidos físicos. Por tanto, el sujeto será un excelente ejecutor de tareas
metódicas o sistemáticas.
La lentitud en los DFH, suele estar más
ligada a la pasividad que a una actividad creadora, emprendedora y dinámica. Si
el trazado es poco firme, relajado o con presión débil, la lentitud puede estar
relacionada con una libido débil, con un escaso vigor vital.
Las detenciones silenciosas e inactivas
o el ensayar, en el aire, determinadas partes de las figuras, antes de
dibujarlas, suele darse en personas que, hasta ese momento de la detención,
habían realizado sin problemas parte de su dibujo, viéndose de pronto
bloqueadas por cualquier trauma o estado interno conflictivo, relacionado
posiblemente, con la zona o área corporal
que
ha motivado la interrupción.
3. Trazos rápidos y
puntiagudos, (acerados), en los DFH. Según su frecuencia, grosor y
dimensiones, expresan las manifestaciones directas, más o menos violentas y
agresivas, de los impulsos primarios, es decir, variados índices de
agresividad, que pueden ir de la simple critica, ironía, impaciencia y
mordacidad impulsivas, a reacciones de indignación, irritabilidad excesiva ante
las contrariedades y al descontrol emotivo.
Cuando los trazos tienen una fuerza y
grosor muy marcados y una punta muy aguda, pueden registrar ya las reacciones
sádicas: crueldad, encarnizamiento implacable, ferocidad y espíritu
sanguinario.
013-DYP
SOMBREADOS, RETOQUES, BORRADURAS,
BORRONES, TACHADURAS EN LOS DFH
El
sombreado, en general, ha sido interpretado por Karen Machover y sus
seguidores, como signo indicador de angustia, como opresión del animo,
signo característico de los individuos encogidos por impresiones difusas de
impotencia, de inseguridad, de inferioridad, frente a peligros reales o
imaginados, determinantes de estados internos de sensación penosa, de malestar
profundo, de inquietud extrema y miedo irracional.
En
estos complejos de angustia y ansiedad, puede jugar un importante papel las
represiones o insatisfacciones sexuales, las frustraciones, el miedo
injustificado a la pérdida de empleo o de algún ser querido, etc.
Este
signo, es tanto más importante, cuanto más negra y extensa es la zona o área
del sombreado.
El
sujeto que realiza sombreados en sus DFH, muestra el deseo de querer protegerse
contra cualquier influencia o estimulo perturbador que esté relacionado con lo
que representa la zona del dibujo sombreada. El sombreado, entraña aspectos
ocultos del sujeto que sólo se descubren indirectamente. Es por esta razón que,
en muchos casos, el sujeto niega su angustia o inquietud, sus miedos
irracionales, su ansiedad, echando mano de los argumentos o justificaciones que
primero se le ocurren.
En algunos casos, encontramos
sombreados en DFH realizados con líneas fuertes, lo que quiere decir que el
hecho de que el sujeto sea propenso a la angustia, no impide que pueda ser un
individuo muy activo, lo que supone un empeño de superación, de compensación de
algún sentimiento de vacío profundo de su personalidad (frustraciones sexuales,
fallos en cualquier aspecto, fuertes preocupaciones, etc.) Es sabido que, el
incremento de la actividad, es el mejor recurso para no alimentar la angustia o
las preocupaciones y que estas se desvanezcan por inanición. La actividad
seguida y útil, aparta el pensamiento y la atención de los dolores físicos y
morales.
1. El sombreado de la cara en los DFH. Karen Machover encontró esta anomalía en
sujetos con perturbaciones emocionales graves, dominados por la ansiedad y con
un concepto muy pobre de sí mismos. También este síndrome gráfico en
delincuentes agresivos con tendencia al robo.
Por nuestra parte, los sombreados en la
cara sólo los hemos visto en sujetos con problemas de adaptación social, faltos
de confianza en si mismos, dos de ellos con problemas infundados de celos sobre
su "partenaire", incluso habiendo llegado a las agresiones físicas.
2. Sombreados del cuerpo y de
las extremidades en los DFH.
Suele ser indicio de problemas psicosomáticos y ansiedad por el cuerpo. El
sujeto tiende a estar observándose continuamente, está al acecho de cualquier
pequeña sensación o molestia que percibe en su organismo. Su preocupación
hipocondríaca por el propio cuerpo, su egoísmo y egocentrismo, unido a su
ansiedad, hace al sujeto fatigante para los que le rodean. Siempre está
hablando de sus síntomas de enfermedad, generalmente imaginados, fantaseados y
preocupantes. Requiere que los demás le estén escuchando constantemente y si
sus excesivas reclamaciones de atención no son satisfechas, se llena de mal
humor, acude a la visita de varios médicos, a veces más para sentirse
escuchada, que para recibir un tratamiento, que no seguir al pie de la letra.
3. Sombreados en los brazos. Los
sombreados en los brazos, pueden estar en relación con "sentimientos de
culpabilidad" por algo realizado con las manos, como puede ser la
masturbación o la apropiación de algún objeto. Pueden indicar también complejos
de culpa por agresiones físicas a los demás.
4. Sombreados en las piernas.
Indicador de fallos o preocupaciones en el aparato locomotor. La ansiedad, en
este caso, puede centrarse en sentimientos de inferioridad por el tamaño del
cuerpo, por deficiencias o malformación de las piernas o también preocupación
motivada por los complejos sexuales.
Sin embargo, todas estas
interpretaciones son relativas, lo único que podemos deducir con certeza, es
que cualquier sombreado es un síntoma de ansiedad y que, por ejemplo, como dice
la Dra. Koppitz, "el hecho que
aparezcan sombreados en los DFH, no nos permite otra cosa que sospechar, con
relativa seguridad, que el sujeto padece angustia sobre alguna actividad, real
o fantaseada, relacionada con los órganos localizados en el área donde
surge".
5. Sombreado de las manos en los DFH. Es
indicador de alguna situación conflictiva o de pensamientos rechazados que
producen angustia en relación con las manos. Puede tratarse de algún complejo
de culpabilidad o de alguna actividad realizada o fantaseada con las manos. A
veces, ciertos problemas psicosomáticos como el temblor, tener las manos feas,
algún dedo cortado o atrofiado, etc., puede ser motivo de angustia.
6. Sombreados en el cuello de las figuras.
Suelen descubrir la existencia de situaciones en que el sujeto ha de realizar
verdaderos esfuerzos para controlar impulsos rechazados por el Super-Yo, o que
la conciencia reconoce como "inaceptables", violentos o inoportunos.
Estos impulsos pueden tener un sentido contrariante y agresivo en su dirección
del Yo al Tú.
Si
el cuello está dibujado con líneas rectas e inflexibles, los sombreados pueden
reflejar la lucha del sujeto entre sus impulsos violentos y su autocontrol
rígido. Este es el caso de individuos que son intransigentes, polémicos,
inconformistas y agresivos en la intimidad y, en cambio, en la esfera
profesional y social se muestran humildes y retraídos. En algún caso, hemos
observado este signo en sujetos con una nuez muy salida, o con gran sotabarba
descendiendo sobre el cuello (complejos físicos en esta parte del cuerpo)
7. Sombreados en el pecho
masculino y en la zona de los senos femeninos. Si ambos sombreados aparecen en dibujos realizados
por varones, puede tratarse del deseo de destacar la propia fuerza o la propia
personalidad, a pesar de la posible dependencia económica o moral de la mujer.
Si es la fémina quien sombrea los dibujos en ambas áreas, puede sospecharse que
esta mujer vive afectada por preocupaciones cancerosas en los senos o por
preocupaciones sexuales que la inhiben frente al varón.
8. Sombreados en el área de los
órganos sexuales. Normalmente, la angustia o ansiedad del sujeto
(varón o fémina), puede estar relacionada con la función sexual. Hemos
observado este síndrome gráfico, en mujeres con un embarazo no deseado o
temido, y en el caso de relaciones sexuales ocultas y que se teme puedan ser descubiertas.
9. Sombreado de nubes. Es síndrome frecuente en sujetos que se sienten
amenazados por impedimentos o circunstancias poderosas procedentes del medio
ambiente. Lo hemos observado en individuos con temor a quedarse en paro forzoso
o que ya lo estaban. También lo detectamos en algunos casos de personas con
relaciones amorosas contrariadas por los padres.
RETOQUES
EN LA CONFIGURACIÓN DE LOS DFH
Los retoques, son fallos producidos por
la inseguridad y torpeza del sujeto ante una tarea que le cuesta realizar.
Refleja, normalmente, una cierta inferioridad en el desarrollo de las
facultades perceptivas. Sin embargo, cuando los retoques aparecen en una zona o
área aislada y no en todo el conjunto, son indicadores de conflictos,
problemas o preocupaciones en relación con los órganos correspondientes al
área donde se presentan.
Los retoques, pueden ser también el
efecto de alguna depresión, o la aplicación minuciosa y exigente de un Yo con
un deseo de perfección exagerado.
El retoque, considerado como "un
acto fallido", es un impulso inconsciente que intercepta, momentáneamente,
la idea de la tarea a realizar. Este tropiezo, fracaso o fallo, se puede
considerar como un efecto gráfico de un conflicto, como una representación
inconsciente y dolorosa de algún fallo personal relacionado con el lugar donde
se ubica el retoque.
a) Las borraduras en los DFH. Suelen
coincidir en individuos que miran el
mundo y lo juzgan a través de una libido desatendida o bloqueada, es
decir, de una manera subjetiva, condicionada y vivenciada según los problemas o
distorsiones interiores. Algunos autores, relacionan este signo con la neurosis
compulsiva (inclinación a realizar determinados actos, más o menos
absurdos, empujado por potentes fuerzas
inconscientes, a pesar de reconocer consciente-mente su inutilidad e
irracionalidad) Los niños pequeños, los esquizofrénicos, y los retardados
mentales, raramente intentan -según Machover- borrar lo que ya han dibujado.
b) Las
manchas o borrones en los DFH. Los borrones o manchas de tinta, o de
bolígrafo, que se hacen en el papel, por sudor de la mano, descuido o torpeza,
suelen reflejar estados de insatisfacción consciente o de ansiedad debidos a
impulsos sado-masoquistas que condicionan la tendencia a la suciedad. La
sensación de incompletud de estos sujetos, puede deberse a no haber podido
formar pareja o a que el partenaire no satisface afectivamente y sexualmente al sujeto.
Las manchas acentuadas, en los DFH, en
opinión de la Dra. Koppitz, pueden ser un síntoma de amnesia. Según el sitio
donde están situadas las manchas, se puede tener una referencia sobre la localización
del problema.
c) Las tachaduras en los DFH.
Ciertos individuos tachan las
figuras después de haber realizado una parte de ellas. Este tipo de tachaduras
está en correlación con complejos de fracaso y falta de identificación consigo
mismo, lo que motiva la angustia de la indecisión. El sujeto intenta corregir
con este acto lo que él cree incorrecto y teme se le juzgue de modo distinto a
como él quiere ser visto. Es importante saber si la figura tachada corresponde
al propio sexo del sujeto o al sexo contrario. Cuando se trata de tachaduras a
la figura del propio sexo, el sujeto denota su sentimiento de fracaso y la
anulación de sí mismo, lo que trae aparejado un empobrecimiento afectivo y de
las facultades intelectuales. El sujeto consume gran energía en sus conflictos
internos. Estas anomalías en la autoimagen, en el concepto de sí mismo, pueden
dar lugar a una neurosis obsesiva o a un estado pre-psicótico por la tendencia
desintegrativa y de disociación del Yo.
Cuando la figura tachada corresponde al
sexo contrario, señala problemas con este, o con su pareja. Inconscientemente,
el sujeto desea anular, eliminar, al sexo opuesto o a su pareja, ya sea por
tendencias homosexuales que sitúan al sujeto en inferioridad competitiva con la
mujer, ya sea porque la mujer es un obstáculo insoportable para su expansión
afectiva y sexual.
d) Las transparencias en los
DFH. En las transparencias, las
formas del cuerpo se ven a través del traje o vestido. Según nuestra propia
experiencia, hemos encontrado este signo en sujetos con un C.I. bajo, es decir,
con deficiencia en las facultades criticas frente a la realidad y al medio
ambiente. Es frecuente también en sujetos con sentimientos de inquietud,
agitación emotiva e incertidumbre (alto predominio del temperamento nervioso),
propensos a la ansiedad libremente flotante.
Los traumas edípicos, los conflictos
internos y miedo agudo con respecto a la sexualidad (complejos de castración),
suelen estar presentes, así como ciertos estados de ambivalencia (alternativas
desagradables de miedo y esperanza, de inseguridad y fe, de duda e ilusión,
etc.), que reflejan la falta de confianza en sí mismo y hacen que el sujeto
viva sobrecogido de angustia y emita juicios muy subjetivos.
En el dibujo de las transparencias en
los DFH, el sujeto puede actuar de dos modos distintos:
a) dibuja primero la figura desnuda y
luego la viste, indicando así sus represiones sexuales
b) dibuja primero la figura vestida y
luego insinúa, a través del traje o vestido, las diferentes partes del cuerpo.
En estos casos, el sujeto muestra una particular preocupación por la parte del
cuerpo donde está ubicada la transparencia. Generalmente, las transparencias se
localizan sobre los genitales y las piernas.
Cuando las transparencias se deben a los dedos de los pies, que se ven a
través de los zapatos, según Karen Machover, puede ser indicio de una
"agresividad patológica".
En opinión de la Dra. Romano, las
transparencias suelen encontrarse en "personas con escasa capacidad
técnica para el dibujo. Nosotros hemos observado la veracidad de esta
observación en bastantes casos, por lo que sugerimos el cotejo con otras
pruebas y la técnica de la entrevista a la hora de interpretar.
014-DYP
EL DIBUJO DE LA CABEZA
COMO ÓRGANO PRINCIPAL DE LAS DFH
Generalmente, lo primero que se dibuja
en los DFH es la cabeza, seguramente porque la cabeza es lo más importante y
más visible de cada persona y es lo que, socialmente, representa mejor la
personalidad de cada individuo.
Cuando nos comunicamos con los demás,
la cara y las manos es lo único que, normalmente, descubrimos a nuestros
interlocutores. Lo que memorizamos con mayor facilidad de una persona, no es el
cuerpo, sino el rostro, porque el rostro es lo más característico, expresivo y
representativo de cada individuo. De ahí que pongamos cierto, énfasis en el
estudio de los detalles que configuran la cabeza, que suele ser lo primero que
se dibuja en los DFH.
A continuación voy a exponer algunas
interpretaciones sobre el dibujo de la cabeza y sus variados elementos: el
cabello, los ojos, la boca, la nariz, la barbilla, etc.. Ahora bien, no me
cansar‚ de repetir que cualquier signo o pequeño detalle de los dibujos,
considerado aisladamente, tiene un valor muy relativo si no se tiene en cuenta
la totalidad de las figuras.
1.
Cabeza grande con rasgos de la cara excesivamente acentuados
en comparación con el resto del cuerpo. Si la figura es la del propio examinado, colocada a la izquierda y la
del sexo contrario a la derecha, puede indicarnos que el sujeto necesita
liberarse de su temor a sentirse inferior con relación al otro sexo. Si la
figura del propio sexo está colocada a la derecha y la del otro sexo a la
izquierda, el sujeto se siente igualmente inferior, pero trata de compensar, de
alguna manera, socialmente o profesionalmente, su sentimiento de inferioridad,
destacándose por su atractivo, por su poder de dominio o por su habilidad o
cultura.
En el primer caso, los intentos de
superioridad, los llevar el sujeto de modo pasivo, por ejemplo, por el
camino de la cultura, de la especialización técnica, cultivando algún arte,
etc. pero siempre buscando el apoyo de otros. En el segundo caso, colocándose a
sí mismo a la derecha, el sujeto ser más o menos consciente de su
minusvalía, pero luchara para alcanzar sus metas y adaptar el mundo externo a
sus necesidades y aspiraciones.
Los sujetos paranoides, los
narcisistas, los vanidosos, etc. dibujan las cabezas grandes como símbolo de la
preponderancia que conceden a su propia persona. También ocurre con los niños
pequeños que dibujan la cabeza grande en sus monigotes. La ambición de todo
niño es ser grande, para poder hacer lo que hace papá, o lo que hace mamá.
2. Esmero en detallar los rasgos de
la cabeza en los DFH. Interés en
cuidar la apariencia personal, la imagen externa. Necesidad de compensar
sentimientos de inferioridad destacando valores reales o aparentes para
sobresalir sobre los demás, intento tanto más acusado, cuanto más grande o alta
aparezca la figura que representa al sujeto. En general, esta tendencia, es un
mecanismo de defensa contra la inseguridad interior, muchas veces compensada
por el ensanchamiento del Yo en cualquier esfera. Exhibir una fachada, elaborar
una conducta beneficiosa en el exterior, es muchas veces un factor de éxito. De
esto saben mucho las mujeres y los políticos.
3. Detalles normales en el dibujo de
la cabeza: Siendo la cabeza la parte más importante del cuerpo
y lo que nos identifica más socialmente, es normal que en los DFH se preste más
atención y se dibuje con más detalles que el resto del cuerpo. Por tanto, una
cabeza bien detallada en sus elementos, sin que se distinga por un exceso de esmero,
refleja una adaptación normal, sana y equilibrada y una autoimagen sin grandes
complejos psicológicos, especialmente si el dibujo del resto del cuerpo, no
presenta sombreados, roturas, distorsiones u otros signos anómalos.
4. El
emplazamiento o ubicación de la cabeza en la pagina El
emplazamiento que da el sujeto a la figura y muy especialmente a la cabeza, que
suele ser lo primero que se dibuja, es un dato importante para deducir como
anda la relación del individuo con su entorno. Cuando el sujeto inicia el
dibujo que le representa, lo hace normalmente en el cuadrante superior derecho
o en el cuadrante superior izquierdo. Si empieza el dibujo en el cuadrante
superior derecho, detalla normalmente la cabeza y da al resto del cuerpo unas
buenas proporciones con líneas firmes y decididas, se puede colegir que el
sujeto está bien adaptado y bien integrado en su medio ambiente, no tiene
grandes problemas en el desarrollo de su vida social y profesional y, en cierto
modo, tiene una personalidad que influye sobre su ambiente.
Cuando el dibujo de la figura del propio
sexo se inicia en el cuadrante superior izquierdo, si no hay anomalías en el
detalle de los rasgos de la cabeza, ni en la estructura del contorno, el sujeto
se adapta y se integra normalmente a su medio, pero su actitud con relación al
exterior, ser generalmente pasiva, aunque intente destacar los rasgos
faciales. Se tratar, posiblemente, de un
sujeto introvertido y algo tímido, con ciertas dificultades de socialización o
contacto con personas de ambientes sociales distantes del suyo.
5. Cabeza pequeña en relación con el
cuerpo de la figura.
La ubicación o emplazamiento, el tamaño y la
proporción de la cabeza con relación al cuerpo son datos importantes a tener en
cuenta en los DFH. Si reconocemos que la cabeza es nuestro "centro de
información, de percepción y archivo" y la sede donde se elabora nuestra
comunicación con el exterior, no debemos extrañarnos que una cabeza pequeña en
relación con el cuerpo de la figura, nos refleje, de algún modo, una
disminución de la idea del Yo, un problema de autoimagen o del concepto de sí
mismo, que invita a la reducción de la capacidad expansiva, una merma en las
relaciones sociales o en la comunicación con los demás.
Por esta razón, diversos autores nos
hablan, en este caso, de la existencia de complejos de inferioridad, sea
intelectual o de otro tipo.
Karen Machover encontró este signo en
sujetos con deseo consciente -y, por tanto, patológico-, de ignorar el
raciocinio para seguir las exigencias de ciertos impulsos neuróticos, como
ocurre en los sujetos obsesivo-compulsivos. En algunos casos, hemos visto esta
particularidad de los DFH en sujetos "capitidisminuidos" (pobre y
frágil idea del propio Yo), pero con una dignidad susceptible defensora del
empobrecido Yo que les inclina a poner un cerco, una barrera, entre el sujeto y
su entorno.
6. Cabeza
pequeña con rasgos faciales omitidos o poco detallados Como en el
caso anterior, este signo expresa una disminución del concepto autoestimativo,
bien sea por alguna causa objetiva o por una impresión subjetiva de fracaso o
de minusvalía. El sujeto puede hallarse bajo los efectos de una curva
depresiva, o enfrentado con algún problema o crisis que le hace sentirse pobre,
marginado e inadaptado, o quizá impotente frente a una realidad adversa o
un ambiente hostil.
En estos casos, las causas de la
angustia, ansiedad o depresión, pueden estar originadas por algún complejo de
abandono, de postergación o de olvido en relación con los méritos que el sujeto
puede pretender tener, por privación de afecto por parte de los padres o de su
partenaire y también por falta de confianza y habilidad para obtenerlo.
Hemos testado a dos individuos que
perdieron su trabajo de directivos por haber quedado obsoletos en su puesto y
por esta causa fueron sustituidos. Estos sujetos sentían como una especie de
"vergüenza de sí mismos", mezclada con un profundo resentimiento.
En general, cuando la cabeza o el
rostro son pequeños en relación el
conjunto de la figura y los rasgos faciales aparecen esfumados, poco detallados
u omitidos, se debe sospechar algún problema serio en la autoimagen y en el
desenvolvimiento del sujeto en su vida familiar, profesional o social.
7. Cabeza grande, desproporcionada
con el cuerpo y mal configurada. Como acabamos de ver, el concepto de sí mismo, la
autoimagen, se centra en la cabeza de los DFH. Todo hombre desea que se le
valore por su inteligencia y eficacia. El hombre desea triunfar por su
"acción", por su "saber", o por su
"savoir-faire". La mujer desea triunfar por ser bella, por su
capacidad para "agradar", cuida ante todo su cabeza, su peinado, su
maquillaje y su vestimenta.
Por tanto, en el caso del hombre,
exagerar las dimensiones de la cabeza en
los DFH, supone una ambición desmedida, sea en las aspiraciones intelectuales,
artísticas, deportivas o en el trabajo.
En el caso de la mujer, la ambición
toma la vía de querer "protagonizar al máximo su feminidad", intenta
ejercer dominio a través del deseo de "agradar y seducir".
Una cabeza grande, desproporcionada con
relación al cuerpo y mal configurada, suele ser la expresión, tanto en el caso
de un hombre, como en el de una mujer, de una ambición fracasada, de un intento
fallido por destacar. Es una ambición contrariada, quizá porque el sujeto
ha intentado triunfar por encima de sus m‚ritos y posibilidades. Es un signo de
intento de compensación a base de fantasías de rango y de importancia social,
buscando una superioridad ficticia, fantaseada, a través de la cual se dé
salida a las frustraciones del Yo y a tendencias reprimidas.
Se puede tratar también de sujetos con
fuertes tendencia introspectiva, que huyen de la realidad refugiándose en la
fantasía o con un carácter pedante que verbaliza situaciones en las que se
siente protagonista de grandes hechos o historias fantaseadas (pensamiento
mágico, delirio de grandezas)
En otro orden de casos, las cabezas
grandes y mal configuradas, se presentan a veces en sujetos que tienen,
frecuentemente, problemas en sus relaciones interpersonales a causa de
trastornos o disturbios de la personalidad. En éstos casos, la cabeza suele ser
lo último que se dibuja.
También hemos hallado éste signo en
personas con cefaleas o dolores de cabeza frecuentes y en individuos con
dificultad de aprendizaje, o que han sido muy rígidamente educados por un padre
duro y castrante o por un educador excesivamente dominante y autoritario. En
todos los casos podemos entrever una necesidad de compensar los complejos de
inferioridad que oprimen y angustian al sujeto.
8.
Cabeza cortada por el borde de la hoja.
Cuando el sujeto no ha calculado bien el
emplazamiento de la figura y le falta papel para terminar la configuración de
la cabeza, puede reflejar una conducta más o menos impulsiva y de tendencia
esquizoide que hace vivir al sujeto fuera de los limites correctos de
convivencia y fuera del respeto a los semáforos sociales. Suele darse esta
anomalía en sujetos refugiados en un mundo de fantasías, más o menos alejados
de la realidad. Tendencias patológicas.
9. Dibujar
solo la cabeza de las figuras.
Ciertos individuos, como no se les da una consigna concreta, optan por salir
del paso dibujando sólo la cabeza de las figuras. Hemos visto con frecuencia
este signo en sujetos separados, mal avenidos en su vida matrimonial o en
hombres con complejos de impotencia sexual frente al otro sexo. En la mujer,
puede reflejar un sentimiento de incompletud o de frustración sexual.
Este signo se acentúa si los dibujos de
las cabezas presentan dureza de
expresión, están realizados con líneas angulosas y colocadas de espaldas la una
con respecto a la otra, en cuyo caso muestran una relación distanciante,
agresiva y de oposición en el mundo de la pareja.
10. Cabeza
dibujada después de haber hecho el cuerpo.
Si consideramos que la cabeza es la parte más
importante de la persona y el centro que dirige el pensamiento y la acción,
dibujar la cabeza después que el cuerpo, es un indicador de la carencia
racional de control de los impulsos y de la acción. La reflexión sobre lo
manifestado o realizado, puede venir a posteriori, cuando los hechos ya son
hechos, y cuando las palabras no se pueden ya rectificar. Esta manera de
reaccionar, condiciona frecuentemente, dificultades y conflictos del sujeto en
su relación con los demás.
Por otro lado, la cara es la parte más
expresiva del cuerpo y lo que mejor nos representa socialmente. Lo lógico es
que sea lo primero que se debe dibujar y así ocurre en el 97'8 % de los casos,
por lo que el hecho de dibujar la cara en último lugar, es como postergar dar
la cara, o esconder el semblante. De este hecho, se puede deducir, no ya un
conflicto o dificultad en las relaciones del Yo con el Tú, sino también algún
complejo físico o psíquico, tal vez moral, que incline al sujeto a retraerse, a
sentir vergüenza de sí mismo y evitar, en lo posible, "dar la cara".
Nosotros pudimos observar un par de
casos. Uno de ellos perteneciente a una muchacha con un complejo de minusvalía
física que había tenido la cara deformada por quemaduras sufridas durante la
infancia. Después de la operación de
cirugía estética, que la dejó con un rostro bastante aceptable. Le aplicamos la
prueba varios meses después de haberle restaurado el rostro, pero aún seguía
con su autoimagen de mujer "deforme".
El otro, se trataba de un muchacho con
ojos muy saltones y cara poco agradable. En el colegio, sus compañeros le
habían puesto el mote de "besugo". Tenia un cuerpo pequeño y
gordinflón y evidentes signos de hipogenitalidad.
Normalmente, el hecho de dibujar la
cabeza en último lugar, suele ser un indicador de complejos físicos que alteran
o disminuyen las necesidades de relación social y frecuentemente son causa de conflictos
o dificultades de adaptación, tanto en el terreno social como familiar.
11.
Cabeza dibujada normalmente en contraste con un cuerpo
vagamente trazado o incompleto. Simbólicamente, la cabeza es el órgano del
pensamiento, mientras que el cuerpo representa la fuerza vital y la acción
sobre la realidad. Si la cabeza está netamente detallada y el cuerpo se dibuja
vagamente o se omite una parte del mismo, es posible que como en el caso de un
gran científico inglés, todo el valor del individuo se centre en una
supercompensación en la actividad intelectual.
El sujeto, en este caso, si no ha
llegado a una supercompensación intelectual, como en el caso citado,
desarrollara su imaginación y fantasía como factores compensatorios de sus
minusvalías físicas o de sus complejos de inferioridad objetivos o subjetivos.
Este signo, también puede significar
que el sujeto descarga sus tensiones internas, sus frustraciones sexuales o la
debilidad de su aparato locomotor (depende de la zona más debilitada o cortada
de los dibujos), sea en la comunicación escrita o fantaseada o expansionando
sus sentimientos de inferioridad o de vergüenza de sí mismo, en criticas a la
imperfección de los conceptos, opiniones, actos o proyectos de los demás, en
cuyo caso los dibujos presentarán signos de agresividad. La agresividad critica
que no puede hacerse a sí mismo por sus minusvalías físicas, se descarga
proyectivamente sobre los demás en forma de "mecanismo de defensa".
12. Cabeza,
simplemente representada por un circulo u ovalo. Los niños,
suelen representar la cabeza trazando un círculo o un óvalo más o menos
deformes. Y es que, el círculo para los niños, está asociado con los estímulos
sensoriales, con la alimentación, con el lenguaje, con las emociones de agrado
y con las funciones de desarrollo (Melanie Klein) El adulto
que,
en los DFH, señala la cabeza simplemente con un óvalo o circulo, refleja la
dificultad que tiene para integrarse en una vida social normal, es decir, nos
expresa, simbólicamente, la tendencia a refugiarse o a escapar hacia la
fantasía infantil, hacia ideas tan amplias e infinitas como inconcretas, sin
limite ni cotejo con la realidad.
En algunos casos este signo se da en
sujetos que ejercen o han ejercido la profesión de verdugo, de basurero, de
enterrador, etc., o ser un ex-carcelario, tener la piel negra o tener cualquier
cualidad moral o física que inferiorice --real o imaginariamente-- al
individuo, de cara a la sociedad.
015-DYP
EL DIBUJO DE LOS ÓRGANOS DE LA CARA
La cara, como sabemos, contiene los
"vestíbulos sensoriales" (*), es decir, los ojos, la nariz, la boca,
y las orejas. Estos vestíbulos, son las puertas de entrada de las sensaciones
físicas, los órganos de la percepción. Mediante la función de estos órganos nos
informamos sobre el mundo exterior, tomamos contacto, a través de la
receptividad, de todo aquello que existe fuera de nosotros y que puede sernos
útil o peligroso. Según algunas teorías filosóficas, "no existe en nuestra
mente ningún conocimiento que no haya sido antes percibido por los
sentidos".
La entrada de sensaciones o impresiones
(estímulos) a través de los sentidos físicos, puede explicarse, según Mehrabian
y otros investigadores, como "una excitación que el medio ambiente produce
en nosotros". Esta excitación, puede producirnos una sensación de
bienestar o malestar, de seguridad o de inseguridad, de alegría o tristeza, de
satisfacción o insatisfacción, de tranquilidad o de insosiego, etc. Un estimulo
cualquiera, una excitación proveniente de fuera o de dentro de nuestro Yo,
puede activar una necesidad de acción sobre el entorno o provocar la inhibición
de nuestros impulsos expansivos o motores.
El hecho, por ejemplo, que alguien dibuje una figura
humana sin rostro, o indicada la cabeza simplemente con un círculo u óvalo,
omitiendo los órganos sensoriales que nos sirven para contactar con el mundo
exterior, en el mejor de los casos nos indicar una falta de interés por
la comunicación con los demás, por la convivencia con otros. Indica, además,
que el sujeto no recibe estímulos satisfactorios de su entorno y quiere
aislarse. O bien sufre un complejo de minusvalía orgánico relacionado con el
rostro que le invita a evadir los contactos sociales por no poder encontrar en
la comunicación una compensación adecuada a sus complejos de deficiencia o
minusvalía.
Esta explicación justifica la
importancia que debemos dar al dibujo de los "vestíbulos
sensoriales", es decir, a los rasgos faciales en el dibujo de los DFH.
1. Rasgos de la cara (vestíbulos)
dibujados con fuerza y detalles normales, sin distorsiones ni desproporciones. Es señal
de un buen equilibrio y adaptación en el carácter y en la comunicación del
sujeto con su ambiente, especialmente si no hay anomalías (sombreados, desproporciones,
lateralizaciones, etc. en el resto de los DFH.)
2.
Rasgos de la cara muy marcados, detallados con fuerza y
decisión. El hecho de acentuar
los órganos del rostro de manera sobresaliente y, a veces, en desproporción con
el resto de la figura, señala la necesidad imperiosa de destacar el Yo en lo
social, familiar o profesional. El sujeto puede ejercer su actividad queriendo
poner orden, aclarar y decidir las cosas, imponiendo sus deseos o su autoridad
de modo individualista. Hay que tener en cuenta la eficacia o ineficacia de
estas personas, valorando el grado de equilibrio, proporción y organización de
los DFH.
El hecho de remarcar con mucho énfasis
los rasgos del rostro, es frecuentemente un intento de compensación o de
supercompensación de complejos nucleares, entendiendo por complejos nucleares,
conflictos relacionados con el complejo de Edipo, sentimientos de inferioridad
o cualquier otro conflicto infantil que haya condicionado un incompleto o
defectuoso desarrollo de la personalidad, motivando, en algún aspecto,
problemas de adaptación.
El sujeto quiere compensar ciertos
fallos personales fantaseando sobre sí mismo o sobre la importancia que tiene
su ascendencia, su parentesco con personas importantes o la especial amistad con
personas de alto rango. Construye fantasías en las cuales se coloca como h‚roe
o como protagonista principal de hechos o anécdotas vividas subjetivamente.
Si el resto del DFH está bien diseñado
y con trazado más o menos seguro, puede indicar, simplemente, una actitud
pedante, presuntuosa y de dominio agresivo, seguido de afán de posesividad
exigente.
3.
Rasgos de la cara (ojos, nariz, boca, cejas, etc.) dibujados
suavemente, sin fuerza, sin vigor expresivo
Suele ser signo de timidez, de inseguridad, de
inhibición. El sujeto se siente coartado fuera de su ambiente habitual, en
presencia de extraños o ante personas que representen autoridad, bien cuando
trabaja, cuando es interpelado por un superior o cuando es objeto de atenciones
por parte de los demás. Generalmente, sus reacciones demuestran una falta de
adecuación a las personas y a las situaciones que pueden poner en juego su
necesidad de sentirse seguro, valorado y apreciado.
4. Hacer el rostro sin rasgos
faciales. Puede indicarnos, con
signos de distorsión, empobrecimiento, desproporciones y algunas otras
anomalías, las dificultades del sujeto para adaptarse a la realidad y, en casos
graves, el carácter asocial del individuo. En cualquier caso, y cuando esta
anomalía va seguida de otros signos negativos, debemos pensar en cierta falta
de coherencia y armonía entre el modo de pensar, sentir y querer del sujeto y
el de su entorno. Prescindir de los rasgos faciales, es como ocultar el rostro,
y ocultar el rostro, es una actitud que puede tener muchos sentidos. Lo mismo
puede deberse ésta anomalía a un "mecanismo de defensa" motivado por
deformaciones del rostro u otros complejos de minusvalía relacionados con la
cara, que a necesidad de ocultarse socialmente por alguna culpabilidad real o
fantaseada o por algo que avergüenza al sujeto.
5. Hacer las cabezas alargadas. Algunos autores lo interpretan como signo de
inmadurez y de independencia frustrada. El sujeto necesita vivir en simbiosis,
depender de otros en todo cuanto se refiere a la propia afectividad, al
ejercicio profesional, a la vida económica o moral. El sujeto es incapaz de
moverse con autonomía, necesita el consejo del sacerdote, del médico, del jefe,
o de alguna otra persona que le dé respaldo y seguridad. Tiene ansia o avidez
de aceptación, de ayuda y empatia. Este signo se da con alguna frecuencia
en los niños y en los adultos que aún no se han desprendido del complejo
materno, es decir, en adultos con necesidad de protección. Cuando el
alargamiento de la cabeza es excesivo, puede ser un indicador de una
supervaloración del cerebro a causa de algún posible retraso mental.
6. Cabezas con protuberancias frontal y occipital. Acentuar el
volumen de las protuberancias craneales indicadas expresa el interés e
importancia que concede el sujeto a la actividad cerebral, al desarrollo
intelectual. Estos sujetos ven el valor de las personas en la capacidad para
pensar y crear, en el estilo y originalidad de las ideas y en la eficacia
teórica e incluso práctica de la actividad mental.
7. Cabezas con formas extrañas
Es
un indicador probable de desequilibrios más o menos importantes. Algunos
autores, Machover, Koppitz, Gunzburg, entre otros, han observado este signo en
pacientes orgánicos cuyos cerebros funcionaban mal. Se pueden dar en individuos
con "lateralidad" más o menos acentuada, es decir, con desigualdades
en el funcionamiento de los lados derecho e izquierdo del cerebro. Por ejemplo:
emplear preferentemente la mano izquierda o el pie izquierdo. Estos sujetos suelen
presentar una actitud resentida y susceptible a cualquier estimulo que ellos
interpreten como ataque a su defecto, minusvalía o padecimiento orgánico. Sin
embargo, también puede tratarse de individuos con problemas psíquicos de
adaptación a causa de errores educativos.
En resumen: La cabeza y los
"vestíbulos sensoriales" constituyen la parte más importante del
"Test de la pareja humana". Y no sólo porque es la zona corporal más
expresiva del cuerpo y el centro de control de la personalidad, sino
principalmente, porque es la parte más representativa del sujeto en su vida
social, pudiéndose conocer, a través de su diseño, no sólo el grado de
sociabilidad, sino también algunas consecuencias funcionales.
La cabeza es la parte de la figura que
se dibuja primero y es, precisamente, la única parte del cuerpo que queda clara
en el caso de los DFH realizados por personas seniles, deterioradas o con
conflictos sexuales o psico-afectivos graves.
Las cabezas de diseño poco claro, suelen
ser realizadas por sujetos que tienen
una "autoimagen negativa" o por aquellos sujetos que son en extremo
autoconscientes de alguna minusvalía o complejo de inferioridad, por cuya
timidez y falta de confianza en si mismos, temen ser torpes, inseguros o
indecisos en las relaciones sociales.
Cuando la cabeza es lo último que se
dibuja, según Hammer y otros autores, se puede deducir una actividad mental
perturbada. Nosotros hemos encontrado este signo en sujetos con sentimientos de
inferioridad o minusvalía relacionados con el propio cuerpo, es decir, con
vergüenza del propio cuerpo en algún sentido (ser excesivamente gordo y bajito,
tener las piernas muy torcidas, ser jorobado, tener una motricidad torpe y
lenta), etc..
Cuando el cuerpo de las figuras aparece
esquematizado, esbozado, esfumado, rechazado, o no existe, y los rasgos de la
cabeza se dibujan con claridad, se puede sospechar que el sujeto tiene fuertes
dificultades de adaptación y quizás acude a la fantasía como recurso compensatorio.
016-DYP
LOS DETALLES DE LA CABEZA Y DE LA CARA EN LOS DFH
EL CABELLO EN LOS DFH
La literatura psicoanalítica concede un
fuerte simbolismo sexual al cabello. Y es que, el cabello, desempeña un papel
importante en las mitologías clásicas y en el folklore. Autores conocedores de
estos arquetipos, como R. Pellegrini, afirman el significado sexual del
cabello. "La sexualidad de los cabellos se manifiesta ondulándolos (lo que
constituye una práctica antiquísima), haciendo que caiga algún mechón sobre la
frente de manera que permita voluptuosas, aunque no muy acentuadas
oscilaciones; cubriendo a medias el pabellón de la oreja; dejando flotar el
cabello al viento, algo alborotados
-como en el caso de la Brigitte Bardot, agregamos nosotros-;
apartándolos mediante bruscos movimientos de la cabeza, evocando así la imagen
psíquica de lo que en la intimidad ocurre, es decir, simbolizando de “esta
manera una
serie
de caricias" (Ver Pellegrini, Sexología, página 317).
Siempre se ha atribuido al cabello el valor
y la fortaleza de la virilidad en el varón y el poder de seducción en la mujer.
Recordemos el mito de Sansón y Dalila y los castigos y humillaciones que
sufrían los reclutas y los presos cuando se les rapaba el pelo. Antes, pelar a
rape a un hombre era simbólicamente castrarlo, eliminar su virilidad. Pelar a
rape a una mujer era humillar su capacidad de seducción. (en estos nuevos
tiempos ha cambiado, ahora la moda masculina tiende al rapado.
La nariz y el cabello tienen un mismo
simbolismo sexual, pero el simbolismo erótico del cabello es más primitivo que
el de la nariz. Las muchachas jóvenes y las no jóvenes, dedican gran cantidad
de atención y dinero al cuidado de su cabello para resultar atractivas, así
como también a la eliminación del vello en aquellas zonas, tapadas o no, que
pueden afear su cuerpo. Pero, si bien el pelo largo, en una mujer, aumenta su
atractivo sexual y da cierta gracia erótica a su figura, no ocurre lo mismo en
el caso del varón. A los hombres les gustaba exhibir su vello como distintivo
de su virilidad. Al menos, así era,
antes de feminizarse el varón y de atarse el cabello en la nuca. De
todos modos, la moda del cabello largo, de los "melenudos" y de los
"hippies", que tanto se extendió por los años sesenta, pasó a la
historia por la dificultad que, con sus melenas, tenían los jóvenes de entonces
para encontrar empleo.
Si bien un cabello largo, en la mujer,
despierta en el sexo opuesto un atractivo sexual agradable, el mismo cabello
visto en un hombre, puede ser experimentado, por sujetos de sexualidad sana o
normal, como una sensación repulsiva, En
este mismo sentido se expresa también Mark L. Knapp en su obra "La comunicación
no verbal", Ed. Paidós Buenos Aires.
1. Abundancia
de cabello en los DFH
Cuando se da esta particularidad en la
figura masculina, realizada por un varón, es un indicador de tendencias
feminoides más o menos latentes, especialmente, si el cabello es menos
abundante y menos cuidado en el DFH correspondiente al sexo opuesto.
Un hombre que dibuje la figura
masculina dando al pelo un estilo de "melenudo" o "hippie",
si no supera los 25 años, puede señalar su identificación con algún ídolo
musical o artista que admira. Si supera los 30 años, puede reflejarnos una mala
adaptación o confusión sexual, o quizás una identificación con la mujer.
Si se trata de una fémina y remarca la
abundancia de pelo en el DFH de su propio sexo, indica con ello sus tendencias
"cálidas, tiernas y femeninas", su deseo de ser atractiva y agradar,
de atraer la atención hacia ella, seduciendo cautivando y captando, a través de
su "sex-appeal".
Pero, en el caso que la abundancia de
cabello vaya seguida de una cabeza, en proporción, más grande que el tronco,
con rasgos fisiognómicos detallados con vigor y las líneas de los contornos
reforzadas por trazos firmes y seguros, ser señal de la existencia, en la
mujer, de tendencias genéticas masculinas de ambición y dominio, tendencias frías
y duras del alma que recordar n la predominancia del "ánimus"
(Jung) o el denominado "dur" de Szondi. Por tanto, en este caso, el
sentido del cabello ya no tiene el significado de seducción y captación, sino
el "afán de serlo todo", de "tenerlo todo" y "dominarlo
todo", caso de Margaret Thacher y de "Ángela", la popular
protagonista de la serie televisiva de Falcon Crest.
En general, el hecho de remarcar y dar
abundancia a los cabellos, expresa en un hombre la vanidad presuntuosa y
donjuanesca de tipo narcisista.
Pero
cuando lo que remarca es la barba y el bigote, nos expresa con ello el deseo de
sobrevalorar su propia virilidad, o una búsqueda compensatoria de la misma, lo
que es un indicio de como se siente a sí mismo.
La excitación del cabello, tanto en un
sexo como en el otro, suele aparecer en la edad crítica o pubertad cuando
surgen los primeros impulsos sexuales. Esta excitación, en la pubertad, a veces
alcanza un ímpetu abrumador seguido de los trastornos endocrinos propios de esa
edad. También suele coincidir este signo en infantes con una sexualidad precoz.
Los homosexuales, como ya puede suponerse, conceden mucha importancia al
cabello, así como los individuos que tienen sentimientos de insuficiencia
sexual o dudas acerca de su masculinidad.
2. Poner mucho cabello, barba abundante y
acentuar el bigote.
Es típico de los adolescentes o de
adultos con poca madurez y poco dominio viril de las situaciones. En otras
palabras, los adolescentes que acentúan el cabello, la barba y el bigote en los
DFH, muestran su deseo de alcanzar fuerza y vigor varoniles, ser hombres libres
y gozar de independencia para no depender de la tutela paterna. Pero también
puede señalar una fantasía gráfica compensadora de un complejo de inferioridad sexual.
3.
Poner pelos sueltos repartidos por la cara
Lo hemos observado en sujetos jóvenes
con algunos problemas sexuales, entre ellos la eyaculación precoz o algún
complejo de impotencia.
4.
Ausencia de pelo (figuras alopécicas)
La alopecia (calvicie, o falta de cabello),
la Dra. Romano lo interpreta como "fallos profundos de personalidad,
aunque socialmente y profesionalmente, los calvos se comporten con
normalidad".
La interpretación dada a este signo por
la Dra. Romano, no es extraña, si tenemos en cuenta que, desde muy antiguo, se
atribuye al cabello del varón un sentido representativo de la virilidad, de la
masculinidad y de la fuerza vital del sujeto. Recordemos la mítica historia,
según la cual, Sansón, el famoso juez de Israel, perdió su maravillosa fuerza
cuando Dalila le cortó los cabellos mientras dormía.
La Dra. Romano, se refiere también a la
existencia, en los DFH alopécicos, de angustia profunda ligada a expresiones
somáticas.
En los casos observados por nosotros,
se hicieron patentes los signos de preocupación por el aspecto físico y, en
algunos casos, los complejos de inferioridad al entrar el sujeto, en
competición con otros, frente a la mujer.
La alopecia apareció también en los DFH
del sexo contrario en dos individuos de tendencia homosexual, en el que las
figuras masculinas de ambos sujetos estaban mejor tratadas que los DFH
femeninos, a los cuales les faltaban los senos, en un intento, posiblemente
inconsciente, de eliminar la competencia.
El modo como resuelve el varón el
cabello de la figura femenina, suele ser un buen indicio de cómo siente y vive
el sujeto los atractivos femeninos.
5. Poner pelo en el DFH femenino y sombrero
en el DFH masculino.
Cuando un hombre dibuja pelo a la
figura femenina y pone sombrero al DFH masculino, puede indicarnos, bien sea un
sentimiento de inferioridad con respecto a la mujer, sirviendo el sombrero de
ocultación, de protección o camuflaje; o bien, si ambas figuras están cuidadas
con cierto esmero, puede señalar el gusto por la representación social, por
aparentar de cara a la galería. Pero, cuando las mujeres dibujan al varón con
sombrero, suele estar expresando una necesidad de protección contra el
embarazo. Este signo lo
hemos comprobado en algunos de nuestros protocolos.
No debemos olvidar, que tanto la cabeza
como el sombrero son, en sentido psicoanalítico, símbolos sexuales. La cabeza,
en este caso, simboliza al pene y el
sombrero la vagina.
En este, como en otros muchos casos
parecidos, es necesario tener en cuenta todo el dibujo y cotejar con otras
pruebas o con la técnica de la entrevista, para determinar el verdadero
significado de los signos. Si actuamos de otro modo, podemos deslizarnos
fácilmente por la vía que conduce al error.
6. Cabellera abundante y cuidada dibujada
por la mujer en el DFH femenino
Expresa el deseo de jugar con el propio
atractivo en busca de homenaje, de atención y satisfacción de la propia vanidad
(coquetería) Con el intento de revalorización del aspecto físico más visible,
lo que pretende es un reclamo de interés y de valorización, es decir, ejercer
un dominio magnético sobre su entorno, especialmente ante el varón. Esta
actitud de reclamo, ir seguida, en algunos casos, del cimbreado del
cuerpo al andar, de la exhibición elegante
de
vestidos llamativos, de insinuaciones eróticas (escote bajo, minifalda,
sonrisas insinuantes, posturas provocativas, modo de hablar dulce e intrigante,
etc.). Con estas actitudes, las féminas intentan "atrapar" al varón.
En otros casos, una cabellera abundante
y cuidada, puede significar simplemente, la necesidad de agradar y la alegría
de vivir y un cierto apasionamiento en las actitudes.
7.
Cabellos espesos, caídos en cascada unidos a detalles de
maquillaje, a exhibición de joyas y otros ornamentos
Según Karen Machover, es propio de
algunas muchachas que ya han tenido experiencias o incidentes sexuales. En
nuestra experiencia personal, hemos encontrado estos DFH en jovencitas precoces
sexualmente y en muchachas con ambiciones o aspiraciones especiales como, por
ejemplo, hacer un casamiento de conveniencia económica, seducir al Jefe, o
vivir bajo la protección de un magnate financiero. Sin embargo, hemos de observar
que, no en todos los casos se han dado las anteriores aspiraciones.
Últimamente, tenemos tres DFH correspondientes a féminas casadas y felices en
su matrimonio, pero cuyas hijas les plantean problemas que ellas reflejaron
dibujándolos en los DFH.
En resumen: El dibujo del cabello,
permite sacar alguna conclusión relacionada con la sexualidad, sea con el nivel
de virilidad, en el caso de los varones; sea con el nivel de atractivo que la
mujer desea tener, pues, de una manera general, el pelo es signo de
masculinidad en el hombre y el cabello, signo de atractivo y coquetería en la
mujer.
Por tanto, cuando un varón dibuja barba
y bigote en la figura masculina, nos está indicando su deseo que los demás le
consideren viril.
Si el dibujo con barba y bigote corresponde a un adulto, puede estar
señalando cierto grado de inmadurez psicológica. Si los pelos andan sueltos por
la cara, puede ser indicador de dificultades o problemas sexuales. La alopecia
o calvicie, supone cierta pérdida de vigor sexual, aunque no afecte a las
relaciones normales del sujeto con su entorno.
Cuando la mujer presta un esmero
detallista en el dibujo del cabello, seguido de otros detalles de maquillaje,
de cuidado y atención al vestido, etc. debemos deducir que sabe jugar con su
atractivo.
Los narcisistas y los homosexuales,
suelen prestar bastante atención al dibujo del cabello.
017-DYP
EL DIBUJO DE LA FRENTE EN LOS DFH
Algunos antropólogos y fisiólogos,
están de acuerdo que la dimensión y estructura de la frente podría indicar
algún reflejo sobre las posibilidades del desarrollo de determinadas facultades
mentales (siempre a nivel orientativo auxiliar y con las debidas reservas)
La calidad de la actividad intelectual depende, sin embargo, de dos
factores importantes: a) la herencia; y b) el aprendizaje.
La
aportación genética, en ciertos casos, es importante. Hay familias, como por
ejemplo, los Barraquer, en cirugía ocular y en el terreno artístico, y muy especialmente
en la música, son numerosos los casos de la influencia de los factores de
herencia. De todos modos, creemos que el aprendizaje, la cultura adquirida, es
el factor más determinante del desarrollo intelectual.
a)
Una frente alta y ancha, si coincide con un encuadre o marco de la cara y
del resto de la figura amplio, suele ser un indicador del desarrollo y probada
eficacia y rendimiento intelectual, propio de sujetos bien adaptados que
tienden a desarrollar un "carácter oral".
b) Una frente alta y estrecha, si el marco de la cabeza y del resto del cuerpo es
también estrecho (figura alargada), puede señalarnos el predominio de las
facultades conceptivas sobre las facultades realizadoras. En la realidad, los
sujetos con una frente estrecha y alta, y cuerpo delgado, suelen tener un
comportamiento propio del "carácter anal". He aquí la diferencia
de
estos dos tipos de caracteres:
El "carácter oral", viene de
una fijación a la etapa oral del niño y representa una tendencia inconsciente a
buscar satisfacciones en todo lo que se relaciona con la "succión",
con la absorción de alimento y con todos los placeres que tienen como destino
la boca y el aparato digestivo: hablar, comer, beber, morder, devorar, fumar,
besar, etc.. El sujeto de "carácter oral" suele tener, positivamente,
un comportamiento social flexible, comprensivo, adaptativo y disponible. Cuando
la actitud es negativa y proviene de una etapa oral infantil, en la que el
sujeto se ha sentido frustrado, el comportamiento refleja una fuerte ambición y
avidez, una fuerte necesidad de recompensa y de reconocimiento, la tendencia al
odio y a la envidia, seguido de una actitud agresiva, exigente y a veces
tiránica (sentimientos sádico-orales impulsados a eliminar lo malo e
inaceptable).
El "carácter anal", proviene de
la fijación del sujeto a la etapa infantil de "retención" de los
excrementos, de negación, de oposición. de resistencia a obedecer, etc..
Determina, según Freud, tres tipos de comportamiento: a) un amor al orden que
puede llegar hasta la pedantería y a las exigencias de limpieza, aseo y
pulcritud excesivas, o su contrario, la tendencia al abandono y la suciedad; b)
una tendencia excesiva al ahorro, a la tacañería, seguida de parsimonia o
lentitud en decidir gastos necesarios, lo que normalmente degenera en la
avaricia, en la obstinación, en la terquedad, en la "retención" de
dinero o bienes materiales y en la oposición violenta; c) la necesidad
imperiosa de cuidar los bienes propios o patrimoniales, desconfiando hasta de
la propia familia, el apego rígido a las normas y principios, y la perseveración en las
actitudes tomadas.
c)
Las arrugas o hendiduras horizontales de la frente. Si son bajas, se les atribuye un pensamiento
objetivo, observador, realista y previsor,
propio de la madurez intelectual. Si son altas, se puede deducir el
predominio del hábito de pensar, sobre todo si la frente es alta y estrecha, en
cuyo caso el sujeto piensa más que realiza, de donde posibles olvidos,
distracciones o vacilaciones a la hora de afrontar los problemas prácticos.
No debemos olvidar que el concepto del
Yo, la autoimagen, se centra, normalmente, en el dibujo de la cabeza y de los
rasgos faciales. Por tanto, la frente representa al "Yo pensante".
Esto nos invita a observar también en cual de las figuras (DFH masculino o DFH
femenino) presenta la frente más alta o más ancha como signo indicador del
valor de la inteligencia que el sujeto atribuye a su propio sexo y al de su
contrario.
018-DYP
LOS OJOS EN LOS DFH
Los ojos, dentro de los sentidos físicos, son
la puerta de entrada más importante de los órganos de la percepción. A través
de los ojos tenemos una imagen clara de nosotros mismos y del mundo que nos
rodea. Mediante la función visual podemos observar lo que hay más constante en
la naturaleza de las cosas: las formas, los colores, la luz, la belleza o
fealdad, el movimiento, la distancia de los objetos, etc.. Pero hay más, a
través de los ojos podemos ver el grado de amor o de odio, la alegría o
tristeza, la valentía o el temor, el dolor o el placer, la nobleza o la
falsedad y, en fin, todos los matices afectivos que despertamos en el corazón
de los demás.
Los ojos traducen, además, el grado de
evolución de las personas, su degeneración, sus enfermedades y sufrimientos, su
salud, su vida y su muerte. Los ojos son
la parte del cuerpo más cantada por los poetas y son también los órganos más
expresivos del cuerpo. Nuestros sentimientos de agrado o desagrado los
expresamos, antes que de otro modo, con los ojos.
Normalmente, cuando una persona nos
agrada, la miramos más que cuando nos resulta repulsiva o desagradable. Las
personas afectuosas y las que están necesitadas de afecto, miran más y lo hacen
directamente a los ojos. Los sujetos orgullosos o aquellos cuya soberbia les
hace creer que se bastan a sí mismos, ponen con los ojos una barrera
distanciante entre ellos y los demás. Los orgullosos suelen mirar en torno a
una órbita estrecha y muy cercana a sí mismos (egocentrismo), Viven demasiado
pendientes de sí mismos. Los individuos
que suelen faltar a la verdad, los mentirosos, desvían la mirada de sus
interlocutores, esconden el alma.
Los ojos, pues, son elementos
importantes en el dibujo de la figura humana. Son rasgos faciales relacionados
con nuestro ser íntimo y con nuestra comunicación con los demás. Los ojos,
están también relacionados con la amplitud de nuestros conocimientos, con
nuestra cultura, con nuestra sensibilidad para apreciar matices, tanto en las
personas como en los objetos. Los ojos nos sirven para informarnos y conocer a
los demás seres y cosas de nuestro entorno y para vigilar los peligros que nos
pueden venir de fuera.
Los ojos, dice la Dra. Koppitz,
"son a veces depósitos de incertidumbre, de vacilación, de temor. Pueden
ser paranoides, o bizcos, en castigo de lo que han visto. El atractivo sexual
de los ojos, añade, se distingue cuando se les adorna con largas pestañas. Como
espejo del alma, los ojos pueden revelar una vida de autismo (de soledad) o de
autoabsorción".
1. Dibujar
ojos grandes.
Puede tener los
siguientes significados:
a) Si el rostro es alargado, es un
indicador de facultades conceptivas, de imaginación y riqueza de ideas, de
gustos selectos, de cultura refinada, de facilidad para crear. Einstein tenia
unos ojos grandes. También puede ser signo de buena asimilación espiritual y
religiosa y de idealismo.
b) Si el rostro es, en proporción, más
ancho que alto, parecer que el sujeto toma la actitud de querer absorber
el mundo con la vista. El carácter puede ser activo, inquieto, apasionado,
práctico y realizador, si los rasgos del
rostro y del cuerpo están trazados con vigor y la figura tiene una actitud de movimiento. Reflejar un carácter
pasivo, soñador, indolente, inclinado a la fantasía, si los trazos del del
dibujo del rostro y del cuerpo son débiles, poco firmes y mal estructurados y
se da a la figura una actitud estática.
2. dibujar ojos cerrados
o pequeños Las personas que dibujan los ojos pequeños y
muy juntos, no parece que miren y juzguen las cosas objetivamente, ni con
demasiada amplitud panorámica, es decir, suelen tener estrechez de miras y no
aceptan sugerencias, consejos u opiniones de los demás. Su desconfianza y su
actitud defensiva, les inclina a rehuir, rechazar o negar la evidencia de
aquello que no conocen. Se trata, generalmente, de sujetos muy individualistas,
con función pensar introvertida, pusilánimes, muy preocupados por su seguridad
y por su deseo de independencia y no conectan suficientemente y con facilidad
con su entorno. Esta actitud introvertida y desconfiada, desarrolla en estos
individuos la tendencia al pesimismo, lo que les impide, generalmente, hacer
algo bueno y espléndido, pues a menudo, cuando les llega una oportunidad
favorable, les falta confianza en si mismos y la dejan escapar.
Lo anteriormente expuesto debe
confirmarse en otros signos, como por ejemplo, que los ojos cerrados o pequeños
coincidan con una cara alargada trazada con líneas poco seguras, rasgos del
rostro poco acentuados, cuerpo delgado y largo con piernas y pies mal
estructurados o con trazos débiles y una actitud rígida o pasiva en la actitud
de las figuras.
3.
Dibujar los ojos saltones Expresa lo
mismo una sensibilidad embotada por la sensualidad (debilidad intelectual,
lentitud, pesadez corporal del dilatado asténico), que una tendencia al
"voyeurismo" (observar a escondidas mujeres que se desnudan o actos
sexuales que excitan la sexualidad).
Los ojos saltones son propios del tipo
"basedowoide", que se caracteriza por su naturaleza tierna y sensual,
por su fantasía activa y a menudo cambiante, por un carácter algo infantil con
un humor jovial y animoso, pero con cierta incapacidad para un esfuerzo
sostenido.
4. Ojos donde se omite la
pupila La pupila es
el elemento de visión del ojo. Por tanto, dibujar los ojos sin pupila, parece
indicar que el sujeto se limita a contemplar las cosas sin emplear los ojos, en
sentido critico, o como elementos de discriminación objetiva. "Vaga percepción
del mundo", dice Machover. Inmadurez emocional, propia de las tendencias
histéricas y egocéntricas. Cuando se pintan botones en la ropa, confirma la
inmadurez, el infantilismo, la dependencia materna y, a veces, la depresión.
Puede indicar también, según Hammer,
sentimientos de culpabilidad por practicar el "voyeurismo" (fisgar
como alguna mujer se desnuda u observar a escondidas actos sexuales).
5. Ojos dibujados sin
orbita ocular Omitir las órbitas, refleja, según Karen Machover y
otros autores, una apercepción limitada, parcial, incompleta, en los puntos de
vista y en las cuestiones. Este signo es propio de ciertas personalidades de
tendencia paranoide. Sabido es que los tipos paranoides, emplean generalmente
los ojos como principal instrumento de defensa. Para el paranoico, todo lo
observado visualmente, adquiere un significado que se relaciona exclusivamente
con su Yo (egocentrismo - introyección). Esto explica que sólo pueda vivir
tranquilamente en "su mundo" y que sólo confíe en "sus ideas".
6.
Énfasis en el tamaño,
en el contorno, en el sombreado, y acabado del dibujo de los ojos
La persona que detalla y concede una
importancia primordial a los ojos, parece que presta una atención especial a lo
que los ojos representan para él o ella, generalmente para ella, pues se da
este signo mucho más en los DFH femeninos. Si lo observamos en el varón,
podemos deducir las tendencias homosexuales latentes o manifiestas.
Si el ojo es dulce y la mirada
contemplativa, admirativa o amorosa, nos estar indicando la intención de
cautivar a los demás con afectos tiernos.
Cuando la mirada es fija, autoritaria y
dominante, acompañada de un rostro duro y de una actitud corporal rígida, nos
puede indicar el carácter duro, frío, desconfiado, incapaz de mostrar ilusión,
entusiasmo o comprensión en las relaciones con los demás. En estos DFH, Karen
Machover descubrió también ciertas afecciones genitales, la diabetes, algunas
deficiencias glandulares y, por supuesto, tendencias paranoides.
7. Ojos con pestañas muy
marcadas.
Si el dibujo
corresponde a un varón, indica la actitud "mariposeante" del sujeto
que intenta agradar, buscando las posturas o las actitudes que cree adecuadas
para impresionar (impresionar es también "retener" la atención de
otros, "conservar" para sí a la persona o aquello que agrada) Se
verá en el sujeto por cierto amaneramiento, por ejemplo, mesarse o
arreglarse el cabello, retocar su ropa,
ponerse bien la corbata, mirarse al espejo, etc. Este exhibicionismo lo podemos
definir como un "culto narcisistico del Yo". Este culto al Yo, es
propio de algunas mujeres y de los homosexuales pasivos.
8. Ojos y cara muy perfilados
Como en el caso anterior, es un indicador de la
necesidad acusada de impresionar, de exhibir una personalidad "atrayente y
captativa" a través del cultivo del aspecto físico, de "una fachada
externa" (narcisismo). El sujeto,
varón o fémina, es propenso a sentir celos y envidia por aquellos que destacan
más o que pueden robarle atenciones y miramientos.
9. Omisión de los ojos
Encontramos este signo en sujetos que estaban en paro
y con graves problemas económicos (dos casos), quizás en estos dos casos, estos
sujetos intentaban ocultar el problema de sentirse humillados socialmente. En
ambos casos, estos hombres habían tenido un rol profesional y social
importante. Inconscientemente, no querían mirar, ni ser vistos.
10. Ojos que miran de reojo
Si el dibujo
fu, realizado por una mujer, puede expresar preocupación por detalles de su
persona que pueden motivar comentarios críticos por el maquillaje de los ojos.
Según la expresión del rostro, puede tratarse de un gesto de picardía y de
habilidad para dibujarlo.
Si el dibujo presenta distorsiones y
está mal construido, puede expresar suspicacia, propensión a fantasear sobre la
hostilidad o las malas intenciones de los demás. Posibles tendencias
paranoides.
11. Dibujar los ojos bizcos
Inconscientemente, el estrabismo supone una
mirada distorsionada, tanto si es en sentido divergente como convergente, pues,
en ambos casos, impide la coordinación en los puntos de mira. Es indicador que
el sujeto no quiere ver las cosas en sentido coincidente con la opinión, o modo
de apreciar los hechos que tienen los demás. Esta actitud de oposición, rebeldía
o indisciplina, la encontramos en una muchacha cuyos padres la contrariaban
constantemente en su relación amorosa con un hombre casado y con hijos. Con sus
padres, adoptaba una conducta retraída, recelosa y susceptible. Se sentía mal
integrada en su ambiente familiar, el cual se le aparecía como hostil y ante el
cual estaba siempre en actitud defensiva.
La Dra. Koppitz ha encontrado este
signo en personas con frustraciones ocultas, llenas de rabia o rencor y
también, en personas que temen un castigo, como expiación de algo que han visto
y no debieron ver.
En resumen: Los ojos, son los órganos
que nos sirven como vía de conocimiento y de orientación en nuestros deseos y
necesidades y nos sirven como sistema de protección en nuestras relaciones con
el entorno, en nuestro caminar por la vida. Los ojos nos avisan de los riesgos,
amenazas o peligros que pueden atentar contra nuestra integridad física, moral
o espiritual. A través de ellos adquirimos cultura y formación profesional. Son
también un medio que nos permite recepcionar las manifestaciones afectivas de
los demás y a la vez expresar las nuestras. El poeta dirá que los ojos son las
puertas del alma.
No es extraño, pues, que desde
Machover, todos los autores hayan dedicado, más o menos atención, a los ojos en
el estudio de los DFH. Sin embargo, no nos cansaremos de repetir, que por
importantes que nos parezcan los signos correspondientes a los ojos, siempre es
necesario relacionar los signos aislados con el conjunto de las figuras, si
queremos dar interpretaciones ajustadas lo más posible a cada caso. Con los
simbolismos, es fácil cometer errores al etiquetar a las personas examinadas
como neuróticas, psicóticas o con algún problema sexual, moral o de
comportamiento.
019-DYP
EL DIBUJO DE LAS CEJAS EN LOS DFH
En general, las cejas no tienen gran
importancia psicológica en el dibujo de la figura humana, es decir, en el test
de Karen Machover.
1) Cejas dibujadas con una línea horizontal firme. Puede ser un indicador de persona con un
comportamiento claro, conciso y reflexivo, pero según el vigor y precisión de
los demás rasgos del rostro, puede señalar también un carácter duro y varonil.
2) Ausencia de cejas. Puede indicar apatía, disminución del interés, de
la atención y de la memoria. Debilidad de voluntad. Libido débil. Inhabilidad
para dibujar.
3) Cejas
descendentes. Puede significar
reflexión, especulación, cálculo, concentración de la inteligencia en los
objetivos a lograr (si los trazos son firmes) Podría indicar tendencia
depresiva, pesimismo, encogimiento de espíritu, si los trazos son débiles.
4) Cejas
ascendentes. Si los trazos son fuertes y están marcados de dentro
a afuera, podrían ser un indicador de fuerza de oposición y decisión, de
combatividad, de optimismo confiado. Si son débiles, intento débil de superarse
a sí mismo.
5) Cejas cortas,
pero bien curvadas. Animo
alegre, adaptación sin conflictos.
6) Cejas muy
pegadas a los ojos.
Concentración, actividad mental. "Carácter anal".
7) Cejas angulosas. Actividad mental o corporal. Instinto combativo. El
sujeto no cede a los cantos de sirena cuando se enfada.
8) Cejas altas y poco
pobladas.
Pueden
indicar tendencia a fantasear, pereza, ensueño con los ojos abiertos. Libido
débil.
9) Cejas muy
arqueadas, en semicírculo.
Ductilidad, amabilidad, actitudes tiernas. Puede reflejar también un carácter
hipersensible y susceptible. Con rasgos de coquetería en los ojos, puede
señalar tendencias insinuantes. Si las
cejas están muy separadas de los ojos, acentuarán la hipersensibilidad del
sujeto.
10) Cejas
curvilíneas, formando ondas. Pueden
indicar inquietud interna, violencia en las reacciones, espíritu colérico, si
el trazo es fuerte. Si el trazo es débil: tendencia a la evasiva ante posibles
conflictos o responsabilidades.
11) Cejas muy marcadas, muy pobladas. Fuerza de voluntad,
energía. Libido fuerte.
12) Cejas con pelo
revuelto o enmarañado. Tendencias
pasionales fogosas, raptus de irritabilidad, carácter dominante y autoritario,
pero sin mucho control y raciocinio en sus palabras y en sus actuaciones.
Emotividad incontrolada.
En resumen: Ninguno de los significados
dados a las diferentes modalidades del dibujo de las cejas se debe considerar
aplicable, sin relacionarlo con el conjunto de la figura. Las cejas son un
signo aislado que carece de valor interpretativo, si no se le relaciona con los
aspectos globales de los DFH. Puede
tener la misma significación que el pelo en cuanto al nivel de energía y
potencia de la libido.
020-DYP
LAS OREJAS
Las orejas son los órganos de la cara
que menos atención se les suele prestar en los DFH. Sin embargo, las orejas
ocupan un papel importante en la economía corporal y en la orientación del
cuerpo y del equilibrio. Este órgano, relativamente pasivo, en apariencia,
puede señalarnos tendencias de tipo paranoide, incluso reflejarnos, en los DFH,
dificultades en este órgano.
Al tener a veces las orejas un aspecto
más bien poco estético, las mujeres, para darles atractivo, les cuelgan
pendientes.
1) Orejas de tamaño
proporcionado y normalmente dibujadas y ubicadas.
Las orejas bien proporcionadas en
relación con la cabeza y dibujadas sin retoques, sin asimetrías u otras
anomalías, reflejan un buen equilibrio corporal y un buen sentido de la
economía. El sujeto está bien adaptado y su comportamiento social es normal.
2) Orejas con
distorsiones, retoques y anomalías en el dibujo.
La mala ubicación, el tamaño excesivo o
muy reducido, los retoques, la estructuración defectuosa, etc. en el dibujo de
las orejas, puede estar en correlación con alteraciones del equilibrio auditivo
y estados de inquietud, miedo, indefensividad o vulnerabilidad psíquica, por
exceso de sensibilidad en este órgano. El sujeto puede temer las críticas del
entorno, la hostilidad de los demás
hacia su persona en un delirio paranoide, más o menos acusado.
3) Omisión de las
orejas.
La omisión de las orejas no es un signo
peyorativo. En la mayor parte de casos es normal que el sujeto omita este
órgano. También es muy raro que las orejas aparezcan bien dibujadas o
anatómicamente detalladas. En cambio, si es frecuente que se amplíe su tamaño y
se quiera acentuar su presencia en el dibujo, en este caso es conveniente
informarse sobre la posibilidad que el sujeto tenga alguna lesión o defecto
auditivo que le preocupa. Si no es así, unas orejas grandes, en desproporción
con la cabeza, puede estar señalando tendencias paranoides, es decir, un exceso
de sensibilidad a las críticas.
4) Énfasis o esmero en el dibujo de las
orejas, destacando su tamaño y situación.
Existe la creencia mágica que se puede
dominar todo aquello que se puede nombrar. No es de extrañar, pues, que los
sujetos que tienen defectos auditivos o que, de alguna manera, temen
comentarios negativos acerca de su personalidad (preocupación por las criticas
ajenas, por la opinión social, por el propio prestigio o por "el qué
dirán"..., etc.), sientan la necesidad de dar una importancia especial a
su aparato auditivo.
La palabra, para estos individuos,
tiene una fuerza psicológica mayor que en las personas normales. El
"sentido mágico" del dominio de la palabra, alcanza, en los
defectuosos de oído, una importancia atormentadora al sentirse impotentes
frente a la posibilidad de ser "dominados" o "atacados"
desde el exterior. Al no poder oír suficientemente, estos sujetos tienen la
sensación de estar a merced de la hostilidad del entorno. Por esta razón, los
disminuidos en la audición, tienden a desarrollar sospechas, recelos,
desconfianza, susceptibilidad y otros rasgos de carácter propios de las
personalidades paranoides.
Las orejas más grandes de lo normal,
pueden ser un indicador de la tendencia a escuchar a escondidas, secretamente,
las conversaciones de otros para conocer la propia situación a través de lo que
dicen los demás.
Algunos autores relacionan las orejas
grandes con la inflación del Yo, con la inafectividad, el inconformismo, la
actitud crítica agresiva, los celos y otras tendencias propias del
comportamiento poco integrativo. Las causas de esta conducta podrían proceder
de estados de ambivalencia, de luchas interiores entre impulsos contrarios:
amor-odio, atracción-repulsión, deseo-temor, etc.. Las orejas grandes, pueden
estar en relación también con algún conflicto homosexual pasivo.
5) Orejas pequeñas.
El dibujo de orejas pequeñas sin ningún
detalle especial que las distorsione, se observa en sujetos que proyectan en el
dibujo su mismo tipo de oreja, pero sin ningún tipo de problema auditivo
apreciable o confesado. Sólo en uno de los sujetos examinados comprobamos un
exceso de sensibilidad auditiva (hipersensibilidad), pero se trataba de un
individuo muy nervioso y, por tanto, muy sensible también en otros aspectos.
En resumen: Las orejas, como órganos de
la audición y del equilibrio del cuerpo, suelen tener más importancia por las
posibles anomalías que pueden reflejar, que por otros signos caracterológicos.
Reflejan las tendencias paranoides y los comportamientos poco integrativos, así
como determinadas alucinaciones relacionadas con la audición, y comportamientos
contradictorios solapados y vinculados a la sexualidad.
021-DYP
LA NARIZ EN LOS DFH
La nariz, bajo el punto de vista
psicoanalítico, es menos importante que los ojos y las orejas, pero es
igualmente un símbolo sexual, por ser aparte del pene, la única protuberancia
del cuerpo en su línea media y, además, un órgano secretor. La nariz, pues, es
un símbolo fálico masculino que, en los varones, pone en evidencia los
conflictos sexuales.
1) Nariz destacada
por trazos fuertes y seguros
Se puede interpretar como una libido
potente y enérgica que acentúa la virilidad y la fuerza de afirmación y
capacidad de resistencia del Yo del sujeto. Cuando este signo de fuerza en los
DFH coincide con los botones bien marcados, se puede sospechar la lucha interna
del sujeto por compensar su inmadurez a través de una actitud viril machista.
Si, además, los agujeros de la nariz están bien marcados, se confirmar la
actitud agresiva.
2) Dibujo de una
nariz ganchuda
(Se dibuja la nariz convexa, con lóbulo
puntiagudo y descendente que cubre los orificios). Señala el freno u ocultación
de las reacciones afectivas de ternura, lo que no impide, a veces, una profunda
sensibilidad. El sujeto tiene una fuerte ambición seguida de tenacidad y de
individualismo, es decir, tiene gran dificultad para trabajar con las ideas de
otro, necesita sólo que le indiquen los objetivos y que le dejen buscar los
medios y actuar de acuerdo con sus ideas. Sólo acepta sugerencias u opiniones
cuando estas coinciden con sus propias convicciones. Con signos de distorsión,
lateralidad, desproporciones u otros signos negativos, puede indicar fanatismo
y dificultades de integración o adaptación.
3) Nariz ancha,
abierta, enseñando los orificios nasales.
Es un indicador de sensualidad, el
sujeto absorbe el mundo por la nariz y muestra su fijación a la etapa oral. Si
esta actitud es pasiva o activa depender de la coincidencia con otros
signos relacionados con la presión de los trazos y con la actitud y el
dinamismo de las figuras.
4) Nariz muy larga
Cuando el dibujo de la nariz se alarga
adquiriendo proporciones ridículas, puede indicarnos alguna limitación, real o
imaginada, en los valores personales o algún compleja de impotencia sexual.
Suelen dibujar narices excesivamente largas --dice Machover--, los adolescentes
que intentan afirmar su personalidad adoptando actitudes agresivas en su rol
masculino y que se sienten inadaptados dentro de su propio ambiente. También
observó Karen Machover este signo, en sujetos afectados de melancolía
evolutiva.
5) Nariz sin forma
definida
Puede ser expresivo de un complejo de
castración, de un miedo inmotivado a perder la integridad del cuerpo, el falo
en el hombre (órgano representativo de su masculinidad) y el pecho en la mujer
como consecuencia del cáncer de mama. Pero puede ocurrir también que se trate
solamente de fuertes frustraciones en el terreno amoroso, de fallos o fracasos
sexuales más o menos humillantes o interpretados de este modo por el sujeto.
Estos complejos sexuales motivan a veces estados de ambivalencia en las
relaciones amorosas y contradicciones de carácter generadas por el sentimiento
de incompletud, por la insatisfacción sexual, por la inseguridad y pérdida de
confianza en si mismo.
6) Nariz delgada,
de trazo fino y delicado o indicada por un punto.
Puede reflejar una vitalidad débil, con
un exceso de sensibilidad en los sentimientos, timidez, vulnerabilidad interna,
sentimiento de impotencia, etc., o algún estado de desaliento que inhibe más o
menos la actividad y la confianza en sí mismo del sujeto.
7) Nariz sombreada
u omitida
Signo frecuente en varones adolescentes
que tienen dificultades sexuales vinculadas a complejos de castración (Koppitz)
Una nariz cortada en su parte superior,
puede ser un indicador de complejos de culpabilidad y de castración en
adolescentes o varones que practican más o menos frecuentemente la
masturbación.
Generalmente, allí donde encontramos
omisiones, sombreados, borrones, tachaduras, retoques, amputaciones, etc. hay
algo que falla en lo que representa esa zona. Este signo es equivalente a los
"actos fallidos" en psicoanálisis, a los errores involuntarios, a las
equivocaciones, etc., bien porque el sujeto se halle fatigado o indispuesto a
causa de las pruebas o de otra causa, porque esté sobreexcitado o distraído, o
porque hay una represión o una insinceridad que le perturba.
En nuestra experiencia con sujetos
normales, hemos visto más veces el efecto de la fatiga y del nerviosismo, por
la cantidad de pruebas aplicadas y por lo que el sujeto se juega como aspirante
a un empleo, que los efectos traumáticos o patológicos observados en los DFH
por la mayor parte de autores. Bien es cierto, que esta prueba es una de las
últimas que aplicamos en nuestra batería de tests y coge a los candidatos con
una carga de fatiga importante.
En resumen: La nariz es un apéndice
saliente, situado en la mitad vertical del rostro. Por sus características de
órgano secretor y saliente del cuerpo, se le atribuye un destacado simbolismo
sexual. La nariz es un aparato principalmente destinado a la oxigenación del
organismo y cumple una función muy vital, la de transportar aire limpio a los
pulmones y desalojar el anhídrido carbónico.
El desarrollo de la nariz es paralelo
al desarrollo de la vitalidad y a la
fuerza vital del carácter. Esto hizo decir a un famoso escritor francés, que
"todos los grandes hombres de Francia eran hombres de grandes
narices"
El aparato respiratorio, como demostró
Sigaud y Mac Auliffe, está estrechamente hermanado con la función sexual. Por
tanto, hay una relación biológica entre la nariz y los órganos de la
sexualidad.
022-DYP
LA BOCA COMO EXPRESIÓN DE LA "ORALIDAD"
La boca, debemos considerarla como un
órgano erógeno con variadas funciones. Es el órgano de la palabra, de la
nutrición y de ciertos placeres sensuales y sexuales. Con la boca comemos,
bebemos, hablamos, fumamos, mordemos (acto destructivo) y besamos (expresión de
cariño, de amor o amistad), etc. Pero la boca también se utiliza como estimulo
importante de la sexualidad.
La boca, dice Meili-Dworetzi, es el
primero de los órganos relacionados con el Yo, es también uno de los órganos
que mejor pueden reflejar los conflictos y fijaciones infantiles y expresar
diversas formas de expansión, de sublimación y de concentración. "En
algunas ocasiones, la boca
se
proyecta en el dibujo, como un órgano especifico de ciertas perversiones
sexuales y, en forma más moderada--dice Karen Machover-- como zona erótica y
sensual. Los sujetos primitivos con tendencias regresivas, los tímidos con
tendencias reprimidas, los alcohólicos y los niños, tienden a centrarse en este
órgano y a marcar, más acentuadamente que otras facciones, los rasgos de la
boca".
1) Insistencia
acentuada en el dibujo de la boca
Se puede interpretar, en general, como
existencia de algunas dificultades en la nutrición, como posibles trastornos
del lenguaje o como tendencia a emplear un lenguaje obsceno.
El alcoholismo, la gula, el sadismo
verbal (complacencia en herir con sarcasmos o críticas la sensibilidad de
otros), la mentira agresiva, etc., pueden
proyectarse en los DFH por una boca muy recargada.
2) Boca en forma
redonda, cóncava o convexa
Es una boca receptiva que indica
dependencia y pasividad y que puede conducir el carácter a la ociosidad o a la
holgazanería.
3) Boca
representada por una línea recta y fuerte
Es un indicador de firmeza, de
combatividad, de energía y decisión para poner en marcha las propias ideas, los
deseos y proyectos.
Si la línea está trazada de izquierda a
derecha y termina en punta, se puede deducir la tendencia a la agresividad
verbal.
4) Boca indicada
con una línea horizontal o curva débil
Puede ser un indicador de falta de
comunicación por timidez (libido débil), o un signo de secretividad, de
reserva, de desconfianza o decepción.
5) Boca con labios
pintados o con detalles pueriles
Cuando este tipo de boca ha sido
dibujada por un varón, puede ser un indicador de tendencias feminoides o
afeminamiento o tal vez de perversiones orales. Hemos visto este dibujo en un
travesti. En cualquier caso, conviene no etiquetar, sin antes comprobar con
otros signos o pruebas.
6) Boca de labios
gruesos bien acentuados
El sujeto tiende a incorporar a su Yo
todo lo externo y placentero a través de la excitación de la concavidad bucal y
de los labios, es decir, tiende a dar a su cuerpo los placeres apetecidos que
se pueden centrar en la boca: comida, bebida y todo cuanto puede ser
"succionado, paladeado, sorbido o engullido. "Carácter oral" de
Freud.
7) Poner en la boca
cigarrillos, pipas, palillos u otros objetos.
Según la expresión que se desprenda de
la figura, los objetos puestos en la boca, pueden expresar un instinto oral
sádico (tendencia a la agresividad, a la destrucción del "objeto")
Puede ser también un indicador de masturbación o de algún problema relacionado
con la desviación sexual.
En ciertos casos --dice A. Abraham--,
puede expresar una especie de "consuelo que el sujeto encuentra en
determinados objetos que le protegen, inconscientemente, del temor a perder el
órgano fálico"
8) Boca en forma de
arco.
Este signo, parece estar centrado en
una preocupación excesiva de tipo narcisista. Es frecuente en algunos
adolescentes y en mujeres embarazadas. Tanto si se trata de un varón como de
una f‚mina el narcisismo (centralización del amor y del interés únicamente en
sí mismo), empuja al hombre a la búsqueda de una superioridad real o ficticia,
como por ejemplo el culturismo y, a la mujer, a un cuidado excesivo de la
belleza física y del vestuario.
9) Boca en curva
cóncava o en guirnalda
Puede expresar una atracción
admirativa, receptiva o abierta, a todo
cuanto estimula de modo gratificante las necesidades sensuales y
afectivas (caricias, mimos, besos, etc). Se trata, generalmente, de individuos
de carácter alegre, eufórico, optimista y expansivo.
Pero también, cuando esta línea curvada
hacia arriba, recuerda la mueca del payaso, puede indicarnos cierta simpatía
forzada o elaborada en busca de aprobación. El sujeto necesita encontrar eco en
los demás para eliminar su inseguridad. Comprobar esta interpretación con otros
signos.
10) Boca
excesivamente oval, abierta y con labios carnosos
Inclinación fervorosa hacia los placeres
orales (comer, beber, saborear los alimentos, excitarse besando, placer de
hablar, etc.). Esta inclinación, se hermana frecuentemente con tendencias
"captativas" y con deseos de posesión y de ostentación, rasgos
propios del tipo "oral" de Freud.
Hemos encontrado este tipo de boca en
personas muy sensuales y golosas y con poco freno en su expansión erótica.
Recordamos a una fémina que se complacía en explicar a sus amigas sus
lujuriosos sueños con toda clase de detalles, es decir, siempre contados de
modo excitante, especialmente cuando se hallaban presentes los maridos de las
asistentes a la reunión, lo que hacia ruborizarse, a veces, al propio esposo.
Este tipo de boca, en el mayor número
de casos, se da en sujetos de tipo oral pasivo o dependiente. Es conveniente,
en todos los casos, cuando se quiere interpretar detalles aislados de las
figuras, tener en cuenta el conjunto de los dibujos, su fuerza expresiva, sus
actitudes, su posición estática o en movimiento, la fuerza del trazado y otros
aspectos del conjunto, para determinar si la oralidad es pasiva o activa.
La observación morfológica del sujeto,
para ver si se trata de un "dilatado tónico" o de un "dilatado
tono" de Corman, aportar orientaciones muy importantes para la
interpretación de este signo y de otros parecidos.
11) Boca en
"arco de cupido" o muy elaborados y con resto de las facciones muy
detalladas y maquilladas.
Si el dibujo es de una fémina,
ser un indicador del deseo de la misma de acentuar su "sex-appeal",
es decir, del deseo de agradar y atraer hacia ella el máximo interés y atención
exaltando los propios atractivos erotizantes. Es una señal de sexualidad
precoz, cuando se trata de muchachas adolescentes.
Si se trata del dibujo de un varón,
expresar ligereza de espíritu y tendencias homosexuales, latentes o en
activo.
Acentuar el centro del labio superior,
es acentuar los deseos de placer correspondientes a este órgano, es decir,
todos los goces que se pueden experimentar con la boca.
12) Boca mostrando
los dientes en gesto agresivo.
La boca en actitud de
"morder", debe interpretarse como expresión clara de una agresividad
destructiva, la cual puede ir desde una simple tendencia a ofender, insultar o
injuriar, a la agresión física al "objeto molesto" que el sujeto
odia, que puede centrarse también en alguna o algunas personas.
Karen Machover y la Dra. Koppitz han
observado este signo en esquizofrénicos simples, en adultos histéricos
emocionalmente superficiales y en deficientes profundos.
13) Boca mostrando
los dientes en gesto blando.
Cuando el dibujo de la boca enseña los
dientes en una actitud blanda, y con expresión no agresiva, acompañada de una
actitud corporal pasiva, figura quieta, sin tensión dinámica y realizada con
trazos poco enérgicos, este signo puede interpretarse como tendencia a la
pasividad y a la relajación de la voluntad, como carácter dependiente y sumiso.
Se da con frecuencia en
los
dilatados tonos de Corman que suelen ser sujetos orales dominados por la
gula. En este caso, la acción de "morder", se utiliza sólo para
destruir e ingerir el alimento, previo disfrute de su sabor.
En resumen: Así como los ojos
desempeñan, en gran parte, la función de comunicación social asignada a la cara
y son una especie de centro nuclear de la propia alma y de la expresión de los
sentimientos, la boca es donde se concentran todas las tendencias orales, en el
sentido que el psicoanálisis da a este término: acción de "dar",
"compartir", "lanzar", "expulsar",
"morder", "destruir", "dispersar",
"criticar", etc., verbos todos que señalan una acción de dentro hacia
fuera las cuales acciones corresponden a una actitud activa sobre el entorno.
Los términos: comer, beber, saborear el alimento, absorber, besar, etc.
corresponden a una acción introyectiva, a un canibalismo físico o psíquico y
entran también dentro de las tendencias orales, pero estos casos se trata de
tendencias pasivas. Por esta razón, cuanta más importancia y magnitud adquiere
la boca en los DFH, tanto mayor es el grado de oralidad. Y viceversa, cuanto
más se reduce la boca, mayor tendencia tendrá el sujeto hacia el
comportamiento "anal".
Las bocas dibujadas con pipas,
cigarros, palillos u otros objetos, son símbolos de busca de una mayor
virilidad y expresa la necesidad que tiene el sujeto de ofrecer a los demás una
imagen de sus cualidades varoniles, de su fuerza física y moral, de su valor y
prestigio, atribuido a la posesión de un falo.
La boca, como cualquier otro rasgo del
rostro o del cuerpo, no es por sí sola, demostrativa de las cualidades del
carácter. Pensemos siempre que el individuo es eso: indivisible. Es un todo, no
es la reunión separada de partes. A una persona se le puede transplantar un
riñón, un ojo, un corazón o cualquier otro órgano; pero con un riñón, un par de
ojos, un corazón, una boca y el resto de órganos del cuerpo, por separado, aún
no se ha podido construir a una persona. No hagamos de Frankestein, tengamos
siempre en cuenta que cada persona es un todo, es un "individuo", no
es divisible. Para interpretar cada signo aislado, relacionemos esa parte con
el "todo", con el conjunto.
023-DYP
EL MENTÓN
El mentón es la zona de la cara que
expresa con mayor rotundidad la energía y potencia vital, la fuerza y solidez
del carácter.
Un mentón ancho y cuadrado, dibujado
con trazos seguros, sugiere siempre fuerza y solidez de carácter, resistencia,
tendencia a la imposición y al dominio o, simplemente, brutalidad, según el
grado de tensión y angulosidad que tenga el dibujo en esta zona.
Por el contrario, un mentón de trazado
débil, estrecho y más bien puntiagudo, será revelador de debilidad,
delicadeza, finura, flexibilidad o astucia, según los casos.
1. Mentón muy
exagerado
Si no tiene otros signos de fuerza en
el trazado y en la actitud de la figura que avale su fortaleza, se puede
deducir un intento de compensación de sentimientos de debilidad y de indecisión
que empobrecen la personalidad. El sujeto puede fantasear con actitudes de
orgullo, de presunción o de importancia personal su minusvalía. De este modo,
interpreta un tipo de personalidad ficticia que compensa sus dolorosas
deficiencias personales.
2. Mentón grande y
bien marcado, sin borraduras ni repetición de trazos.
En dibujos de varones y sobre la figura
del propio sexo, es señal de buena energía vital y de solidez de carácter. Esta
cualidad entraña también una voluntad robusta seguida de ambición y dominio
externo de las situaciones. Si las dimensiones del mentón son superiores a los
otros dos tercios del rostro (tipo "Tierra") puede ser indicador de
un materialismo egoísta, utilitario y práctico que rechaza todo tipo de
idealismo y de teoría que no coincida con su estrecha visión personal.
Si el DFH corresponde a una f‚mina que
dibuja así su propio sexo, indica lo mismo, pero con un fuerte desarrollo del
"dur" de Szondi y del "animus" de Jung. Si los trazos del
dibujo son débiles, puede expresar el deseo de sentirse protegida o amada por
un hombre fuerte y dominante.
3.
Mentón grande
con retoques o repetición de trazos débiles e indecisos.
Al sujeto le cuesta realizar el dibujo
de esta parte del rostro y lo logra con dificultad, o lo malogra. Este es el
caso de individuos que quieren aparentar una fortaleza de carácter que, en
realidad no poseen. Como en el caso citado anteriormente en "Mentón muy
exagerado, pero con líneas débiles", el sujeto tiende a fantasear una
seguridad e importancia ficticia como mecanismo de defensa contra sus complejos
de inferioridad. En la realidad, estos sujetos se debaten en dudas y en
frustraciones internas sobre su capacidad de "poder y dominio" para
alcanzar logros que están en
desproporción con sus posibilidades.
4. Mentón pequeño,
estrecho, débil y puntiagudo
Posible debilidad constitucional,
astenia fragilidad vital. Esta debilidad condiciona determinados rasgos de
carácter, por ejemplo, la timidez, la indecisión, la influenciabilidad o
vulnerabilidad interna, la excesiva delicadeza, la hipersensibilidad y la
inestabilidad. El sujeto está más preparado para la actividad intelectual que
para la actividad física.
5. Mentón cuadrado
y fuerte
Sólida y potente vitalidad, energía,
fuerte resistencia, brutalidad o amabilidad restringida. Voluntad resistente y
terca en las posiciones o actitudes tomadas. Materialismo utilitario en las
ideas. Puede ser también la expresión de un deseo de compensar la propia
debilidad interior.
6. Mentón de base
redonda o redondeada
Si las líneas son firmes y la actitud
de la figura expresa movimiento, el sujeto suaviza su actitud al tomar contacto
con los demás. La voluntad puede ser fuerte, pero adaptativa. Si el trazado es
débil, blando o vacilante, señalar la debilidad de carácter, la
permeabilidad a las influencias externas, la blandura, la pasividad, la
dependencia-sumisión, es decir, la poca potencia y resolución del
carácter.
[1] La "semiótica" es la ciencia o lenguaje de los signos
2 -
Deben
interpretarse los DFH, en "sentido negativo", cuando presentan los
siguientes signos:
a)
Dibujos pobremente integrados o con múltiples
fracasos en los intentos de estructuración.
b)
Cuando los DFH presentan sombreados, transparencias,
desproporciones o discordancias, roturas o cortes en el dibujo de las parte del
cuerpo, por ejemplo, un cuello que no enlaza con el tronco
o unas manos cortadas a nivel de las muñecas.
c)
Falta de coherencia en la organización de las partes
del cuerpo o en los movimientos, por ejemplo, unos pies orientados en distinta
dirección a la del cuerpo, un pie en una dirección y el otro en otra, ojos con
estrabismo muy pronunciado, rasgos del rostro fuera de su lugar
correspondiente, etc.
d)
Figuras pequeñas, inclinadas y ubicadas en el
cuadrante izquierdo y bajo de la página. Aspecto deshumanizado o siniestro en
los DFH. Exceso de rigidez en la postura de las figuras.
Figuras excesivamente grandes que
no caben en la página. Lateralizaciones. Omisión de partes importantes de las
figuras, etc. (Ver más detalles en el
capitulo de "Los síndromes patológicos")
[3]
En la
filosofía china y taoísta, el principio masculino es vertical, simétrico y
dinámico y se representa con un trazo vertical seguido, no roto. El principio
femenino, se representa en forma de un trazo horizontal roto o con un corte en
el centro. El simbolismo de la verticalidad y horizontalidad, ha sido tratado
con su habitual ingenio, erudición, y humor filosófico, por Don Salvador de
Madariaga, en su obra "Retrato de un hombre de pie,", prologada por
el ilustre psicólogo y psiquiatra Dr. Juan Rof Carballo.
Segunda Parte
024-DYP
EL CUELLO
El cuello, en los DFH, suele ser un
área donde se registran importantes conflictos, ya que el cuello,
simbólicamente, es el puente que enlaza la cabeza (centro regulador del Yo) con
el tronco y resto del cuerpo (órganos receptores y ejecutores de los impulsos
procedentes del cerebro) Por otro lado, así como la cabeza es la parte que
aparece "desnuda", aunque más o menos cuidada o maquillada, de cara
al exterior, el resto del cuerpo se suele vestir para ocultar las zonas
erógenas y cubrir las costumbres y apariencias sociales.
En sentido psicoanalítico, el cuello
enlaza el Yo con el Ello. El cuello es una vía de paso entre las funciones
cerebrales de control, de racionalización, de integración y sublimación,
propias de la cabeza, y el cuerpo, siempre cargado de impulsos y necesidades
biológicas por expansionar y por satisfacer.
Al tener el cuello ese papel de puente
de enlace entre la cabeza y el resto del cuerpo, cualquier anomalía que se
perciba en esta zona, puede ser un indicador de perturbaciones, bloqueos,
estrangulación de impulsos, dificultades o problemas entre el Yo y el Ello o,
simplemente, indicio de trastornos asmáticos, de cardiopatías o fragilidad en
cualquier otro órgano o aparato localizable en esa área.
Por esta razón, no sólo se debe prestar
atención a los accidentes gráficos del cuello y del tronco, sino también al
modo de tratar los hombros, los brazos y las manos, el área del aparato sexual,
las piernas y los pies. Como veremos
después, las distorsiones o anomalías en el dibujo del cuello, del tronco y sus
apéndices, son indicadores de dificultades, de fragilidad, de trastornos, etc.
en la resolución de los conflictos entre
la mente y las vivencias afectivas, o entre el Yo y el Ello. Y, del mismo modo,
como también veremos, los accidentes del dibujo en las piernas y en los pies,
suelen coincidir con problemas relacionados con la locomoción o con conflictos
derivados de las necesidades sexuales.
1. Cuello fuerte,
ancho y corto
Implica acumulación de fuerza,
resistencia física, terquedad, aferramiento a las propias actitudes,
enfurecimientos bruscos (si la expresión de las figuras es agresiva) Por tanto,
refleja la falta de delicadeza y de refinamiento, la tosquedad, el materialismo
utilitario y la objetividad convencional y rutinaria, propios del "tipo
Tierra".
2. Cuello largo y
débil
Libido débil o sublimación de impulsos
instintivos, idealismo, delicadeza de gustos, sensibilidad vulnerable e
influenciable. Oclusión o dificultad en el control y dirección de los impulsos
sexuales o de otros impulsos instintivos relacionados con la alimentación.
Puede indicar también algún problema en
las cervicales, en la laringe, o en cualquier otro órgano de esa zona.
3. Cuello
extremadamente largo
Si la cabeza aparece destacada por su
volumen o por el énfasis de los rasgos faciales, el sujeto desea
"sobrealzar" su propia figura, hacerla destacar sobre los demás
(orgullo, necesidad de sentirse importante, ambición de superioridad y de
rango, de prestigio, de valorización, etc.) como intento de supercompensación a
sus complejos de inferioridad
.
Bajo el punto de vista somático,
algunos autores médicos han encontrado este signo en personas con problemas en
el aparato digestivo (dificultad para tragar los alimentos, globo histórico,
afecciones de la laringe, etc)
Un cuello estrechado y alargado, sin
exageración, según la calidad del dibujo, puede ser un signo de distinción en
los modales, de elegancia e idealismo. Al sujeto le gusta sentirse
revalorizado. Si el trazado es enérgico, la revalorización del Yo va seguida de
actitudes de orgullo, arrogancia y pedantería que, a veces tienen como
transfondo tendencias homosexuales reprimidas. Suele darse en sujetos
inclinados a la paranoia.
4. Cuello de forma
trapezoidal
Los instintos, tendencias y necesidades
pasan la "censura consciente" sin grandes problemas en busca de su
expansión, si el cuello no se estrecha demasiado a nivel del mentón. Instintos
fuertes, control débil.
5. Cuello
triangular
Cuando el cuello se ensancha a nivel
del mentón y se estrecha en su enlace con el tronco, el autocontrol, la
"censura" actúa ocluyendo o frenando la expansión instintiva.
6. DFH sin cuello
Falta de buena coordinación entre el Yo
y el Ello, entre el espíritu y los instintos más biológicos. Bloqueo de
impulsos instintivos o afectivos.
En algunos casos, se da en sujetos
cuyos pensamientos o actuaciones pierden su relación de lugar, de tiempo y
continuidad, con los pensamientos o actos que les anteceden o preceden.
7. Cuello muy
apretado
Dificultad de adaptación a las normas
sociales. Estrangulación de impulsos afectivos e instintivos.
8. Cuello
destacando la nuez de Adán.
Deseo de destacar la propia virilidad.
Es un signo que se da generalmente en los jóvenes o adolescentes que quieren
destacar su personalidad.
9. Diferencias
notables entre el cuello masculino y femenino.
Cuando el varón dibuja el cuello
femenino más largo, expresa sus tendencias feminoides, su carácter dependiente
y oralmente pasivo. Si es la mujer quien dibuja su propio cuello mas largo que
el del varón, indica su deseo de sentirse dependiente, protegida y revalorizada
a través del varón.
En resumen: La forma y los accidentes
gráficos del cuello, tienen gran importancia en el análisis de la expansión
instintivo-afectiva del sujeto. El cuello puede detectar los fallos y luchas
que el sujeto sostiene entre la cabeza (control) y el cuerpo (impulsos), entre
el "ángel" y la "bestia", entre el "freno"
(conciencia racional y reflexiva) y el "acelerador" (pulsiones instintivas
en busca de expansión y satisfacción)
025-DYP
EL TRONCO
El tronco está relacionado con el Ello,
es decir, con el almacén o depósito pulsional de la personalidad. El Ello, es
para Freud, "el reservorio primario de la energía psíquica. Desde el punto
de vista dinámico, el Ello puede entrar en conflicto con el Yo y el Super-Yo;
desde el ángulo genético, el Ello, es lo que hay en nosotros de
impersonal y heredado, necesario para la vida biológica, para la conservación y
para la defensa de nuestro ser".
El tronco es lo más ligado a las capas
más profundas del cerebro. Alberga todos los instintos, pulsiones, necesidades
y tendencias desarrolladas a partir de la gestación. El contacto con el
entorno, desde el momento del nacimiento, ir acomodando o reprimiendo, mediante
la educación y las experiencias agradables o desagradables, los impulsos más
primarios. Estos impulsos o pulsiones dinámicas inconscientes, viven en el Ello
en pleno desorden, sin ningún tipo de organización en el tiempo ni en el
espacio y pueden proyectarse en los DFH
sobre cualquier área del cuerpo en forma de impulsos descontrolados, o
maquinales, en forma de fallos, de errores, de olvidos o de cualquier otro
fenómeno dinámico que pasa el control de la "censura", el control del
Yo y del Super-Yo, a menudo en forma perturbadora para la conciencia.
Las distorsiones, retoques,
desproporciones, fallos y demás anomalías de los DFH son siempre indicadores de
algún fallo de la personalidad.
Siendo el tronco el depositario de los
órganos vitales (corazón, pulmones, aparato digestivo, y reproductor, etc.) y
la base que sostiene la cabeza, los brazos (órganos de expresión, agarre y
rechazo) y las piernas y pies (órganos de la locomoción), cualquier anomalía en
el dibujo de esta zona del cuerpo, debe ser vista con interés.
Normalmente, con la edad y las
incidencias de la vida, el tronco suele variar más que la cabeza. Esta es la
razón por la que con frecuencia vemos fragmentaciones, esquematizaciones,
cortes o interrupciones, sombreados, etc. al nivel de ciertas áreas,
especialmente en los hombros, en la zona del aparato sexual, en los brazos y
las manos, etc.
No debemos tampoco olvidar la
importancia de los senos en los DFH femeninos, ni los retoques o insistencia de
líneas, los vacíos interiores, las roturas, el modo de tratar el traje o el
vestido, los sombreados, etc. en la forma de dibujar el tronco.
Los hombros, por el hecho de ser el
punto de arranque de los brazos y las manos (órganos ejecutores del
pensamiento), suelen tener, bajo el punto de vista clínico, un significado
especial.
1) Tronco ancho y
robusto dando la impresión de fuerza
Cuando los DFH están realizados con
trazo vigoroso y las figuras están en movimiento, podemos ver cierta
preocupación por mostrar la fuerza y capacidad de dominio externo y la energía
de carácter para enfrentarse a los problemas vitales y a los demás y la
capacidad de resistencia frente a las presiones de otros.
Esta exhibición de solidez y energía,
ser fantaseada, idealizada o ficticia, cuando el trazado presenta poca
decisión, truncados, sombreados u otras anomalías y la figura está en posición
estática.
.
2) Tronco estrecho
o débil en relación con el conjunto
Como sabemos, la capacidad pulmonar
está estrechamente ligada con las funciones de oxigenación y con el nivel de
vitalidad física del cuerpo. Cuando los DFH presentan un estrechamiento anormal
del tronco en relación con el resto del cuerpo, podemos deducir, sea que el
sujeto se siente descontento de su aspecto físico en esa zona o que proyecta,
inconscientemente su sentimiento de fragilidad o debilidad orgánica (astenia
física), lo que llevar, posiblemente, el corolario de fatigabilidad precoz,
excesiva sensibilidad nerviosa y psíquica y otros rasgos de carácter
relacionados con su real o imaginada deficiencia toráxica.
3) Tronco
redondeado en los extremos.
El predominio de las formas curvas en
esta área del cuerpo, se interpreta, en los DFH realizados por varones, como
signo de feminidad o de tendencias homosexuales si las formas curvilíneas
coinciden en el dibujo del propio sexo. Las mujeres que dibujan el tronco con
curvas suaves, en las figuras de su propio sexo, acentúan su naturaleza
femenina.
4. Tronco cuadrado
Hacer el tronco cuadrado es,
frecuentemente, un indicador de poca habilidad para el dibujo. Suele darse en
sujetos con inmadurez psicológica, incluso en deficientes mentales. Lo hemos
encontrado en adultos con un C.I. (cociente de inteligencia) por debajo de los
doce años.
5. Tronco sombreado
en la figura del sexo contrario.
Es un signo de agresión al otro sexo.
Se observa en homosexuales.
026-DYP
LOS HOMBROS
Los hombros, por su forma y tamaño,
suelen poner en evidencia el grado de masculinidad o feminidad (predominio del
" animus" o del " anima") de la persona testada.
Las asimetrías en los hombros, sobre
todo cuando coinciden con otros signos de perturbación (dibujos pobremente
integrados, sombreados, figuras pequeñas e inclinadas, manos, pies y órganos de
la cara omitidos, etc.) son un indicador de fuertes desadaptaciones sociales.
La Dra. Koppitz, vio este signo en sujetos con enfermedades psicosomáticas, en
individuos que dirigían su hostilidad hacia sí mismos o hacia los demás, en casos
de ansiedad neurótica y, en general, en sujetos con desequilibrios y conflictos
psíquicos.
1. Hombros grandes
dibujados con trazo seguro.
Si el cuello es igualmente robusto y
proporcionado y la figura está en movimiento, expresa seguridad y confianza en
si mismo y quizás tendencia a hacer ostentación de su capacidad física, de su
fuerza y eficacia realizadora, de su voluntad audaz y de su carácter
emprendedor. En este caso debe haber un cierto equilibrio en las figuras,
aunque no están correctamente dibujadas. Si fallan los signos de equilibrio, la
actitud del sujeto puede ser una especie de espejismo de sus propias
cualidades.
2. Hombros grandes,
pero con retoques o líneas repasadas.
Intento de camuflaje de las deficiencias
personales a través de una actitud
elaborada, fantaseada, en virtud de la forma como el sujeto quiere ser visto.
Actitud compensatoria a sentimientos de inferioridad que el sujeto quiere
ocultar.
3. Hombros de
tamaño exagerado en relación con el resto del cuerpo.
Cuando un varón dibuja el DFH masculino
de este modo, nos puede estar indicando cierta ambivalencia sexual o bien una
inseguridad con respecto a su propia masculinidad. El hecho de querer destacar
los hombros excesivamente es una especie de deseo de supercompensación a la
inseguridad e inadaptación sexual. Exagerando los signos de virilidad el sujeto
intenta librarse de la angustia que le impide desarrollarse en su rol de varón.
Si es una fémina quien dibuja así los
hombros en su propia figura, se puede deducir que expresa de este modo sus
tendencias viriloides, sus ansias de dominio. Suele ser el caso de algunas
mujeres "receptivo -frustradas" que no han llegado a sentir la
necesaria satisfacción en sus ansias de
incorporar al Yo muchos de sus deseos y apetencias y por cuyo motivo
desarrollan reacciones agresivas de dominio y de rechazo. Este estado
neurótico, se encuentra muy frecuentemente entre las mujeres
"feministas" exaltadas.
Cuando es el varón quién dibuja los
hombros más anchos a la figura femenina, puede ser un indicador de dependencia
de la mujer (madre dominante o castrante), o un deseo de sentirse apoyado y
protegido por la fémina elegida como amiga o partenaire. En cualquier caso, es
un síntoma evidente de dependencia -sumisión, de necesidad de afecto, de apoyo
y consuelo en un hombre pasivo.
4. Hombros grandes
en dibujos de adolescentes.
Suelen ser indicios de sexualidad
ambivalente con la que se sobrecompensan ciertos sentimientos o complejos de
insuficiencia reales o imaginados.
En las muchachas, como queda indicado,
se refleja el predominio del "animus", es decir, el desarrollo de
reacciones agresivas de dominio y rechazo.
5. Hombros
estrechos o débiles
Indica, posiblemente, una libido débil,
una fuerza deficiente en las pulsiones instintivas y en la autorrealización, lo
que determina el desarrollo de los mecanismos psíquicos de defensa del Yo (la
represión, la negación, la realización
imaginaria de los deseos, la proyección y la racionalización inhibidora de la
decisión)
6. Ausencia de
hombros
La interpretación dependerá de la
estructura del dibujo. Generalmente, es la expresión de una percepción
limitada, parcial o incompleta de los objetos, de las cuestiones o de los
problemas e incluso de la propia situación del sujeto frente a su entorno. Es
un signo de inmadurez psicológica. Puede ser, como en el caso anterior, un
indicador de una libido débil que arrastra todas las consecuencias indicadas
más arriba.
Si el dibujo de la figura es
esquemático, se puede interpretar como un intento de evasión de la realización
de la tarea. El sujeto escapa de este modo infantil y humorístico, al reto de
probarse a sí mismo.
Esta
escapatoria puede traducirse como falta de confianza en las propias facultades
y temor al ridículo.
027-DYP
EL PECHO Y LOS SENOS
El pecho, cuando nos referimos al
tórax, como ya queda indicado mas atrás al plantear el simbolismo del tronco,
refleja el nivel de fortaleza física. Sin embargo, en el dibujo de las figuras
femeninas, al ser el área donde se albergan los senos, esta zona del cuerpo
puede tener especial importancia, ya que los senos representan alimento,
ternura, seguridad, protección, placer erótico, etc.
El estudio psicoanalítico de los sujetos que
padecen complejos de postergación o de abandono, por ejemplo, ha mostrado que
se trataba de individuos a los que la madre había suspendido el pecho
prematuramente. Estos sujetos suelen dibujar la figura de la mujer con grandes
pechos o sin ellos.
1. Figuras femeninas con pechos
grandes.
Suele indicar necesidades
"orales" como, por ejemplo, el deseo vehemente de recibir atenciones,
de estar en contacto con personas a las cuales el sujeto dispensa un afecto
incondicional con tal de mendigar su aprecio. Se trata, por supuesto, de
sujetos con una oralidad pasiva, pero con una sensibilidad egocéntrica,
vinculada con tendencias infantiles egoistas. La independencia no es propia de
estos sujetos, pues están siempre necesitados del apoyo y protección de otros,
como extensión de la dependencia materna.
2. Senos grandes y caídos.
Indican, igualmente, la inmadurez y la
dependencia.
3. Colocar bolsillos en el lugar de los
senos.
Suele ser indicador de sujetos que no
han alcanzado un buen nivel de adaptación (reacciones impropias de la edad,
inmadurez) El origen de esta inmadurez puede estar en un rechazo de la madre y
una fijación al padre o a otra persona del propio sexo (homosexualidad latente
o manifiesta)
028-DYP
LAS CADERAS
Las caderas, como el tórax y los
hombros, son un indicador del grado de masculinidad o feminidad de las
tendencias. Gregorio Marañón hablaba de mujeres "multíparas" cuando
‚estas tenían las caderas anchas. Por esta razón no podemos encontrar extraño
que diversos autores señalen tendencias homosexuales a los sujetos que dibujan
la figura masculina con las caderas y las nalgas grandes, principalmente si el
tronco es redondeado y la cintura de avispa.
1.
Caderas amplias
dibujadas por mujeres sobre su propio sexo
Si las formas son trazadas con curvas suaves, son un
indicador de feminidad y, a la vez, de deseo de maternidad o propensión a la
maternidad. Si las formas son cuadradas,
rectangulares o trapezoidales, dominando las líneas rectas o angulosas sobre
las curvas, expresan en la mujer tendencias masculino idees, en cuyo caso, el
carácter es dominante, agresivo e ingobernable. Los juicios y apreciaciones de
estas mujeres, suelen tener el aspecto sombrío de una crítica siempre
peyorativa y despreciativa de los actos y del pensamiento de los hombres.
Lo curioso de estas féminas, es que su
conducta es muy a menudo contradictoria. Tan pronto se comportan como ángeles
o héroes, que como demonios y tiranas; tan pronto son unas amantes tiernas e
ideales, como partenaires odiosos, furiosos y repugnantes.
Como ya hemos dicho más atrás, las
caderas anchas dibujadas por varones en el DFH de su propio sexo indican
tendencias homosexuales, principalmente si coinciden con otros detalles como,
por ejemplo, el dibujo de corbatas flotantes, poner las figuras de espaldas,
omitir los senos en los DFH femeninos, dibujar bien los labios y poner pestañas
a los ojos, etc.
2. Dibujo de figuras con
la cintura seccionada o cortada
Cortar el tronco por la cintura a base
de líneas, cinturones u otros recursos, es un indicador de problemas en la
esfera sexual.
En los DFH, la cintura es
simbólicamente la línea que separa los impulsos sexuales primarios de la esfera
de la sexualidad sublimada, es decir, del corazón y los sentimientos. Cuando se
aísla, se secciona o se corta esta zona mediante líneas, cinturones o con
cualquier otra excusa gráfica, es una señal de guerra entre la sexualidad
primaria y la sexualidad sublimada, entre la bestia y el ángel. Las pulsiones
instintivas presionan por un lado y la ética del Super-Yo por otro. Este signo
se acentúa cuando el seccionamiento de la cintura va acompañado de sombreados,
retoques, líneas profundas, etc.
En algunos casos, el sujeto expresa,
con este signo, que tiene problemas de control o de rechazo del propio sexo,
como ocurre en los homosexuales y en las lesbianas, en cuyo caso, en la figura
del sexo opuesto no suele haber la cintura seccionada, sino más bien cuidada.
029-DYP
DFH CON TRANSPARIENCIAS
Donde aparecen con claridad anatómica, los órganos
internos (el corazón, los pulmones, el estomago, el aparato sexual, etc), como
si la pared del tronco fuese
transparente.
Nosotros no hemos presenciado más que
un caso en un adolescente con síntomas esquizofrénicos, según el historial
médico. Karen Machover, ha observado esta particularidad en los DFH, en algún
médico o pintor que solían dar a estos dibujos un esquema o ilustración
especial. Lo más normal, dice la Dra. Machover, es que se trate de enfermos
maniacos o de esquizofrénicos.
DFH
FEMENINO CON BARRIGA O EMBARAZADA
Preocupación por la maternidad. Deseo
de tener hijos. Hemos observado algún caso en personas de ambos sexos en donde
la figura femenina aparecía de perfil y con barriga de embarazo. Cuando
consultamos a estas personas manifestaron su deseo de paternidad. En tres de
los casos consultados, la pareja no podía tener hijos o, por causas
desconocidas, no habían llegado a
tenerlos.
030-DYP
LOS BRAZOS
Los brazos y las manos son las partes
del cuerpo extensibles que sirven para acompañar a las palabras y expresar,
mediante gestos, nuestros deseos o nuestros estados afectivos, es decir, lo que
pensamos, sentimos y queremos. Los brazos y las manos son los órganos que el
cerebro utiliza para actuar, como por ejemplo, para alimentarnos, para entrar
en contacto con personas y objetos, para manipular los útiles de trabajo, para
defendernos de los peligros externos, etc. Sin las manos, nos seria imposible
vivir si otras personas no nos facilitan, por ejemplo, la alimentación
necesaria. Necesitamos las manos para adecuar el medio ambiente a nuestras
necesidades de todo tipo, incluso para hacer el amor.
Los brazos y las manos son el principal
medio de aprendizaje que nos permite evolucionar y adquirir la madurez
necesaria para ser adultos y mantener nuestra propia independencia y nuestro
equilibrio adaptativo.
Por estas razones, la omisión de los
brazos y de las manos en los DFH, es casi siempre un indicador de dificultades
de integración, de incompletud en el desarrollo evolutivo y puede darse lo
mismo en sujetos depresivos o ansiosos, en personas en crisis profesional o
matrimonial, en crisis económicas o en sujetos con tendencia esquizoide o ya
con claros síntomas de esquizofrenia. Esto último requerirá diagnóstico médico.
1. Brazos cortos y con trazos poco firmes
Parece reflejar cierta dificultad para
entrar en contacto con el mundo circundante: timidez, retraimiento, pobreza de
recursos para abrirse camino en la vida y adaptar el medio ambiente a las
propias necesidades.
Puede
indicar también libido débil, tendencia a encerrarse en sí mismo, dependencia-sumisión, etc..
Los brazos cortos y débiles,
especialmente si faltan las manos o están poco indicadas, no pueden reflejar
gran confianza del sujeto en sí mismo, ni la posibilidad de una fácil y buena
autorrealización.
Con frecuencia, los brazos cortos, débiles
y mal dibujados traducen una conducta inhibida por una educación castrante,
autoritaria y agresiva. El sujeto padece un sentimiento inconsciente de la
propia debilidad e impotencia frente a una realidad que no puede dominan en la
medida que desea y con respecto a la cual se halla como empobrecido.
En algunos casos, el sujeto renuncia o
rechaza ser "líder", cuando debería serlo en razón de su experiencia
y conocimientos, pero tampoco renuncia a seguir escalando metas de superioridad
en sus conocimientos y experiencia para compensar de algún modo sus complejos
de inferioridad.
2. Brazos largos en
figuras con movimiento
Los brazos largos en figuras con
movimiento, suelen ser un indicador de impulsos agresivos contra el propio
ambiente, especialmente si las manos se dibujan con dedos angulosos y
puntiagudos. En algunos casos, lo hemos observado en sujetos muy ambiciosos,
con afán de grandes logros, de grandes adquisición
Incluyendo la búsqueda incesante de aventuras
amorosas y de afecto.
El brazo largo es, de algún modo, una
extensión del cerebro en busca de contacto con el entorno. Este impulso puede
ser agresivo (impulso de prensión, de agarrar, de destruir) y puede ser
ofertante (impulso a entregarse, a unirse, a acariciar, etc.), lo que
depender de la actitud de las figuras y de la forma de las manos. Dos
manos que se cogen amorosamente. No es lo mismo que dos manos con dedos
puntiagudos y un rostro agresivo
En las figuras quietas, la extensión de los brazos y de las manos, puede
reflejar la necesidad de agarrarse a algo o a alguien para sentirse seguro o
protegido, pero también puede señalar una ambición contenida por falta de
confianza y seguridad en sí mismo.
3. Brazos pegados a los costados del cuerpo
Esta es una actitud pasiva de reserva,
de espera o de retraimiento. Con esta actitud, más o menos rígida, el sujeto
intenta controlar la situación interna o resistir pasivamente las presiones del
exterior (falta de flexibilidad, dificultad de adaptación fuera de los
ambientes donde el sujeto se siente seguro) Puede asociarse esta actitud con
fallos en la comunicación con los demás, con poca facilidad para hacer amigos,
sea porque el sujeto teme la hostilidad del ambiente e intenta protegerse
contra posibles ataques, o porque cualquier conflicto, profundamente arraigado,
impide al sujeto autocontrolarse adecuadamente y responder serenamente a
preguntas y situaciones nuevas.
Cuando a los brazos largos, pegados al
cuerpo, se añade una nariz grande, la inseguridad, la desconfianza, la timidez
y las dificultades para la comunicación pueden ser más evidentes. En algunos
casos, dicen algunos autores, la masturbación excesiva puede ser la causa
responsable de la inhibición social y del miedo a la hostilidad de algunos
individuos.
4. Dibujo de brazos
largos con trazos débiles.-
Al ser los brazos los miembros
ejecutores del cerebro, unos brazos largos sin fuerza, serán un indicador de
mucha ambición, pero de poca capacidad ejecutiva y aprensiva, por lo que se
acostumbra a pasar a otro la posibilidad de fracaso en la acción y en las
decisiones. Si la actitud de la figura es quieta, pasiva, el sujeto
intentar encontrar apoyo en su entorno a su inseguridad interior. Facilidad
para el resentimiento, si los demás le niegan el apoyo y favores que el sujeto
espera.
5. Brazos apretados
contra el cuerpo y manos en los bolsillos.-
Así como los brazos extendidos en una
figura en movimiento, son un indicador de actividad, de movilidad, de ambición
y expansión, en general, los brazos pegados al cuerpo, principalmente cuando
están a la espalda o metidos en los bolsillos, en figuras de apariencia quieta,
son indicadores de actitud pasiva, inhibida o coartada. El sentido de esta
inhibición hay que buscarlo en otros signos.
Esta poca disposición a actuar, esta
reducción de los intercambios con el exterior, en el sentido de "ir a la
busca de...", o de "enfrentarse con...", supone que el sujeto
espera que las cosas se resuelvan por si solas, o que sean los demás los que
las resuelvan o vengan a proporcionarle lo que él desea o espera. Esta actitud
de inhibición, determina una cierta indiferencia frente a problemas, asuntos o
situaciones que afectan a los demás pero que, indirectamente, pueden afectarle
también a sí mismo (no participación en asuntos de riesgo) Si los trazos del
dibujo son poco acentuados, ser claro indicador de falta de voluntad y
debilidad de carácter. El sujeto no hará ningún esfuerzo por dominar y dirigir
el curso de los acontecimientos.
Si, además, los ojos aparecen dibujados
en blanco, sin pupilas, pueden señalar que esta actitud inoperante y poco
resuelta se debe, posiblemente, al fracaso en el intento de desarrollar las
aptitudes necesarias para un "ajuste" a las exigencias biológicas
(complejos sexuales, sociales o profesionales)
6. Brazos largos con las manos en posición de tomar
contacto con persona u objetos
Es un indicador de deseo de
comunicación, de contacto externo, de amistad y afecto. Según la actitud de la
figura y la posición de la mano, puede indicar ambición, avidez, deseo de
acaparar dinero, bienes, popularidad o atenciones especiales, por ejemplo, un
ardiente deseo de alcanzar ‚éxito profesional y social. Actitud vital
extravertida. Tipo "oral" de Freud.
7. Brazos dibujados
ocultando las manos, sea en los bolsillos o en la espalda
(Ver también "MANOS OCULTAS")
Si las manos están colocadas en los
bolsillos, es indicador, como antes hemos comentado, de inhibición de las
tendencias activas, de pasividad, de reducción de los intercambios con el
exterior (ver más atrás).
Si los brazos están dibujados de modo
que las manos quedan a la espalda y no son visibles, además de la tendencia del
sujeto a evadirse de los problemas que le plantea la realidad, racionalizando,
más o menos el desinterés o la inhibición, puede indicar la angustia o temor al
fracaso personal. Esta fuga ante el enfrentamiento con los problemas, cuando
estos se presienten conflictivos, indican que el sujeto en determinadas
situaciones, no sabría como reaccionar. Inhibiéndose, salvaguarda su Yo de las
contingencias y fracasos, de posibles derrotas o pérdidas de prestigio ante los
demás y ante sí mismo. Este mecanismo de defensa, puede empujar al sujeto hacia
el cultivo de un mundo ideal inexistente o utópico, como ocurre con ciertos
políticos y con sujetos obsesivo-compulsivos. También puede reflejar los
complejos de culpabilidad de algo hecho con las manos.
Las manos a la espalda y los brazos
cruzados, es una actitud muy frecuente en los políticos. Con esta actitud,
reflejan una cierta ausencia, despegue o deseo de evasión, de las situaciones
problemáticas del momento.
8. Brazos ondulantes
Suelen dibujar este tipo de brazos los
asmáticos o los sujetos propensos a trastornos respiratorios.
9.
Brazos de una figura
más grandes que en la otra
La figura masculina con brazos más
largos, en dibujo realizado por una fémina, indica en personas casadas, que la
esposa vive a costa del marido. En los novios, indicar las conveniencias
económicas o sociales de la mujer.
10. DFH femenino con brazos más
largos que en el varón
Si el DFH ha sido realizado por un
varón, puede indicar boda o relación por interés. Se da este signo en sujetos
que viven a expensas de la madre o de la mujer (dependencia materna).
11.
Brazos que se
balancean sobre la marcha alejándose de la zona genital.
Este detalle de los brazos puede
reflejar tendencia a la masturbación. Pero si la figura tiene mucho movimiento,
ser un simple signo de actividad o de evasión física de los ambientes que
el sujeto no puede soportar.
12. Brazos en los que se
detallan las articulaciones
Se puede pensar en alguna deficiencia o
en un sentimiento de falta de integridad corporal, lo que le da a la figura un
aspecto mecánico que en la realidad no tiene. Puede señalar la tendencia a
actuar por impulso de fuerzas internas o estímulos externos en contra de las
propias convicciones, como ocurre en los sujetos con neurosis
obsesivo-compulsiva, en cuyo caso, este rasgo se nota también en otros aspectos
de los dibujos.
Se observa, a veces, en personas
dependientes, inseguras, que necesitan apoyos de criterio familiares para
sentirse tranquilas.
Machover y otros autores han observado
estos signos en sujetos convulsivos, epileptoides o con parálisis corporales.
En resumen: El dibujo de los brazos es
uno de los signos que con mayor carga de sentido psicológico hallamos en los
DFH. Al ser los brazos y las manos los órganos ejecutores que adaptan el mundo
externo a las propias necesidades biológicas, sociales y profesionales, el modo
de tratar estos órganos en los DFH, nos indican el modo como influye el medio ambiente
en el sujeto y el modo como el sujeto influye sobre su medio ambiente.
031-DYP
L A S M A N O S
Las
manos, como antes hemos comentado, son después de la cabeza, los principales
órganos externos del cerebro y los instrumentos de la acción. Son los órganos
ejecutores del pensamiento, los instrumentos destinados a proveernos del
alimento necesario a nuestra conservación, los instrumentos de aprendizaje que
nos permiten manejar objetos, crear objetos nuevos, atacar y defendernos frente
a las contingencias del mundo que nos rodea.
Los brazos y las manos se relacionan,
íntimamente, con el núcleo de la personalidad y son, por decirlo así, el
instrumento nuclear de la personalidad externa. En las manos, si no está escrito
el destino, como pretenden los quirólogos, si que dependen de ellas gran parte
de la evolución y del destino humano, pues, se piensa con el cerebro, pero se
actúa con las manos y es en las manos donde tiene el hombre su destino
personal, familiar, profesional, social, etc. y, sino, quitémosle las manos, a
ver que queda!.
Sin las manos, seriamos unos seres
inútiles, incompletos, indefensos e incapaces de sobrevivir. De aquí la
importancia que debemos prestar, en los DFH, al dibujo de los brazos y las
manos.
En la manera de tratar en los DFH los
brazos y las manos, se revelan importantes aspectos de la personalidad, tales
como: la manera de entrar en contacto con el entorno (agresiva, cordial,
generosa, tímida, coartativa, etc.); el grado de destreza y eficiencia en la
actividad; las aspiraciones; la
confianza en si mismo; los complejos de culpabilidad relacionados con las manos
(apropiación ilegitima, masturbación, rotura de objetos que se quiere ocultar,
etc.); las cualidades artísticas y otros aspectos relacionados con el cuerpo,
con los sentimientos o con el espíritu.
1.
Manos grandes con
palma ancha y larga
Exteriorización de las necesidades de
contacto y de acción referidas a todo cuanto puede hacerse con las manos: manipular
objetos, relacionarse con otras personas, pegar, castigar, matar, apropiarse de
algo, etc.
De algunas de las acciones que pueden
realizarse con las manos se pueden derivar complejos de culpabilidad. La Dra.
Koppitz observó complejos de culpabilidad en sujetos dados a apoderarse de lo
ajeno y en muchachos que practicaban la masturbación.
Levy, dedujo de las manos grandes la
dificultad o incapacidad para entablar nuevas relaciones, ligado a torpeza o
insuficiente destreza manual.
Nosotros,
hemos visto figuras con manos grandes en sujetos con sentimientos de
inferioridad y dificultades de adaptación, pero con deseos de compensar su bajo
nivel en el C.I. con alardes de fuerza.
Unas manos grandes las tenía el célebre
revolucionario Pancho Villa, responsable de centenares de asesinatos y de
crímenes. También las tenía Adolfo Hitler. Y José Salín, famosos por sus
tendencias sanguinarias. Para estos dictadores, matar era más fácil que
persuadir. "Así como los dedos -dice Charlotte Wolff- se desarrollan
paralelamente con la inteligencia y son el índice de la mente consciente, la
palma tiene un sentido atávico y refleja la potencialidad de las tendencias
subconscientes". La palma de la mano grande y la mandíbula fuerte, grande
y ancha, tienen el mismo significado: predominio instintivo, rudeza, carencia
de refinamiento moral, materialismo, primitivismo, brutalidad, etc.. Ambas
características eran comunes a estos dictadores históricos mencionados...
2. Manos pequeñas y
dedos finos
Son expresión de delicadeza, de
refinamiento, de destreza manual y de inteligencia intuitiva y de idealismo, si
el dibujo de las figuras es equilibrado, si no hay rasgos negativos.
Con distorsiones, sombreados,
lateralizaciones y otras anomalías, puede indicar tendencias inestables, celos,
envidia, curiosidad malsana, aspiración a saber más que nadie de las personas y
de las cosas. Tendencia a la intriga y a querer triunfar sobre los demás con o
sin honor.
3. Manos imprecisas o
seccionadas
En los dibujos faltan los dedos de las
manos, están cortados o indicados de manera imprecisa. Suele ser un indicador
de complejos de culpabilidad, de sentimientos de insuficiencia o de incapacidad
para adaptarse adecuadamente a la convivencia con los demás o a situaciones
nuevas o inesperadas.
Indica también, preocupación por las
propias faltas o deficiencias personales, lo que lleva a estos sujetos a
estados de ansiedad, a sensibilizarse en exceso frente a las contrariedades
(facilidad a la frustración, timidez, coartatividad, conducta inhibida,
constreñida, preesquizoide).
4.
Manos que se ocultan
tras la espalda o en los bolsillos
(Ver también más atrás: "BRAZOS
QUE OCULTAN LAS MANOS").- Ocultar las manos es un indicador de ansiedad y
de culpabilidad, relacionado con algo indeseable o reprobable que han hecho las
manos y que se desea ocultar. A menudo, es un recurso para ocultar la
inhabilidad del sujeto para resolver el dibujo de las manos o para ocultar su
dificultad para relacionarse con los
demás.
La actitud de defensa expiatoria frente
a complejos de culpabilidad, no siempre es fácil de hallar en los protocolos
normales. En cambio, nos ha sido posible verificar algunos casos donde el
sujeto deseaba ocultar o controlar impulsos agresivos que le hubieran llevado a
situaciones de conflicto desagradables en el ambiente familiar o profesional.
Esto nos hace pensar que debemos interpretar, en primer término y en sujetos
normales, las manos ocultas como signo detector de huida o evasión de
situaciones o problemas conflictivos con la familia o en el ambiente
profesional.
También, en los protocolos de sujetos
normales, no enfermos psíquicos, ni delincuentes, puede tratarse de actitudes
de indiferencia, desconexión, falta de interés, etc. en la participación social
o comunitaria de ciertos actos o reuniones que carecen de atractivo e interés
para el sujeto.
En general, las manos ocultas son la
expresión de una actitud de defensa del Yo frente a reuniones o actos comunitarios
o ante sentimientos inconscientes de inseguridad, de culpabilidad o de
indiferencia.
Karen Machover y otros autores que han
trabajado sobre enfermos psíquicos y delincuentes, han encontrado las manos
ocultas, bien sea en delincuentes de todo tipo, en psicópatas, en sujetos
inclinados al ocio, a la masturbación, al empleo del revolver (atracadores) y
en otros desadaptados sociales.
Nosotros, en nuestras tareas de
selección y promoción de personal hemos trabajado, generalmente, con sujetos
relativamente adaptados y con problemas psicológicos más bien normales. Estos
sujetos eran elegidos de acuerdo con un ex men grafológico previo. Por
esta razón, los casos de desadaptación social han sido mínimos, es decir, hemos
vivido pocos casos anormales. Es por esta razón que aconsejamos, antes de
etiquetar a cualquier persona analizada, comprobar con otras pruebas y con la
técnica de la entrevista, la posibilidad de síndromes patológicos o de una
conducta antisocial.
No es aconsejable utilizar cada
interpretación al estilo de un recetario de cocina, consultando cada signo -como dice la Dra. Koppitz- tomando su
significado al pie de la letra y saliendo con el diagnóstico "listo
para llevar", sin considerar la figura total, sin tener en cuenta el sexo
del examinado, la edad, el estado civil, la profesión, el contexto
socio-cultural y la situación actual en que se encuentra el sujeto. Proceder de
este modo en los psicodiagnósticos seria una forma de actuar irresponsable.
5. Dibujar las manos con
el puño cerrado.
En general, indica tendencias agresivas
reprimidas. Para aclarar más el sentido de la agresión, conviene observar la
expresión del rostro y hacia donde mira la figura.
Si la cara expresa dureza y la figura
mira hacia la izquierda del papel, la agresión es masoquista, se dirige hacia
sí mismo y tiene un sentido destructivo o de autocensura. El sujeto, sea por
complejos de culpabilidad, por descontento de sí mismo, o por el fantaseado de
su complejo de castración, se está infligiendo daño y, de este modo, descarta
la culpabilidad, se venga de sus imperfecciones, o intenta anularse a sí mismo.
Puede también, por complejo de Edipo no
liquidado, sacrificar una parte de su personalidad, de sus gustos o de su patrimonio,
para liberarse de la angustia de la castración o de la culpabilidad.
Si la figura con el puño cerrado mira
hacia la derecha del papel, la agresión puede estar dirigida a los demás. El
puño cerrado de los marxistas es un claro símbolo de ataque a la burguesía. El
puño cerrado con expresión del rostro
dura, se observa en adolescentes rebeldes, contrarios a toda disciplina, a todo
signo de autoridad y a todo orden jerárquico. Se trata, en este caso de muchachos
desadaptados, capaces de rebatir todo argumento socialmente útil (represión de
ternura, con reforzamiento agresivo sádico). Se están viviendo actualmente
muchos casos de este tipo, protagonizados por los denominados "cabezas
rapadas" y neo-fascistas.
Este signo se acrecienta en
agresividad, si en el dibujo de la cabeza se enseñan los dientes, si la
mandíbula es cuadrada, alta y ancha, en cuyo caso el sadismo puede llegar a ser
un signo muy agresivo.
El puño cerrado con el pulgar metido
hacia dentro (lo mismo en los dibujos de las figuras que en un gesto) traduce
una actitud de defensa de reserva, de terquedad y, según qué casos, si el
trazado es de presión débil, puede
expresar timidez y tendencia a la claudicación. El pulgar es representativo del
Yo y de la conciencia de sí mismo, ocultarlo, es de algún modo el deseo de
preservar al Yo de un riesgo, de un peligro o amenaza. El pulgar hacia arriba,
es símbolo de vida, de ascensión, de éxito. El pulgar hacia abajo, es señal de
muerte, de hundimiento, de fracaso.
6. Sombreado excesivo de las
manos
Se interpreta normalmente como
sentimiento de culpa de algo realizado con las manos. Algunos psicoanalistas
interpretan este signo como una defensa contra la castración. El complejo de
castración, como sabemos, es un complejo nuclear que reviste gran importancia
en la infancia porque es uno de los miedos más frecuentes de los niños.
Generalmente, el complejo de castración desaparece al ser reprimido, para
volver a aparecer al menor síntoma de neurosis.
Todos los complejos son potentes
fuerzas dinámicas albergadas en el inconsciente y rechazadas por la conciencia,
pero los complejos tienen un funcionamiento arbitrario y autónomo, una
existencia aislada, oculta, camuflada.
Los
complejos son una especie de ETA o de "comando revolucionario" que
puede aparecer en cualquier instante y perturbar la actividad consciente.
Los complejos de culpabilidad y de
castración, pueden provenir de la manipulación autoerótica o de actividades que
impliquen contactos carnales ilícitos, clandestinos o no permitidos. El sujeto
que realiza estos actos, sufre frecuentes estados de ansiedad, de inquietud y
de remordimiento. La tendencia a la contradicción, la agresividad verbal, el
negativismo, las respuestas inadecuadas, etc. suelen ser rasgos de carácter
propios de sujetos que padecen estos complejos.
Si las manos sombreadas coinciden con
los brazos pegados al cuerpo, la ansiedad de la afectividad del sujeto es de
tipo pasivo-defensivo, es decir, se caracteriza por la resistencia, por la
obstinación en sus actitudes y no admite ninguna clase de sugerencia o
razonamiento (actitud perseverativa). Este tipo de sujetos no es apto para
tareas que exijan cambios rápidos de actitud y adaptaciones continuas a nuevas
realidades.
7. Manos con dedos, uñas y articulaciones marcadas con
esmero
Puede señalar la tendencia a realizar
actos contra los propios convencimientos racionales, como ocurre en sujetos con
neurosis obsesivo-compulsiva.
Repitiendo
estos actos sin sentido, les parece a estos individuos que atenúan o calman su
angustia neurótica. Por ejemplo: "Si salgo con el pie derecho a la calle,
tendré un buen día". "Si no piso ninguna raya del terrazo hoy no
tendré jaqueca", "Tengo que lograr tres números capicúa esta semana
para que me toque la lotería y pueda comprarme un coche". "Si no
limpio cada media hora la cocina, me invadirán los microbios", etc.
El neurótico obsesivo-compulsivo -como
digo en mi "Diccionario de términos psicológicos"- lucha interiormente
contra pensamientos indeseables, contra ideas e impulsos a realizar actos
absurdos, ritos conjuratorios, escrúpulos permanentes, dudas, aprensiones, etc.
Las manos con dedos donde se dibujan
las uñas y las articulaciones, fueron vistos por Karen Machover en algunos
enfermos de esquizofrenia precoz. Nosotros pudimos comprobar un caso, pero
también encontramos este signo en personas que tenían dificultades en relación
con el cuerpo y donde las manos recibían un especial cuidado.
8. Manos con las uñas
pintadas.-
Es propio de muchachas jóvenes con
deseo de agradar y de atraer sexualmente. También hemos visto este signo en
muchachas con la costumbre de morderse las uñas. Sin embargo, la poca
frecuencia del signo, no nos permite determinar con seguridad cual de los dos
significados debemos elegir.
9. Omisión de las manos
El hecho de omitir las manos parece
relacionarse con algún sentimiento de culpa, de vergüenza o de agresión
reprimida. SE ha observado en sujetos que se comen las uñas y que tienen un
gran espíritu de contradicción, así como en sujetos inmaduros y poco
evolucionados. En este último caso, los dibujos son un intento torpe de dar
estructura a las figuras. A veces, el sujeto no se atreve a dibujar las manos y
las sustituye por una especie de muñón que indica su inhabilidad gráfica.
032-DYP
LOS DEDOS DE LAS MANOS
Los dedos de las manos, son
representativos de la evolución de nuestra inteligencia, de nuestra conciencia
y de nuestro bagaje cultural. El pulgar y
el índice, según la Dra. Wolff, "dominan la zona radial y son dedos
de la orientación con los que se construye el conocimiento del entorno y así se
desarrolla la conciencia y gradualmente la noción de la propia identidad."
El Dr. Vaschide, del Laboratorio de
Psicología Patológica de la "Ecole des Hautes Etudes" de Paris,
refiriéndose a los dedos pulgar e índice dice: "Si la mano, en su
conjunto, es el sismógrafo de las reacciones emocionales, los dedos pulgar e
índice son la expresión del pensamiento".
Los dedos, en cuanto extremidades y
puntos de contacto, son los órganos que, aparte de los rasgos faciales, pueden
expresar mejor nuestra actitud interna con relación a lo que puede ser
"tocado" o "manipulado" y los que pueden expresar con mayor
espontaneidad el peso de la culpabilidad por algo indebido, hecho con las
manos. Y también pueden reflejar muy bien, la inseguridad y el temor por algo
investido de riesgo, que se debe hacer con ellas.
Los dedos, en los dibujos, pueden
variar en cuanto a su forma, tamaño, dirección, expresividad, etc. Pueden
aparecer en forma de alambres, de pinchos, redondeados de manera infantil,
dispuestos en forma de p‚talos o con trazos irreconocibles. Pueden tener un
carácter agresivo por sus puntas angulosas o aceradas; pueden ser largos en
forma de lanza; como garfios; muy sofisticados; Inexistentes, etc.. Un dedo
puede sobresalir considerablemente por su longitud, mientras que otro puede ser
demasiado corto, quizá como expresión de complejo de culpabilidad
engendrado por las prácticas masturbatorias.
Los dedos de la mano, pues,
especialmente el pulgar y el índice, son bastante expresivos en los dibujos,
aunque en la mayor parte de casos los dedos parecen todos iguales.
1. Ausencia de dedos o dedos como amputados
Puede ser indicador de un estado de
regresión (mecanismo de defensa consistente en el retorno de un instinto o de
una componente instintiva a una fase de desarrollo o estadio de evolución
anterior).
Como ya hemos dicho anteriormente, la
mano y muy especialmente los dedos, representan la actividad de la mente
consciente, el desarrollo de la inteligencia a través del aprendizaje
constante. Por tanto, cuando en una mano no hay dedos o estos aparecen como amputados
es porque expresan un sentimiento o complejo de fracaso en la lucha por la
existencia o porque hay una cierta inmadurez en la evolución de la
personalidad, que también puede coincidir con una autoimagen negativa
2. Cuando los dedos se dibujan en forma de garra.-
Generalmente indica tendencias
posesivas. El sujeto pretende mantener a toda costa aquello de que es poseedor,
o controlar en exclusiva lo que pretende que es suyo o cree que le pertenece.
No se halla dispuesto a compartir con otros lo que posee o desea poseer
(egoísmo, avidez, avaricia codiciosa).El carácter ser propenso a los
celos, a la desconfianza y a la agresividad
por defender su patrimonio personal o lo que es de otros, pero se le ha
confiado el control o administración. En resumen, los dedos en forma de garra,
es propio de sujetos que disfrutan acaparando y reteniendo aquello que desean
poseer.
3. Dedos ocultos
mediante guantes.-
Los guantes, dice el Dr. Pellegrini,
"tienen, cuando están puestos, su máxima fascinación en el hecho de hacer
más evidente la desnudez que hay bajo ellos; por otro lado, el arte de ponerse
los guantes, si se hace con lentitud y con acariciamiento de arriba a abajo de
los dedos, es un símbolo de acción erotizadora táctil. El guante, añade, tiene
un significado sexual de la mujer para el hombre, pero no a la inversa".
Cuando los guantes los dibuja la mujer
en la figura de su propio sexo es un indicador de deseo de relaciones sexuales,
de deseo de ser acariciada camuflado detrás de la pantalla del vestido. Cuando
es el varón quien dibuja guantes en su propia figura, puede indicar deseos
sexuales reprimidos, timidez, falta de confianza en su virilidad y evitación,
por este motivo, de las relaciones sexuales con el otro sexo.
4. Dedos muy angulosos o muy puntiagudos.-
Expresan un espíritu crítico o mordaz.
Pronta irritabilidad, indignación o respuestas airadas frente a las
frustraciones, las oposiciones, los deseos contrariados, etc.. Los dedos
puntiagudos son siempre un indicador de manos agresivas contra objetos o
personas.
5. Dedos en forma de
pétalos
Suele ser un signo feminoide.
Predominio del " anima". Comprobar con otros signos.
6. Énfasis en el dibujo
de los dedos, que son muy remarcados.-
Si se trata de un adolescente varón,
puede indicar algún problema relacionado con la masturbación. Si se trata de
jovencitas: narcisismo de las manos a las cuales se les presta un cuidado
excesivo. Observamos este signo en una mujer de 42 años, soltera y con abundantes
rasgos obsesivos que, constantemente se lavaba y cuidaba las manos.
En resumen: Los dedos, en los DFH,
tienen una clara significación psicológica, prueba de ello es que los niños
suelen hacer primero los dedos que la mano o los pies. El pulgar escondido en
el puño cerrado parece ser un indicador de un deseo inconsciente de regresión a
la infancia en busca de protección. Puede reflejar también cierta fatiga
interna y deseo de abandonar la lucha activa contra obstáculos y dificultades
que el sujeto encuentra en su vida. En este caso, la busca de protección seria
un deseo de comodidad y de liberación de esfuerzos que el sujeto no puede, o no
desea, mantener. La ausencia del pulgar, puede estar relacionada con estados de
ansiedad o depresión. Por el contrario, los pulgares alzados, especialmente de
la mano derecha, según se mira la figura, puede expresar voluntad, sentimientos
de autoestimación fuertes, independencia de carácter y confianza en el propio
éxito y en alcanzar metas ambiciosas.
033-DYP
LAS PIERNAS Y LOS PIES
Las piernas y los pies son los órganos
que utilizamos para nuestros desplazamientos y para aproximarnos a los objetos
y a las personas de nuestro entorno. La forma como se dibujan estos órganos o
extremidades, expresan el modo como cada sujeto se "mueve" para
relacionarse con su ambiente, para satisfacer sus necesidades biológicas y de
todo tipo y para alcanzar objetivos de valor en el terreno social y
profesional.
Por otro lado, son las piernas y los
pies lo que nos permite "mantener una actitud" y asegurar la
estabilidad del cuerpo, es decir, "tocar bien de pies a tierra". Este
hecho es el que hizo pensar al psiquiatra alemán Erwin W. Straus, que "la
situación básica que permite las acciones morales, es la posición de pie".
Sea porque las piernas y los pies son
la "base vital" donde se apoya nuestro cuerpo, sea porque nos permite
la facultad de movernos sobre el entorno, o por lo que significa mantener el
equilibrio y "tocar de pies a tierra, "tomar una actitud" frente
a cuanto nos rodea, lo cierto es que, en los dibujos de los pies y de las
piernas se observan con frecuencia las fuentes de conflictos internos, lo mismo
si se relacionan con las necesidades sexuales, que con las relaciones sociales,
familiares y profesionales.
Ciertos individuos, afectados por
problemas sexuales, tal como observó Karen Machover y también nosotros, no
logran pasar en sus dibujos más allá de la cintura, omitiendo el área que pone
en descubierto la zona en la que gravitan sus dificultades o sus complejos de
impotencia o minusvalía.
Otros individuos, a menudo
descorazonados, deprimidos o con una timidez e inseguridad castrante y tal vez
con una neurastenia sexual más o menos importante, suelen dibujar las figuras
sentadas cuando no omiten las piernas y los pies (ver después "Figuras
sentadas o encogidas").
1. Dibujar las piernas
juntas e inmóviles
En razón de la "inmovilidad"
y "cierre" de las piernas, éste signo parece estar relacionado con la
contención o represión de impulsos sexuales. Este control o represión, más o
menos rígido, de las pulsiones sexuales se une frecuentemente a fuertes
tensiones emocionales internas. Naturalmente, cuanta mayor rigidez se observe
en las figuras, mayor ser el grado de tensión, de ansiedad, de timidez
sexual y de rechazo de los impulsos.
La Dra. Koppitz observó este signo en
niñas que habían estado expuestas a ataques sexuales de hombres mayores,
expresando así su "miedo a sufrir un ataque sexual". También la Dra.
Machover, creadora del test, interpreta las piernas juntas y rígidas como
"un rechazo a la aproximación sexual".
2. Dibujar con las
piernas cortadas
Las mutilaciones pueden ser agresiones
al propio Yo o agresiones a los demás, si se realizan sobre figuras que en los
historiales sobre las mismas no se identifican con el Yo. Pero también pueden
ser un indicador del sentimiento de inseguridad del sujeto en su "caminar
por la vida", su falta de bases de apoyo, su complejo de abandono o su
complejo de postergación.
La neurastenia sexual puede estar
presente en este signo, en cuyo caso, la rabia hacia sí mismo, el sentimiento
de impotencia, puede ser proyectado
hacia fuera en forma de criticas hacia el entorno, negativismo, oposición
y un sentimiento de insatisfacción permanente.
Kronfeld, cita el caso de un sujeto con
tendencias fetichistas, que lograba excitaciones sexuales provocadas por el
fantaseo imaginativo de mujeres inválidas con muletas y abrigos de pieles.
3. Dibujar los pies grandes
Si la forma es puntiaguda indicar
agresividad, deseo de aparentar una virilidad machista y combativa. Si la forma
es más o menos redondeada ser indicador de tendencias dominantes y
autoritarias más o menos suavizadas. Si las puntas son cuadradas o angulosas,
el instinto de dominio ser brutal o desconsiderado. Comprobar con el
resto de las figuras. Los pies grandes se han observado en delincuentes de
ambos sexos.
4. Dibujar los
pies pequeños
Delicadeza y agilidad para moverse,
sensibilidad, feminidad. Se observa preferentemente en dibujos de mujeres. En
DFH dibujados por varones, se puede
dudar de la virilidad de los mismos, aunque se ha de comprobar por otros signos
o por la entrevista.
5.
Pies orientados
en distinta dirección
Una divergencia en la orientación de
los pies es, simbólicamente, "no saber qué camino tomar". Supone un
estado subconsciente de duda, de vacilación, de incertidumbre (ambivalencia)
sobre el camino a seguir. Por tanto, expresa la existencia de conflictos
respecto a la realidad exterior.
6. Pies en forma de falo
Preocupaciones sexuales. Allí donde
observemos rarezas o disturbios de carácter -decía Freud-, podemos sospechar
problemas sexuales. Esta afirmación de Freud, reza también con todas las
rarezas o anomalías en los DFH.
7. Asimetrías importantes en el dibujo de las
extremidades
Es indicador de falta de equilibrio y
de coordinación, sea mental (vacilaciones, indecisiones, intermitencias,
inseguridad en las ideas, etc.), o bien desequilibrio y falta de coordinación
"funcional" (incoordinación motriz, inhabilidad manual, torpeza,
etc). Este signo se ha observado en algunos zurdos contrariados. Puede ser un
indicador de confusión mental o neurosis.