Coordinación de Estudios de Pericia Caligráfica Judicial,
Peritaje Grafopsicológico, Pericia Judicial en
Propiedad Intelectual e Industrial, y, Criminalística
Escola de Postgrau - Universitat Autònoma de Barcelona
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Una Grafóloga
destacada en los Servicios de Inteligencia: Thea Stein-Lewinson
No hay
ningún Servicio de Inteligencia actual que no disponga de algunos de los
mejores grafólogos trabajando para el servicio (ver: Análisis de escritos y
documentos en los servicios secretos, ed.
Herder, 2003), al igual que otros colegas que nos han
precedido, como por ejemplo: el Padre Joseph Seiler,
profesor de la Universidad de Friburgo, el coronel
Dr. Jean Charles Gille, profesor de la Universidad Laval de Quebec y los destacados
profesores Marie Bernard y Herry
O. Teltscher (EE.UU), nuestra protagonista de hoy Thea Stein Lewinson ha constituído uno
de los más claros exponentes de este imprescindible profesional en la
Inteligencia; en su caso, además de la indiscutible eficacia que conocemos en
el contraespionaje, también fue determinante en la selección de agentes, donde algo de ello se vislumbrará en una de
sus últimas entrevistas, a cargo de H.P. y facilitada
por la AGC de España y que
seguidamente exponemos.
Prof.
Dr. de la World Jurist Association
(Washington)
Miembro de International Police Association
Entrevista
de H.P. a Thea
Stein-Lewinson
Thea Stein-Lewinson habla acerca de su vida al servicio de la grafología,
de su trabajo en los Estados Unidos y en Europa y de lo que era verdaderamente
importante para ella a este respecto.
El
Dr. Helmut Ploog, hizo esta
entrevista con ocasión de la celebración del Día de la Grafología, los días 17 y
18 de Octubre de 1997 en Munich.
Ploog: No es necesario explicar, en estos círculos,
quien es la Sra. Stein-Lewinson.
Todos conocemos sus publicaciones y sus artículos, que nos entregó en sus
frecuentes visitas a Europa.
Stein-Lewinson: Aquí tengo una lista.
Hay casi 70 publicaciones.
Gracias. Ya
tenía una, pero la extravié en alguna parte.
No
importa; aquí tiene otra
Usted nació
el 17 de Abril de 1907. Díganos algo sobre su infancia y juventud, su vida en
Berlín en aquel tiempo y sus años de estudiante.
Fui
una niña mimada, hija única de padres acomodados y tenía una institutriz, que
fue, más o menos, la persona más importante en mi vida. Empezó mi educación a
una edad muy temprana; a los cuatro años ya casi podía leer un periódico.
Primero asistí al liceo, más tarde a la
escuela superior de Grunewald. En la escuela todo era
todavía muy anticuado. Habíamos de hacer una reverencia al director, besarle la
mano, y cosas así . Todo era muy formal.
Estaba
muy interesada en la psicología. Asistí a algunos cursos impartidos por un tal
Profesor Klein en la Lessing
Academy en Berlín. Un día mencionó que la grafología
era entonces una ciencia y que él daría clases de grafología. Asistí a sus
clases y me dijo que creía que yo estaba especialmente dotada; me recomendó a
Martha Goldberg, que, en aquel tiempo, era la mejor
maestra de grafología. Había sido alumna de Max Pulver y me enseño las teorías de Pulver.
Trabajé con ella durante 4 años.
¿Qué nivel
de desarrollo y aceptación había logrado la grafología en Alemania y Europa,
antes de la Segunda Guerra Mundial?
Los
cursos del Profesor Klein en la Lessing
Academy eran primarios, pero Martha Goldberg era una profesora excelente. Después de 4 años se
daba el certificado en grafología. Entonces, en 1933 emigré a los Estados
Unidos; allí la grafología estaba en una mala situación.
¿Es verdad
que en 1935 el llamado “decreto de clarividencia” promulgado por el Cuartel
General de la Policía en Berlín, prohibía la grafología de cualquier clase con
la excepción de la escuela de Klages?
Lo
desconozco, ya que no estaba allí.
Pero,
¿seguramente alguien le informaría?
No,
no demasiado. Tenía pocos contactos. El único evento importante celebrado más
tarde fue el Congreso Internacional en París en 1937, que reunió a todos los
grafólogos; Pulver, Klages,
Jacoby, estaban allí. Cualquiera que hubiera sentido
alguna vez inclinación por la grafología, estaba allí. Fue extremadamente
interesante.
Volvamos a
los Estados unidos. ¿Qué hizo Vd. allí?
Busqué
en la guía telefónica y descubrí que había una Sociedad Grafológica Americana.
Les llamé y me invitaron inmediatamente. Era una especie de merienda de señoras
mayores que discutían el gran problema de si la grafología tenía algo que ver
con la psicología o no. Esto era largamente discutido; pero lo peor estaba por
llegar. En la Feria Mundial iban a colocar stands,
donde la gente podría comprar toda clase de cosas. La Sociedad Grafológica
había alquilado uno de esos stands para vender
análisis grafológicos. Aquellas señoras hablaban sobre si debían cobrar 5 ó 10
centavos por análisis. Fue entonces cuando me separé de ellas.
¿Qué
sucedió después?
Tuve
algunos encuentros muy peculiares. Un profesor de arte de un museo estaba
interesado en grafología. Tenía una gran colección de escrituras. Me permitió
que las estudiará mientras él daba la clase. Cuando
terminó me anunció que iba a analizar la escritura de Mrs.
Roosvelt, la esposa del entonces Presidente y yo
continué mirando sus escrituras. Le tomó una hora hacer este análisis y,
durante una hora entera, me vi obligada a escuchar
música de Liszt. Mientras, él redactó su análisis y
cuando terminó me lo leyó; estaba escrito en unos términos horriblemente
simples. Así que esto fue el fin de mi relación con este hombre.
Entonces
empezaron a llegar inmigrantes de Alemania y Europa. Se fundaron grupos de estudio y sociedades
científicas. Fui invitada a dar algunas conferencias, encontré cliente y así
empecé a practicar la grafología.
Y, por
aquella época Vd. empezó a escribir su libro, el cual apareció muy pronto. ¿En
1942?
Sí,
pero antes de eso, trabajé con el Dr. B. Cohen, un psicoanalista y neurólogo
alemán, que acababa de llegar a los Estados Unidos. Estaba muy abierto a la
grafología y buscaba alguien que analizara las escrituras. Estaba interesado en
las bases psicosomáticas de las enfermedades orgánicas y quería tener un
análisis de los pacientes antes de que se les declarase la enfermedad.
Trabajamos juntos en ello. Mientras analizaba la escritura de sus pacientes,
también tuve 4 años de experiencia en psicoanálisis con él. Trabajé varios años
con ese hombre y publiqué artículos que trataban sobre psicosis y artritis.
Durante el mismo tiempo estudié Rorschach y me hice
miembro de la Sociedad Rorchach. Hice una gran
cantidad de trabajos con análisis grafológicos y tests
de Rorschach.
Desearía
volver al tema del libro que Vd. publicó en los Estados Unidos. Se consideró
que pertenecía al campo de la grafometría.
Esto
es verdad, pero inexacto. Yo nunca me consideré grafometrista.
Lo que trataba de hacer era obtener un apoyo saber el ritmo e inclinación de una escritura tomando medidas, esto es,
cuantificar el ritmo a través de las curvas rítmicas. Esto se puede hacer bien
con mis curvas, pero lleva mucho trabajo Estas curvas son extremadamente
importantes y excelentes una vez aplicadas. Yo las usé más tarde en mis propias
prácticas y en mi trabajo para el Gobierno. Cuando el ritmo es pronunciado,
tenemos una distribución normal. Cuando el ritmo está perturbado, hay varios
grados de perturbación en una escritura.
¿Entendieron
los americanos aquel libro?
No,
creo que no lo entendió nadie, ni tan siquiera aquí. Pero es bastante sencillo.
Suponían que se había reimpreso en los Estados Unidos y en aquel entonces los
americanos eran muy primitivos. Sólo ponían el punto sobre sus <<ies>> y cruzaban sus <<t>>. Ahora es
mucho mejor.
Usted
mencionó en cierta ocasión, en una conversación, que había visto aquí en
Europa, una colección de escrituras relacionadas con el cambio de sexo.
Sí,
es verdad. Era la colección de un famoso médico de Berlín, que practicaba estas
operaciones. Transformaba mujeres en hombres y viceversa, y coleccionó sus
escrituras. Un secretario francés del Consulado tuvo acceso a la colección y
las llevó a París durante aquel tiempo de tanto trastorno en Alemania. Era una
colección muy extensa y extremadamente interesante que incluía también fotos.
Tuve la oportunidad de verla, más tarde, en París, pero desconozco que fue de
ella.
Vd. volvió
a Europa desde 1946 hasta 1959. ¿En
calidad de qué?
Fui
enviada por el gobierno militar. Primero trabajé como supervisor durante 2
años, después en la biblioteca, hice de corresponsal, etc.
Fue aquí.
¿En Munich?
Sí,
pasé 5 años aquí, en Munich.
¿Puede
decirnos algo sobre su trabajo, más adelante, para la CIA? .
Naturalmente si ello no significa revelar alguna secretos...
No,
desde luego yo no haría eso. Era sorprendente que eran extremadamente abiertos
en lo que concernía a la grafología. Tenía un
staff de 12 técnicos grafólogos que realizaban las medidas de mis curvas
de ritmo. Casi cada día me daban una escritura de una persona de un país
diferente para analizar. Hoy la escritura de un individuo de Venecia, mañana la
de un australiano. Tenía copias de las escrituras, tal como se enseñaba
entonces en las escuelas de todo el mundo.
Estoy
seguro que había otros psicólogos que aplicaban métodos diferentes. ¿Qué
opinaban ellos de la grafología?
Me
odiaban. Naturalmente, yo era una gran competencia para ellos. Los llamados
“clientes de la CIA”, llamaban para pedir un análisis hecho por Mrs. May. Mi jefe les decía que yo tenía mucho trabajo y
averiguaba si no podrían pasarse con un análisis psicológico. Ellos decían No,
No, querían un análisis grafológico. Puede Vd. imaginarse cuanto me querían los
psicólogos.
¿No es todo
ello una manera de averiguar hasta qué punto los espías pueden aguantar la
tensión?
Sí,
es cierto. Yo podía decírselo y ellos generalmente me escuchaban cuando les
decía: No envíen a esta persona a ultramar, no será capaz de resistirlo. Cierta
vez enviaron a alguien a pesar de mis advertencias, y se
desplomó. Después la CIA se disculpó conmigo.
Después de
la II Guerra Mundial Vd. volvía a Europa de vez en cuando para hablar de la
desolada situación de la grafología en los Estados Unidos. ¿Qué hay de verdad
en todo esto actualmente?
La
situación ha mejorado. Ahora tenemos traducciones de los libros de Klara Roman y Anja
Mendelssohn, que son una gran ayuda. Están empezando
a estudiarlos para trabajar más científicamente y están en contacto con la American Graphological Society.
Vd. fundó
su propia Sociedad relativamente tarde, en 1989. ¿Hay en ella gente joven
verdaderamente interesada?
Bien,
tampoco en Alemania hay jóvenes seriamente interesados en la grafología. No, no
hay muchos. Si un estudiante pregunta cuánto tiempo tendrá que estudiar para
ser grafólogo, le decimos 4 años. Y si pregunta cuánto ganará le decimos que no
lo sabemos, se queda muy decepcionado. Le gustaría oír que ganará mucho dinero.
Se dice que
hay grafólogos en Chicago y Nueva York que ganan
mucho dinero.
No
lo sé, estuve allí recientemente y no me lo pareció. Bien, hay una excelente
grafóloga que sí está ganando dinero; trabaja para un gran banco el Warburg.
¿Hay alguna
pregunta que esperaba que le hiciera y que no le he hecho?
Sí,
algo que era muy importante para mí; primero el reconocimiento científico que
la grafología nunca ha recibido. Aquí en Alemania uno ha llegado al punto extremo y probablemente
también en Suiza. Y en segundo lugar la importancia que para mí tiene haber
logrado comprender el ritmo de la escritura. Creo que es lo más importante en
grafología, y en lo cual todos deberían trabajar.
Creo que
hemos llegado al final, a menos que Vd. tenga algo más que añadir...
Sí,
quiero decir algo más. Hay unos pocos artículos escritos sobre mí, por ejemplo
en el New Times, en revistas religiosas, y mi libro.
Esto es todo lo que yo tengo entre 60 y 70 publicaciones en diferentes idiomas.
Vd. dijo
una vez que sin su psicoanálisis no hubiera conseguido tanto.
Naturalmente,
esto me ayudó muchísimo, fue entonces cuando me convertí en un real “mensch” (ser humano)
Muchas
gracias por su tiempo.
De Angewandte Graphologie and Persönlichkeitsdiagnostik,
Dic. 1997.
Traducido del inglés de “Graphology” nº 56 por
Rosa Gubianas para la AGC
Coordinació d' Estudis: Pèrit Cal·lígraf Judicial – Grafoanalista - Criminalista.-
E. Postgrau, Universitat Autònoma de Barcelona
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